Yamaha PW 50

40 años de la Yamaha PW50: Escribiendo la historia del motocross

Hacemos un repaso a la historia de una moto mítica y con personalidad propia, la moto infantil por excelencia. La Yamaha PW50 cumple 40 años escribiendo la historia del motocross.

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Autor:
Chema Calleja
Foto:
Archivo
Publicado el 20/04/2020
Yamaha PW 50

La Yamaha PW50 es la moto que más escuela de motocross ha creado en toda la historia. Nacida en 1980 y puesta a la venta en 1981, fue concebida para iniciar a los más pequeños en el mundo de la moto. En aquellos años Yamaha dominaba los campeonatos americanos de motocross con sus revolucionarias motos con monoamortiguador y refrigeración líquida y controlaban el mercado. Pero los usuarios de estas motos eran cada vez más mayores y las nuevas generaciones no tenían mucho interés en las motos.

Por ello Yamaha decidió crear un producto que enganchase a los más pequeños en el mundo del motocross y fuera un deporte que podrían practicar hasta ser adultos. Así nació la primera generación de la PW50 que fue un éxito total de ventas en USA y forjó una de las mejores generaciones de pilotos que se han conocido.

El nacimiento de esta moto dio pie al inicio de las competiciones infantiles, transformando un deporte que estaba enfocado a adultos, en un deporte familiar. Ahora todos podían ir el fin de semana al campo a pasar el día y cada miembro de la familia tenía una moto para disfrutar. Este hecho coincidió con el gran boom del motocross en USA, lo que hizo que un deporte que era minoritario  se convirtiera en un verdadero fenómeno de masas.

Concepto Original

La PW es una moto que desde su concepción dio en el clavo. Su concepto no puede ser más sencillo pero encarna la esencia del motociclismo en su estado más puro, y es totalmente acertado para que los más pequeños se inicien en el mundo de las motos. Su baja altura de asiento, el acelerador regulable, la transmisión por cardan y la potencia suave y controlable del motor son características propias de esta moto desde su creación, y que la han convertido en un icono del motocross. En sus 40 años de historia apenas ha cambiado, solo retoques estéticos y de carrocería que la han ido amoldando al estilo de cada década, y asemejando a los modelos grandes en cuanto a colores.

La posición de conducción es una de las claves por la que esta moto se ha convertido en leyenda. Baja, amplia y cómoda, en ella todos los niños se encuentran muy a gusto. Llegar al suelo no es problema a partir de los 3 años aproximadamente y esto es la clave para que aprendan con confianza y quieran volver a montar otra vez. Además las manetas y el manillar tienen una sección muy fina, y son pequeñas para que puedan agarrarse con facilidad y controlar la moto sin que les quede grande, cosa habitual en otras motos infantiles que usan componentes de adulto en este aspecto.

Monta un motor de 50cc refrigerado por aire y de transmisión automática. Ofrece una respuesta muy suave pero llena de par que podremos ir modulando según los niños van aprendiendo. El chasis es de acero, la suspensión hidráulica con doble amortiguador en el tren trasero y los frenos son de tambor. La transmisión final es por cardan, lo que además aporta un extra de seguridad ya que los niños nuca podrán meter los dedos en la cadena, ya sea por caída o por simple curiosidad, evitando así graves lesiones.

La PW dispone de arranque a patada pero una vez en marcha es casi imposible pararla. Su embrague automático y la regulación en el puño de gas hace que los niños aprendan muy fácilmente. Además se pueden acoplar diversos ruedines originales Yamaha o de la industria auxiliar para ayudar más aún a los peques en los primeros pasos. Y es que la PW es una moto que levanta pasiones entre los más pequeños. Su estética es divertida para ellos y enseguida capta su atención al verla bajita y asequible.

