Moto1pro
Caída de Lorenzo en Assen

Seguridad: Nunca es Suficiente

La triple foto que ilustra este artículo de opinión es de hace cinco años, pero resulta perfecta para analizar lo que está sucediendo este mismo fin de semana, en el Gran Premio de Francia.

Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Diego Lacave
Foto Fecha19/05/2018

Hablamos de:

Caída de Lorenzo en Assen
Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Diego Lacave
Foto

fecha19/05/2018


Hechos:
En el entrenamiento oficial de la pole de Moto3, tras una fea caída de Gabriel Rodrigo en la salida de la curva 14, un buen puñado de grava entra en la pista, justo en la trazada en la que los pilotos enderezan la moto para enfilar la recta de meta. Un sitio donde no se va de paseo, precisamente; ni solos ni en una sola línea, en Moto3. Parar la sesión para barrer la zona hubiera significado cinco minutos de retraso. Después, en el cuarto de hora del “purgatorio” de la Q1, Cal Crutchlow sufrió una brutal caída por orejas con doble golpe: el del suelo y el que le da la moto al final. Quedaba minuto y medio para la bandera de cuadros y el británico atacaba la plaza de Q2 que ya tenía ganada Dani Pedrosa; cuando quedó tendido sobre el piano exterior de la curva. Comisarios y médicos se arremolinaron para atenderle y estuvieron, todos, expuestos a un riesgo extremo durante ese minuto y medio en el que el resto de pilotos, como es natural, apretaban a saco. Tras la ajedrezada, apareció la bandera roja, “en diferido”.  

El viernes hubo 32 caídas, este sábado 49. Fruto del ímpetu de los pilotos, de acuerdo; ahí están los récords batidos en las tres categorías, fantástico. Pero hubo más hechos que señalar: Valentino Rossi y Álex Rins arrastraron sus motos en la zona 13-14 antes de meta, se salieron al lado izquierdo y cruzaron con sus motos la pista para entrar al pit lane (pasó en el FP3). Aleix Espargaró (en la Q2) se cayó en la uno y cruzó a pie para ir corriendo al pit lane (enfrente) y agarrar la segunda moto de su box.

Y ahora, concluyo citando de nuevo el tríptico antiguo de Jorge Lorenzo. Seguro que conocéis la historia, aún se corría en sábado en Assen, donde pasó todo. Jorge se rompió la clavícula en un libre, voló a Barcelona, se operó y volvió para correr. Y acabó quinto. Y algunos llorábamos de emoción; mientras los responsables de MotoGP, después de aplaudir la gesta, reforzaron las normas médicas para que una locura semejante no la vuelva a hacer ningún piloto nunca más. A esto quiero llegar: es momento de volver a revisar protocolos, porque en materia de seguridad nunca es suficiente.

Y hay que hacerlo ahora que se han visto detalles (la vida, y seguir vivo, es una cuestión de detalles) que afortunadamente no han acarreado consecuencias trágicas. Pero que podían haber pasado; todos los que lleven más de cinco minutos viendo carreras de motos de cualquier campeonato saben que es así. Creo y digo que hay que pecar de excesivo con la bandera roja, sin complejos; hay que evitar que los pilotos crucen por mucho que miren; que esto no es la Castellana o la Diagonal (en realidad es mucho más seguro que la vía pública). Y lo digo (y termino) hoy, un día que no ha pasado nada malo. Porque cuando vivimos una desgracia jamás se me ha ocurrido (y jamás se me ocurrirá) abrir la boca para un "te lo dije" o basuras así. En esos casos solamente he llorado al lado de todos la fatalidad que nos haya tocado; y que sin duda seguirá pivotando sobre este deporte como una espada de Damocles; aunque la cuerda la hagamos cada vez más resistente.