Gio Sala: "el Hard Enduro es como el circo romano"

Nos sentamos a charlar con el seis veces Campeón del Mundo de Enduro Giovanni Sala, nuevo «team manager» de Gas Gas. Tras una vida en KTM cambia de aires y pasa a ser jefe de filas de Gas Gas. Este año pelearán por el Mundial de Enduro después de hacer un excelente Dakar. Sala habla sin tapujos, como siempre.

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Autor:
Hugh Banton
Foto:
Hugh Banton
Publicado el 07/03/2018

Nos hallamos en el concurrido escenario de la Bassella Race, con un frío de espanto, como es habitual, y Gio se arranca ofreciéndonos « un po di caffè». Es el Sala de siempre, cordial, sonriente, locuaz, abordable, y extremadamente atento con todos. Recordar solo, para los más jóvenes, que Sala jugó un papel estelar en el enduro internacional de los noventa, cuando conquistó sus nada menos que seis títulos mundiales, además de cosechar sonados éxitos con el equipo de Trofeo italiano en los Seis Días.

- ¿Cómo surgió la oportunidad de entrar a trabajar en Gas Gas?
- «Había trabajado ya con Jordi Arilla –One For All- en mi época como piloto del Dakar y dado que Jordi está ahora detrás de los nuevos proyectos deportivos de Gas Gas y que la marca había decidido remodelar su departamento de competición, me llamó un buen día para preguntarme si querría desempeñar el cargo de director del equipo de enduro. Gas Gas deseaba relanzar la firma incorporando gente nueva a sus filas, me hicieron una buena oferta, y no dudé en aceptarla.
Por otro lado, en KTM, para quien la importancia del “off road” desde luego ha menguado, yo venía ejerciendo una labor de embajador, participando en eventos y actividades para clientes, que me obligaban a estar montando en moto continuamente, algo que, a mis cincuenta y cuatro años, no me seducía tanto como hace veinte… así que la idea de poder hacer algo diferente encajaba perfectamente en mis planes».
- Y con Gas Gas ya estás haciendo «algo diferente», pero ¿qué exactamente?
- «Pues gestionar todo lo relativo a los equipos de enduro y de rally, una tarea para mí mucho más estimulante que la que venía desempeñando hasta la fecha. Además, en Gas Gas ahora mismo se detecta una buena energía, un sano entusiasmo, y el hecho de que sea una marca relativamente pequeña dota al trabajo, bajo mi punto de vista, de un mayor atractivo. Por supuesto, hay muchas cosas aún que organizar, partimos de cero en no pocos aspectos, hay gente nueva, etc...


- ¿Cuándo firmaste el acuerdo?
- «Pues en septiembre del pasado año dejé ya KTM y en octubre firmé el contrato con Gas Gas. Es un proyecto de largo recorrido, aunque yo he firmado un acuerdo por un año, que en principio iremos renovando tras cada temporada si las dos partes estamos satisfechas».
- Bueno, y después de toda una vida vestido de naranja, ¿qué te han dicho tus amigos, la gente que te conoce…?
- «Lo que menos me ha gustado de este cambio es que mucha gente piensa que lo he hecho por dinero. Y no es así. A mí, para bien o para mal, lo que me sigue moviendo es la pasión, no el dinero, y he dado este paso porque realmente me apetecía hacer lo que ahora estoy haciendo. Por supuesto, que mi salida de KTM ha sorprendido, no es para menos: mi primer contrato con Austria lo firmé ¡en 1991! y he permanecido con ellos hasta 2017. Toda una vida. Incluso yo mismo pensaba que terminaría mi carrera profesional en KTM, pero… no estábamos casados, jaja, así que… tampoco ha habido divorcio. Mi relación con la marca, tanto en Austria como en Italia, sigue siendo cordial, de amistad, en muchos casos, de modo que la despedida no ha sido traumática en ningún sentido.
Aunque, para ser sincero, sí esperaba que ellos, una vez comunicada mi intención de irme, hubieran peleado un poco más por retenerme. Pero no fue el caso. Se limitaron a decir algo así como “bueno, si has encontrado un trabajo más estimulante, OK. Auf Wiedersehen“».

