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Triumph Street Triple Rx: La Street definitiva

Imagina que a la Triumph Street Triple 675 R le añadimos unos cuantos componentes de su hermana súper deportiva Triumph Daytona 675 R para hacerla aún más efectiva ¿El resultado? Esta Street Triple 675 Rx: la Street definitiva.

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Roberto Ruiz
Javier Martínez
23/07/2015
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Roberto Ruiz
Javier Martínez

23/07/2015


ASPECTOS POSITIVOS

Respuesta del motor
Componentes y acabados
Estabilidad

ASPECTOS NEGATIVOS

Visibilidad de retrovisores
Sin acceso al display desde el manillar
Electrónica escasa

No vamos a negarlo, la Triumph Street Triple es una moto que nos gusta, que nos gusta mucho, que nos encanta, para qué disimular. A nosotros y a cualquiera que la prueba, no te creas. Es posiblemente una de las nakeds más excitantes del mercado, de las que mejor se comportan, de las que más se disfrutan cuando te pones a sus mandos, y es que el trabajo que la firma británica ha ido haciendo con su Street ha sido excepcional. Cuando la marca la renovó de arriba abajo y desplazó la característica salida superior de los escapes a la actual por abajo hubo muchos puristas de la familia Triple que quedaron decepcionados, las modificaciones internas y de chasis requerían esta medida para conseguir un mejor comportamiento. A todos ellos yo les diría: “¿Escapes por arriba? ¡Pruébala!”. La Street Triple siempre fue bien, pero desde esa actualización va aún mejor.

Ahora Triumph ha querido ir un paso más allá, escuchar la llamada de los seguidores de alma más deportiva y darle otro giro a su Street Triple con una versión especial más radical, más llamativa y más efectiva. Para eso no ha tenido que irse muy lejos, por suerte tienen en casa una de las mejores supersport del mercado también, la Daytona 675 R, y en Triumph pensaron que unir piezas de una moto con las de otra podría funcionar ¡Y de qué manera! Así nace esta Triumph Street Triple 675 Rx, nuestra protagonista hoy, posiblemente la Street definitiva. ¿Que por qué es tan especial? Te lo contamos.

La Street híbrida

Y no, no nos referimos a que tenga un motor de gasolina y otro eléctrico, ni mucho menos. La Street Triple Rx es la Street híbrida porque es, podríamos decir, medio Street y medio Daytona. No tienes más que verla en las fotos ¿no ves nada raro? Exacto, ese subchasis Diablo Red viene heredado directamente de la Daytona, mucho más estilizado, afilado y deportivo que el de la Street estándar. El asiento corrido para piloto y pasajero desaparece y ahora los asientos quedan divididos, con tapa para el colín incluida con la que se convierte en monoplaza. Además las llantas rojas tampoco pasan desapercibidas, a juego con el subchasis, que combinan a la perfección con la nueva pintura Aluminium Silver exclusiva de esta Rx. A todo esto hay que sumar la estética que consigue todo el conjunto gracias a esa cúpula y quilla de serie, que definen por completo las intenciones de la Rx.

Pero aún hay más, además de los cambios estéticos y de, en definitiva, toda la zaga de la Street Triple, la cosa no se queda ahí y es imposible pasar por alto un extra del calibre del cambio semiautomático. La Street Triple Rx equipa de serie un efectivísimo asistente de cambio, un quickshifter que te permite subir de marcha sin tener que tocar el embrague y sin tener que cortar gas, por lo que engranas una marcha tras otra sin que caigan las revoluciones del motor, ganando tiempo en cada aceleración y siempre aderezado con el cautivador sonido del tricilíndrico que llevamos entre las piernas. Vamos, que le viene ni que pintado, y con él el comportamiento deportivo y las sensaciones de la Street Triple se disparan por las nubes. Un acierto montar este quickshifter de serie, sí señor.

Triumph Street Triple Rx

A por ella

La Street Triple Rx es una naked con alma de streetfighter en su interior, su motor y el nivel de sus componentes así lo confirman, así que para ponerla a prueba y sacarle todo el potencial lo mejor es buscar una buena carretera de curvas donde echar un buen rato.

A sus mandos la Street no es una moto incómoda, el asiento nos trata bien, no tan bien como en la versión estándar eso sí, pero el ancho manillar nos permite ir erguidos en una conducción tranquila o al ataque si apretamos los dientes. Eso sí, de la protección aerodinámica mejor no hablamos, esta moto no entiende de eso y su pequeña cúpula es puramente estética a la hora de la verdad, pero eso ya lo sabes antes de subirte. La altura del suelo tampoco es excesiva, por lo que no es nada incómodo maniobrar si el tráfico de la ciudad te complica la vida, si eres alto y pasas de 1,80m quizá notarás llevar las piernas un poco flexionadas dada la altura de los estribos, pero es el precio que hay que pagar para gozar de plena libertad entre curvas. Al poco de ponerte a los mandos de esta Triumph ya te has hecho a ella, como si fuera tu moto de toda la vida, y la calidad de acabados y el gusto por los detalles te transmiten una grata sensación de confort.