Una vez se montan en ella, el suave sonido del motor no les asusta, y la progresividad de la respuesta les da mucha confianza. Enseguida cogen el equilibrio si han montado en bici, ya que gracias a su bajo centro de gravedad la moto se controla muy fácilmente. Además cuando ya cogen un poco de nivel, el motor, con un tacto lleno hace que la moto tenga aceleraciones suficientes para que la moto patine un poco y ellos disfruten mucho de su potencia.

Los frenos detienen la moto sin problemas, con buen tacto y poder de sobra. Y las suspensiones permiten algunos saltos, pero necesita circuitos especiales y en cuanto cojan confianza puede que ya necesiten un modelo más adaptado.

La Yamaha PW50 es la moto de campo más longeva del mercado y aún sigue siendo un concepto actual y válido para nuestros días. Prueba de ello es la aceptación que aún tiene, siendo la moto elegida por muchos padres hoy en día para que sus hijos se inicien. De hecho muchos de estos padres también dieron sus primeros pasos encima de una PW y hoy en día confían en esta moto para iniciar a sus hijos. Un claro ejemplo es nuestro probador Julio López. Su primera moto fue una PW50 de 1992 y su hija, acaba de comenzar a montar en moto encima de la misma moto pero en modelo 2020.

Escuela de Campeones

Y es que la Yamaha PW50 ha sido la primera moto de la mayoría de Campeones del Mundo de la actualidad. Ya fueran Ricky Carmichael, James Stewart o Chad Reed, en motocross, o Marc Marquez, Casey Stoner en velocidad o Ivan Cervantes o Alex Salvini en Enduro, todos ellos tienen en común que la primera moto en la que montaron fue la PW 50.

Como hemos dicho, con su nacimiento, dio pie a la creación de campeonatos infantiles alrededor del mundo y los niños en vez de empezar a montar con 6 años lo hacían con 4. Esto subió el nivel de motocross en general y cuando esos niños fueron adultos llevaban la técnica aprendida desde pequeños. Así pudimos ver una gran evolución en el deporte desde finales de los 80 y principios de los 90 que nos ha llevado al motocross que vemos en la actualidad. Mucha culpa de ello fue por la creación de esta moto, algo de lo que no todo el mundo es consciente.

En los últimos años la PW se había visto relegada por otras marcas en el mundo de la competición, que ofrecía motos más rápidas y competitivas. Estas motos en cambio son más complicadas para los niños en sus primeros pasos y algunos llegaban a cogerle miedo. Por ello la Yamaha PW50 ha vuelto a tomar importancia en la multitud de escuelas que han surgido en los últimos años, y es la moto que se usa para el primer año de aprendizaje, gracias a su altura al suelo imbatible, su ligereza y su facilidad de manejo.

Prueba de ello es la creación de la escuela 814 Kids capitaneada por Julio López y con su sede en el circuito de San Martín de la Vega en Madrid. Julio dispone de cerca de 20 alumnos de menos de 5 años en su escuela, todos ellos sobre Yamaha PW. Dos días a la semana dan clases en el circuito especial creado para estos niños, siendo una actividad extraescolar más para ellos. Además la Federación de Madrid ha recompensado el buen trabajo de la escuela y el año próximo se creará una Copa 814 Kids con estos mismos niños compitiendo sobre sus Yamaha PW50.

Mucha guerra

A la Yamaha PW le queda mucha guerra por dar aún. La moto más veterana del mercado, ha visto muchas compañeras nacer y caer, pero ella se sigue manteniendo invencible en el cometido para el que ha sido creada. Ha visto el nacimiento de los frenos de disco, de las horquillas invertidas, la refrigeración líquida, los motores de 4 tiempos, el ocaso de las 2 tiempos, la inyección, las motos eléctricas... pero no necesita nada de eso, ella lo sigue aguantando todo.

Nadie sabe cuántos años más permanecerá en el mercado pero sin duda es una moto que ya tiene su gran hueco en la historia del motocross. Al hacernos con una de ellas, además de comprar la mejor moto de iniciación y con la calidad contrastada de Yamaha, estamos comprando un pedacito de ésa historia que la pequeña PW ha ayudado a labrar desde la sombra.

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