Entrevista: Teo Romera. ¿Quién es MrHicks46?

Teo Romera no es el típico viajero. Tampoco lo pretende. Ve la moto como una herramienta para conocer el mundo, como algo romántico, pero no se desvive por ella. Empezó tarde a montar, a los 25 años, pero sabía que sobre dos ruedas podría llegar muy muy lejos. Se propuso ahorrar para su gran viaje y lo hizo, vaya si lo hizo.

Bajo el pseudónimo de MrHicks46 tiene miles de seguidores en las redes sociales que se han hecho adictos a sus historias y reflexiones bajo el casco…

Puedes seguir toda la informaicon de MrHiks46 a través de su página de Facebook.

¿Por qué MrHicks46?

Es un nombre que ya utilizaba en internet con anterioridad a mi viaje. Tenía un perfil ya creado en el que contaba mis citas siempre desde el punto de vista del humor. De hecho, MrHicks viene por el humorista americano Bill Hicks, al que admiro y que para mí ha sido un visionario. Y el 46 es porque en inglés rima con Hicks (fourtysix), no por Valentino Rossi como mucha gente cree.

¿Resuelta la duda… como decidiste embarcarte en esta aventura?

En 2010 tuve un periodo sabático y decidí invertir mi tiempo en viajar por Latinoamérica. Tuve claro que viajar iba a ser una constante en mi vida y me puse a ahorrar durante 2 años. Soy ingeniero informático y pude hacerlo. Sí, el típico “loser” treintaañero que vive con sus padres… pero en la primavera de 2013 comenzó mi vuelta al mundo.

¿Por dónde empezaste?

Empecé atravesando Europa hasta Asia Central. Allí empezó realmente la aventura y pagué muchos errores de novato. Pero que también te enseñan mucho y luego se convierten en grandes anécdotas.

¿Por ejemplo?

Intentar hacer un vadeo en pleno diluvio en Mongolia… ¿Resultado? Moto inundada . Por suerte un lugareño me ayudó a sacarla del agua y a cargarla en una pickup rumbo Ulán Bator, la capital donde pudieron repararla. Aunque no fue hasta Japón donde la dejaron bien. Una aventura en sí misma.

¿Tuviste problemas de comunicación?

En Asia Central es complicado, pero al final siempre te haces entender. En América la experiencia es totalmente distinta y puedes entablar más lazos gracias al lenguaje.

No te he preguntado por la moto…

Escogí una R1200GS, todo un clásico. No le hice ninguna preparación de ningún tipo. Totalmente de serie y con algún accesorio para poder llevar más carga. La bauticé como Lucía.

¿Lucía?

Antes era entrenador de equipos de basket infantiles y en uno de ellos tenía a cinco niñas que se llamaban Lucía… Tuve que ponerle ese nombre.

Por lo que veo no eres el prototipo de viajero en moto

Procuro desmitificar el viaje. Yo no soy el típico aventurero, pero creo que no hay que ser Marc Coma para viajar. Hay muchos grandes viajeros que se tiran mucho el moco, pero en realidad todo el mundo puede hacer algo parecido. Sólo hay que disponer de tiempo, presupuesto y pocas ataduras.

Pero en alguna situación complicada te habrás visto envuelto…

Sí, sin duda. En Siberia (Rusia) de camino a Vanino, después de más de 1000 km se me hizo de noche y además pinché. Era la carretera en la que me habían dicho que eso no podía pasar. De hecho habían muerto dos viajeros en años anteriores y habían sido saqueados, pasé por su monumento… un detalle que no daba muy buen rollo.

Allí me vi a merced de los camioneros y por circunstancias nos separaron a mi moto y a mí. Pude dormir en el único café que hay en 700 km… pero en mi inconsciencia salí en mitad de la noche a coger las cosas de valor de la moto y me encontré allí con los ladrones… Pude salvar lo más importante y a la mañana siguiente continuar el viaje.

En México me sacaron una pistola desde un coche… pero creo que fue porque el conductor se asustó de mí. Allí muchos robos se hacen desde motos. De hecho, son pocas las experiencias negativas que he tenido. La gente es muy buena. México es la perla de América.

¿En algún momento del viaje pensaste en abandonar?

A los ocho meses de aventura tuve que volver a Madrid pues mi madre se puso mala. Estuve con mis padres una temporada pero fue ella quien me animó a volver a por la moto que estaba en Canadá y continuar el viaje. Me dije que solo estaría unos meses más y me tiré otro año entero.

En tus vídeos vemos realmente la parte de los sentimientos que cuesta encontrar en otros viajeros en moto.

Sí, y creo que por eso la gente se ha enganchado a lo que hago. Es el lado más personal. Mis reflexiones sobre la moto después de lo vivido. Voy hablando lo que me pasa por la cabeza en ese momento y parece que gusta a mis seguidores. Es curioso que son estos fans los que me recuerdan a veces quién soy. Cuento lo que le pasa a una persona y esto hace que se identifiquen muchos conmigo. Hablo de la vida, de la felicidad, del amor…

¿Has encontrado el amor en el viaje?

Al principio la gente estaba pendiente de si pillaba… Estábamos ante la primera vuelta al mundo sin pillar. Pero finalmente encontré pequeñas almas con las que compartir el cariño. De hecho me enamoré de una mujer en Costa Rica y tras el viaje se vino a vivir conmigo a España. Aquello no funcionó. Fue todo muy loco, ella lo dejó todo. Una historia muy bonita, muy sufrida y de la que aprendí mucho.

¿La vuelta a la realidad tras el viaje está siendo muy dura?

Sales de tu zona de confort y vuelves a una vida que te sabe a poco. Pero tengo en marcha proyectos muy interesantes vinculados con los viajes y la moto de los que prontos tendréis noticias.