Todo el que pasó de una forma u otra por la vida de Nicky Hayden lo recuerda como una persona extraordinaria. El chico de la eterna sonrisa, el chico de Kentucky cautivó a todos cuantos le rodearon por su formidable manera de ser. Su manera de aceptar los triunfos y los malos resultados le hacían aún más grande. Supo llegar a lo más alto y deslumbrar con su sencillez y a su vez caer al final de la ingrata parrilla y asumir con profesionalidad y optimismo cada resultado.

Del Dirt Track al AMA de SBK

Desde su infancia Nicky sabía el riesgo que entrañaban las motos y eso le hizo adorarlas, al igual que el resto de su familia, que desde siempre estuvo ligada a la competición. El dirt track fue su escuela y la de sus hermanos Tommy y Roger Lee, pero fue Nicky quien heredó el dorsal 69 de su padre, el número que le acompañaría siempre.

Sumó cuatro títulos nacionales de la especialidad pero lo que le apasionaba eran las grandes deportivas y no tardó en debutar en el AMA –con 16 años- compaginando ambas competiciones. Fue campeón de 600 a los 19 y dos años más tarde sería el campeón más joven de la durísima categoría de Superbike. Tenía solo 21 años y un futuro prometedor. Su progresión y talento provocaron que HRC se fijara en él y en 2003 dio el salto a la alta competición internacional como piloto oficial Honda Repsol, junto a Valentino Rossi.

MotoGP: Gloria y malos momentos

Nicky sufrió mucho sus tres primera temporadas en MotoGP con muchos altibajos en los resultados. El potencial del americano se hacía notar pero no brillaba de manera constante. Aun así Honda siguió confiando en él y fue en 2006 cuando logró el título de Campeón del Mundo de MotoGP. Un título que un fallo de Pedrosa en la penúltima carrera de la temporada estuvo a punto de irse al traste. Dani tiró a Nicky, su compañero, y le ponía en bandeja el campeonato a Valentino Rossi, que llegaría a Valencia líder. Hayden aceptó con entereza ese lance y jamás le reprochó nada a Pedrosa. Sin embargo y contra todo pronóstico el destino hizo que Rossi se cayera en el último GP y fue ahí donde Nicky cruzó la bandera a cuadros como ganador del Mundial. Aquellas imágenes de Kentucky Kid emocionado y llorando de felicidad, con la bandera de su tierra ondeando en el Ricardo Tormo, tal vez sean las más emotivas de la historia de la competición. El gesto de Hayden consolando a Rossi también caló hondo en la afición y, en especial, en Valentino, quien afirma que desde ese momento se ganó su corazón convirtiéndose en su mejor amigo en el paddock. Fue el último campeón americano recogiendo el testigo de leyendas como Schwantz, Roberts o Lawson.

Después llegaron malos tiempos con Honda donde el cambio de cilindrada y geometrías de la moto le penalizaron. Pasó a Ducati como compañero de Stoner, con aquel potro salvaje que sólo es aussie pudo cabalgar. Continuó en la escudería italiana hasta 2011 donde volvería a encontrarse con Valentino como compañero. Nicky acabó sus años de MotoGP en el Team Aspar antes de pasar finalmente a SBK de nuevo con Honda y donde tuvo que demostrar su valía y alto nivel de pilotaje para hacer subir a la nueva CBR1000RR al podio.

El final de Nicky llegó de la manera más inesperada cuando tras el GP de Imola decidió quedarse a pasar unos días con amigos y aprovechar para entrenar en bici. Un coche le arrolló en un cruce y tras varios días de lucha en el hospital Hayden dejaba el mundo. Su muerte conmocionó  a todos los amantes del deporte. Descansa en paz. Rest in peace. Ride in peace.