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Marc Márquez dijo, el pasado jueves, en la previa del GP de Cataluña, que sabría el viernes tras dos entrenamientos libres, si estaba o no para ganar en la carrera del domingo, en ese kárting grande que una vez fue conocido como uno de los mejores circuitos del mundo; y todo el mundo lo llamaba Montmeló.
Y Márquez ha liderado ambos entrenamientos este viernes; ha dado el cien por cien con la goma dura, la única que le sirve como él mismo ha dicho. Y, cuando le han preguntado por los problemas de los pilotos de Yamaha; ha sido taxativo: “Montmeló tiene siempre poco grip, pero eso es para todos. Sí es cierto que los neumáticos benefician en función de la pista. Pero es sólo viernes: yo apostaría a que Maverick estará en la primera fila de parrilla, el domingo”.
Marc confía en sus posibilidades, pero no se fía de sus rivales. El viernes han ido de tapados en pista; pero a saco fuera de ella. En la Comisión de Seguridad de los pilotos, se ha pedido volver a la chicane de la F1 que se usó el año pasado. Valentino Rossi se ha plantado y la mayoría de los pilotos le secundan. El sábado, los tiempos de los libres que ha liderado Márquez no valdrán para la Q1 y la Q2.
Loris Capirossi lo cuenta, pero no con el cien por cien de verdad; porque Marc no apoya el nuevo cambio. A Motorsport, Capirossi ha declarado: “Todos los pilotos se quejaron acerca del nuevo trazado, al no haberse realizado la modificación en el modo apropiado. Hay un gran bache en el cambio de asfalto y por eso todos los pilotos decidieron volver al trazado anterior. Además, había el peligro de que en caso de caída, la moto quedara en el medio de la pista”.
Pero lo cierto es que Marc ya tenía este viernes casi todo en su sitio para seguir trabajando por la victoria; y a partir del sábado tendrá que pelear de cero por el GP de su casa. La suya, y la de Viñales; o Lorenzo. Y la del que más ha ganad aquí: diez veces. Un tal Valentino Rossi.