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Rat Bikes: La basura hecha arte

¿Sabes lo que es una Rat Bike? Si cuando tu moto pierde una pieza tú la repones con lo primero que tienes a mano… no te preocupes, no eres el único. Tienes el síndrome de las Rat Bikes, un fenómeno que se extiende por todo el mundo desde hace décadas.

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Redaccion Moto1pro
Jorge Torrecillas
Autor Foto Fecha15/04/2015

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Fecha15/04/2015


A veces hay que elegir en qué gastarse el dinero, o a veces ni eso, pero la gasolina que nos lleva de un sitio a otro parece ser mucho más importante que cualquier recambio original para nuestra moto, y por supuesto está muy por encima de cualquier gasto que pueda suponer lavar la moto para que esté reluciente.

Aunque en su extremo pueda llegar a convertirse en una especie de síndrome de Diógenes sobre dos ruedas, la realidad es que el concepto de las Rat Bikes tiene un origen muy diferente, y te vamos a explicar cómo es.

El mero hecho de hacer el gasto para comprarte una moto ya es suficiente, de hecho será el único gasto que harás en todo el proceso. Mejor si es una moto de gran cilindrada, que aguante bien el paso de los años, y si se trata de un modelo popular, del que hay recambios fáciles en los desguaces, me lo pones incluso mejor. No te preocupes por el estado inicial de la moto, en breve estará mucho peor de lo que estaba.

Una Rat Bike nace cuando esa moto que tenemos empieza a envejecer y a necesitar piezas de recambio. Aquí es cuando comienza el proceso. El objetivo es no gastarse ni un solo duro y aprovechar cualquier otra cosa para sustituir las piezas que necesitemos, como si es algo que encontramos en la basura, eso sería mejor aún.

El objetivo es mantener la moto en las condiciones mínimas y necesarias de usabilidad, sin preocuparse lo más mínimo por su apariencia o aspecto estético ¿A quién le importa eso? Aquí lo fundamental es que nuestra moto se mantenga lo suficientemente en forma como para rodar el máximo periodo de tiempo posible, y no se le pide más.

No te preocupes por la pintura, no hay nada que no solucione un spray de pintura de color negro mate, en cualquier momento le das un repasito y listo. Latas para filtros de aire, trozos de neumáticos viejos para guardabarros, bidones que hacen de depósitos, cualquier cosa mullida hace de asiento si lo necesitamos, botes de plástico, cables, latas, tubos… el límite lo pone tu imaginación, y tu habilidad con la cintara americana, el alambre y los alicates.

Survival Bikes

Las Survival Bikes pueden parecer Rat Bikes, pero no lo son. Mientras que en una Rat Bike la estética es lo de menos, en una Survival Bike la imagen es lo primero. En apariencia se hacen pasar por motos olvidadas por sus dueños, en un aparente y avanzado estado de decadencia, pero nada es casualidad. ¿Recuerdas las motos de Mad Max? Pues esas son su inspiración. Motos pintadas en negro mate, transformadas, diferentes a todas las demás, pero donde nada está puesto al azar y todo tiene su función.

Aquí no vale coger lo primero que te encuentras en la basura, si lo haces al menos preocúpate por cuidar la estética de la moto. Que mantenga una armonía, que se note el buen gusto que tienes y que todo añada algo a la imagen que quieres que tenga tu moto. Echa un ojo a las Survival Bikes que aquí te mostramos, verás que quien más o quien menos tiene algo de gusto a la hora de hacer motos, aunque sus piezas puedan salir de un estercolero.

RAT BIKES EXTREMAS

FOTOS: GLEN ABBOTT

Tener una Rat Bike es toda una filosofía de vida, una subcultura en el mundo de las motos. Te gustarán más o menos, pero cuando la exclusividad manda los límites no existen.

Posiblemente en todo Estados Unidos no haya apenas una docena de genuinos “Rat Bikers” como ellos. No encontrarás dos motos iguales, cada una está minuciosamente personalizada por su dueño porque cada elemento tiene un significado personal en cada caso.

Para algunas personas, una Rat Bike puede parecer una montaña de basura sobre ruedas, con multitud de objetos adheridos, recuerdos colgantes que van allá donde quiera que vaya su dueño. Pero para ellos son objetos de deseo, obras de arte que llevan años construir y que nunca dejan de crecer.

Conrad Smith, Flat Lick, Kentucky

Para Conrad Smith “la mayoría de las cosas son de gente que he conocido y de sitios en los que he estado, recuerdos de muchas partes del mundo”. Y “Smitty” lo dice orgulloso contemplando su obra de arte, su peculiar Harley-Davidson Knucklehead del 46. “Cuando la compré ya era una rat, así que mantuve su esencia. Estaba sucia, no había sido lavada y lucía como toda una rat bike”.

Desde entonces Smitty no ha hecho más que adornarla, con ella ha ganado en los últimos años unos 11 trofeos en diferentes concursos, lo que le ha hecho aparecer en casi toda la prensa especializada estadounidense y más allá. “Por definición no puede haber dos Rats iguales, cada una está personalizada por su dueño con adornos que tienen significados particulares. De hecho, cuando la miras lo que ves es puro arte, yo la puedo considerar mi propio lienzo, mi obra de arte, porque si además en la palabra RAT ¿qué tienes? Exacto! ART!”.

Andy Anderson, DeLeon Spring, Florida

Andy Anderson siempre ha tenido Harley-Davidson Panhead y esta del 62 es su espectacular Rat Bike. Si te fijas en las fotos, Andy ha adaptado la culata de una escopeta al cambio manual, una lata de jamón cocido hace ahora de filtro de aire y, lo más tenebroso de todo, una mano de plástico se encarga de saludar a las motos con las que se cruza, sin que él tenga que mover ni un dedo. A todo eso hay que sumar un práctico sistema para hacer perritos calientes con el calor del escape, a Andy no se le escapa ni una.

“Comencé con una moto original, pero las cosas se fueron rompiendo y a veces tienes que reemplazarlas con otras piezas que a veces no son exactamente iguales, pero que cumplen con su función. Y entonces vas a algún lado y alguien te dice ‘Hey, toma esta bocina’ y así, poco a poco, se construye esta moto. Mil personas la hacen posible, no sólo una”. Una Rat Bike lleva su tiempo “Dije ‘OK, yo siempre he querido una Rat Bike’ y desde hace 24 años la moto no ha vuelto a saber lo que es el agua, más allá del agua de la lluvia”.

Anderson calcula que habrá recorrido con ella más de medio millón de millas, aunque es difícil de saber desde que el cuentakilómetros pasó a ser historia. “Las cosas se han ido cayendo, pero otras ha ocupado su lugar. Muchísima gente me ha dado nuevos complementos y nuevas ideas, y esa es la esencia de las Rats”.

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