MI HIJO MONTA EN BURRO

- ¿Cómo ha afectado a tu rutina de vida tu incorporación a Gas Gas?
- «Muchísimo. Antes solía tener agujetas en los antebrazos de montar en moto... ahora las tengo de darle a las teclas del ordenador. ¡Del campo a la oficina! Mi vida se divide entre Italia, carreras, y España. A menudo me veo obligado a visitar la fábrica para coordinar mejor determinadas materias y bueno, me siento a gusto, me agrada el trabajo».
- ¿Tienes casa en España?
- «No,no.. Cuando vengo, prefiero que me atiendan bien en un hotel, jaja... y tampoco me seduce la idea de permanecer demasiados días fuera de casa: tengo un hijo que acaba de cumplir cinco años y para mí es importante pasar tiempo con él».
- ¿Ya monta en moto?
- «No, no tiene moto, tiene un burro –nuevas risas-. Así que monta en burro y en bicicleta, eso es todo. Si él por ahora no siente una verdadera pasión por las motos, no voy a ser yo quien le empuje a ello. Barro, polvo, golpes, poco dinero... de eso nada. Pero en Italia hay muchos padres que no lo ven así y casi fuerzan a los niños a estar metidos en las carreras. Otra cosa es que un día mi hijo me diga que quiere salir a montar tranquilamente conmigo o con su madre, que también hace enduro. Eso me parecería estupendo».
En Bassella se saborea esta vez un inconfundible aroma a Dakar, porque a la gran cita catalana del «off road» han acudido Gerard Farrés, Isidre Esteve, Laia Sanz, Dani Oliveras, el propio Marc Coma... y dos de los escuderos Gas Gas, Jonathan Barragán y Cristian España, todos ellos, bien dispuestos a disfrutar del contacto directo con el público de casa tras su actuación por tierras sudamericanas.
«La verdad –comenta Sala- es que los resultados del equipo en el Dakar han superado nuestras expectativas, de modo que lo primero, felicitaciones para nuestros pilotos, los cuales en todo momento han sabido tener la cabeza en su sitio, haciendo los tres muy buenas carreras. Jonathan, aun tratándose de su primer Dakar, ha demostrado también la necesaria frialdad y estoy contentísimo de su rendimiento. Contentísimo igualmente de Cristian España, quien tuvo la mala fortuna de ser penalizado tras saltarse un waypoint, del que solo le separaron veinte metros... y sorprendido con Johnny Aubert, que ha mantenido la calma en toda situación y que ni un solo día ha querido saber cómo iba la clasificación o las diferencias con respecto a los demás, centrándose a la perfección en su propia carrera».
- ¿Has aprendido mucho en este tu primer Dakar como jefe de equipo?
- «En realidad es más lo que me falta todavía por aprender, pero, incluso reconociendo mi falta de experiencia como “team manager”, sí he comprobado con agrado que sé cómo tratar a los pilotos y que me entiendo de maravilla con ellos. Por supuesto que se trata de mi primer año y a veces pienso “debería haber hecho tal cosa y no la hice”, pero estoy en pleno proceso aprendizaje y mi progreso es continuo».
- ¿Qué programa de trabajo tienes por delante este año?
- «Cuando lleguen de vuelta las motos del Dakar, valoraremos en qué otros rallyes tomamos parte este año. Serán en cualquier caso carreras de menor envergadura que el propio Dakar y, por tanto, más sencillas de gestionar. Con Jonathan, además, haremos el Campeonato de España de Enduro y luego atacaremos a fondo el Mundial con Danny McCanney, Christophe Nambotin, y Antoine Basset, además de asomarnos al WESS. En cuanto al Superenduro, hemos comenzado con McCanney pero recientemente se ha lesionado una mano y queda por ver si se recupera a tiempo para la última prueba del certamen. Después, Aubert disputará el Campeonato francés de Enduro por meras razones de marketing y también para mantenerse en forma de cara a Dakar».

EL CIRCO ROMANO

- Has hablado del WESS y del Mundial. ¿Cuál es tu opinión sobre la actual coexistencia de ambos certámenes?
- «A un endurista clásico seguro que no le seduce pilotar por encima de neumáticos y pilas de troncos. Esto yo lo considero otro deporte, no enduro. Pero, por otra parte, no se puede dar la espalda al hecho de que el enduro con obstáculos artificiales y extremos gusta. Aunque guste como hace dos mil años les gustaba a los romanos el circo, con gladiadores matándose entre sí… En fin, ves motos a tres kilómetros por hora cayéndose una y otra vez, y los pilotos haciendo trial más que otra cosa.
Ahora bien, no se puede negar que las carreras extremas arrastran gente, tienen televisión, retorno mediático… y, en definitiva, están ganando protagonismo frente a las del Mundial de Enduro. Yo solo espero que este año, y especialmente, la FIM, a la vista de cómo está el panorama, haga algo en favor de la promoción del Mundial».
- ¿Cambiarías algo del actual reglamento vigente en el Mundial de Enduro?
- «No sé, pero lo que desde luego no veo bien es ese intento de alterar la esencia del deporte con el único objetivo de atraer más público a las carreras. El enduro es, ante todo, un deporte bello para quien lo practica y no se puede pretender que, fuera de los verdaderos apasionados, atraiga a más gente, porque esto no es el fútbol. Luego habrá siempre quien te hable de la cantidad de gente que acude a la Erzberg… ¿Y sabes por qué va tanta gente? Porque, además de ser la única buena carrera de enduro que se celebra en Austria, allí tienes una cantina de dimensiones descomunales con abundante cerveza disponible. Pero pregúntale a cualquiera de los que hay
dentro quién ha ganado…».

- Y el actual formato de los Seis Días, ¿qué opinión te merece?
- «Bueno, yo soy un amante del enduro clásico y, por tanto, de las formaciones de Trofeo con seis pilotos, etc., así que estos últimos cambios que han llegado al ámbito de los Seis Días no los he recibido de buena gana. De acuerdo que hay países que tenían verdaderos problemas para encontrar seis pilotos de Trofeo, pero eso no me parece una excusa. Si hace más de mil años un maratón era como lo es hoy en día, con los ISDE debería ocurrir lo mismo. No tendría que variar su filosofía. Y si un determinado país no puede reunir seis pilotos, pues no participa y no pasa nada. Tampoco en los Juegos de Invierno verás muchos esquiadores africanos y… no pasa nada. Ésa es mi opinión.
Lo que sí me parece bien es que el reglamento siga obligando al piloto a realizar tareas mecánicas, porque de eso precisamente trataba la filosofía original del enduro: tú eres el piloto pero también tu propio mecánico».

- Tú no llegaste nunca a correr cross country en Estados Unidos, como sí hicieron en su momento otros enduristas de la talla de Juha Salminen, Shane Watts, David Knight… ¿no te atrae ese formato de competición?
- «KTM me propuso probar una temporada en América, pero la perspectiva de dejar familia, amigos, mi vida en Italia, para instalarme allí solo en un apartamento, sin ningún amigo cerca con quien salir a tomar una cerveza, no me atraía en absoluto. Me ofrecían un buen acuerdo, con mejores condiciones económicas que en Europa, pero para mí el dinero no es una prioridad. No estaba dispuesto a sacrificar mi calidad de vida.
Ahora bien, la especialidad del cross country sí que me gusta. En la época en la que yo alternaba el cross con el enduro y estaba en muy buena forma, disputé algunas carreras, consiguiendo incluso más de una victoria importante».  
- ¿Y el trial? ¿Lo has practicado?
- «Buff, siempre he sido un desastre en el trial. Cero. No tengo el “feeling” necesario con la moto. Participé hace mucho en un evento, una “Batalla de Campeones”, que obligaba a hacer trial y recuerdo que mi actuación allí constituyó un auténtico fracaso. El moto alpinismo, vale, pero el trial puro, nada. Soy un negado».  

BUTIFARRA STYLE

- Volviendo a las tareas que llevas a cabo para Gas Gas, ¿en qué medida intervienes tú, si es que lo haces, en el desarrollo de la moto de enduro?
- «Por supuesto yo estoy al corriente de todas las pruebas que se realizan y del desarrollo de la moto de carreras, pero contamos con un técnico de primerísima fila y muy experimentado como es Pere Ibáñez, que además hace de interlocutor y me transmite a la perfección todo lo que se está haciendo. Yo me he dedicado siempre a pilotar, pero no soy un técnico ni nada por el estilo, así que lo que hago ahora, más que proponer, es escuchar».
- ¿Has probado la moto?
- «Sí, y para mi edad te aseguro que es perfecta. Para pasear por la montaña con un bocadillo de butifarra en la mochila no hay que hacerle nada, te sobra moto. Otra cosa, claro, son los pilotos oficiales, que siempre andan pidiendo más potencia, etc., lo que nos obliga a intentar satisfacerles».
- Si comparas las motos de los noventa, tu década de oro como piloto, con las de ahora, ¿en qué dirías han cambiado más?
- «En las suspensiones, sin ninguna duda. Si antes la mejor de las suspensiones te permitía entrar por ejemplo en una zona de piedras a 40 km/h., con las de ahora lo podrás hacer seguramente a 70. Eso, considerando también que en el dominio de la electrónica se han dado pasos de gigante: en los noventa recuerdo que dedicábamos semanas enteras a hacer la carburación de la moto y luego llegabas al lugar de la carrera, que se hallaba a diferente altitud, y otra vez te volvías loco trabajando en el carburador. Esta situación ha cambiado felizmente, porque ahora se funciona más con el ordenador».
- ¿Trabaja Gas Gas en algún motor de cuatro tiempos que pudiera dar vida en el futuro a una nueva generación de motos de enduro y rally?
- «Hombre, cuando una marca se implica con las carreras como lo hace Gas Gas lo hace con vistas a desarrollar y probar nuevos productos. Y la voluntad de crear un 4T propio desde luego existe, además de toda la valiosa experiencia recogida en competición, pero la empresa ha de hacer sus números e ir paso a paso, para no equivocarse».

GENERACIÓN IPHONE

- De los pilotos más jóvenes que ahora están emergiendo, ¿alguno en particular que te llame la atención?
- Bueno, si me ciño a los italianos, que son de los que tengo más referencias, es difícil intuir quién podría convertirse en el mega campeón del futuro. El enduro de mi país no atraviesa su mejor momento, aunque esto es algo cíclico, pero sí nos penaliza la circunstancia de que se está perdiendo un poco la pasión por las dos ruedas. Los chavales de catorce años sueñan con tener el último modelo de Iphone y cuando cumplen los dieciocho, con el ordenador más sofisticado de mercado. Pero no todos aman las motos.
Dicho esto, también es cierto que tenemos pilotos brillantes, con buen nivel y que llegan a ese punto en el que casi podrían ser campeones del mundo, pero luego no consiguen dar ese segundo salto cualitativo necesario para estar en lo más alto. Yo siempre he dicho que ponerse a diez segundos del campeón mundial es fácil, pero ganar esos diez segundos es ¡la cosa más difícil del mundo! Y en Italia muchos pilotos jóvenes, cuando alcanzan ese nivel de “a diez segundos del campeón” piensan que ya está todo  hecho, cuando en realidad se hallan a años luz de dar el definitivo segundo paso».   
- ¿Un consejo para los que ahora se inician en el enduro?
- «No hay consejo que valga. Lo que obra milagros es la propia pasión de cada uno. Si sientes verdadera pasión por el enduro, entonces es el deporte más bonito del mundo, un deporte que además te permite estar en contacto con la naturaleza. Lo de menos es conseguir o no ser campeón, sino disfrutar de la moto y de la posibilidad de acceder a entornos a los que sería difícil llegar por otro medio».
- Una naturaleza de cuyo disfrute nos quieren privar constantemente los mal llamados ecologistas…
- «En efecto, aunque aquí yo estoy convencido de que hay soluciones. Los cazadores llevan siglos en la montaña y eso es así, porque su actividad está regulada por una serie de normas. Pues bien, el enduro ha de seguir el mismo camino. No puede ser que uno se compre una moto, salga de la tienda, e inmediatamente se ponga a hacer todas las barbaridades que se le ocurren. Tiene que haber, necesariamente, una regulación y una licencia de usuario. En Bérgamo, por ejemplo, donde yo vivo, no deberían permitir montar en agosto, porque hay muchos turistas paseando, pero en octubre los restaurantes de montaña están encantados de que aparezca gente en moto a comer…».
Sala es tan buen conversador que no vemos el momento de poner fin a la entrevista, pero aún tiene por delante una intensa jornada, así que no nos queda otro remedio que lanzarle una «tópica última pregunta» con la que cerrar decorosamente nuestra charla. Y ahí va:
- Ahora que pasas tanto tiempo en España, ¿qué es lo que más te gusta del país?
- «¡Las mujeres! –responde sin pestañear-. No, no, bórralo, que estoy casado… Pero ya hablando en serio, el hecho de que la mentalidad latina de españoles e italianos sea tan parecida, me hace sentir como en casa. Las costumbres, lo que se come, lo que se bebe… todo me resulta muy familiar y, en suma, creo que encajo mejor en un equipo español que en uno austriaco…».

El Sala al que entrevisté por vez primera hace más de veinte años no ha cambiado. Ahora no pilota, ahora dirige un equipo, pero lo hace con idéntico entusiasmo y haciendo gala de una simpatía y un carisma que, títulos mundiales al margen, son los que le han granjeado siempre la admiración de todos los «off roaders» del mundo.

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