En la Street Triple llama la atención una acusada falta de electrónica, pues para los tiempos que corren es raro no contar ya con ayudas como diferentes modos de motor o control de tracción. En este caso sólo disponemos de ABS. Hemos de tener en cuenta que hablamos de una moto que consigue mantenerse por debajo de los 10.000 € (9.495 €) y que la puesta a punto de la parte ciclo es tan buena que no necesitamos mucho más, además el motor es muy dosificable, por lo que, en definitiva, las ayudas electrónicas no se echan tanto de menos como en otros modelos.

Conectado

Es como te sientes sobre la Street, así, conectado con ella. La moto transmite a la perfección todo tipo de información. Tanto la horquilla invertida como el amortiguador trasero son multirregulables, por lo que se pueden adaptar a tus necesidades. En todo momento sabes dónde está la rueda delantera y dónde está la trasera, lo que llega a las manos es limpio y directo, por lo que si a esto le sumas la precisión del chasis tienes unas trazadas perfectas, intuitivas y sin sorpresas, justo por el sitio y sin esfuerzo, sea cual sea tu ritmo. A la Rx le gustan las curvas, eso es así, y no tienes más que mirar hacia dónde quieres ir para que la moto haga el resto. Es divertida, es fácil y tiene un fantástico aplomo. Y no, no exageramos, es que la Street Tiple Rx va realmente así de bien.

Llega el momento de frenar y para eso contamos con pinzas radiales delanteras de 4 pistones firmadas por Nissin, que ofrecen toda la potencia que necesitas, mientras que la trasera hace lo propio. El ABS no funciona nada mal. No es de ultimísima generación, pero sin duda está ahí para ayudarte y aguanta has el final antes de empezar a entrar en acción. Así todo el conjunto de la parte ciclo se completa de manera que nada falla cuando lo necesitamos, consiguiendo ligereza, precisión y agilidad de movimientos sin perder una buena pisada.

Para que no falle esa conexión total entre moto y piloto contamos también con un buen cuadro de instrumentos que nos informa de todo lo necesario, combina una gran esfera para las revoluciones y una amplia pantalla LCD para todo lo demás. Es una lástima que no podamos operar sobre el ordenador de abordo desde la misma piña sin tener que desplazar la mano hasta el cuadro, eso sí.

3 cilindros y 675 cc

Pero nada de todo lo anterior tendría sentido si no fuera por el alma de esta Street, su motor tricilíndrico de 675 cc. Es todo carisma, tiene un sonido que embriaga con sólo oírlo subir de vueltas, con una finura característica y un rugir grave cuando se cabrea. Su origen está en la primera generación de la Daytona 675 y con las adaptaciones necesarias le viene a esta Street Triple como anillo al dedo. Sus cifras no son apabullantes, 106 CV a 11.850 vueltas y 68 Nm de par a 9.750, pero la entrega es tan lineal y tan honesta que el resultado es mucho más divertido de lo que puedes imaginar, teniendo en cuenta además que nos encontramos con un conjunto de sólo 182 Kg en orden de marcha.

Esta buena relación peso potencia y el comportamiento de toda la moto te demuestra una vez más que no hacen falta altas dosis de potencia para pasártelo bien, con lo que hay tienes más que suficiente. Los bajos son muy aprovechables, la respuesta siempre está ahí y te sacan de cualquier lado, siempre con finura, sin brusquedades, y con una entrega muy progresiva. Cuando alcanzas las 8.000 vueltas es cuando sale el genio, el sonido cambia y la Street frunce el ceño. A partir de ese momento la moto tranquila y dócil que podemos usar en ciudad saca todo el carácter y se vuelve en toda una deportiva. La conexión entre acelerador, motor y rueda trasera es perfecta, sabes lo que pasa en cada momento y eso no viene nada mal teniendo en cuenta que no tenemos control de tracción.

En este momento, cuando te entran ganas de enfundarte de cuero y meterte en un circuito con ella, es cuando más partido le sacas al quickshifter. Subir empalmando marchas sin cortar gas mientras que el sonido se vuelve grave y contundente, y el motor sigue estirando, es una verdadera delicia. La aguja del cuentarrevoluciones sube rápido y unos destellos azules te indican que ya va siendo hora de meter la siguiente marcha. Y así, cuando te das cuenta, te lo estás pasando como un niño pequeño. Ya puedes decir que le estás sacando todo su jugo a esta Triumph Street Triple Rx.

La moto al detalle...

Triumph Street Triple Rx
Estética Rx

La Rx va un paso más allá en deportividad. Se sirve del subchasisDiablo Red heredado de la Daytona 675R, además de llantas en rojo, pintura AluminiumSilver, tapa del colín, quilla, cúpula y nuevos grafismos. Con estos componentes y una decoración específica le es imposible pasar desapercibida.

Instrumentación

Completo panel de instrumentos combinado de LCD con velocímetro digital, contador parcial, tacómetro analógico, cronómetro, indicador de marcha engranada, testigo programable de cambio de marchas, reloj e indicador de ABS desconectable y presión de las ruedas (opcional). Sólo falta temperatura exterior.

Triumph Street Triple Rx
Frenos y suspensiones

Potentísimas pinzas radiales Nissin de 4 pistones que muerden un doble disco delantero de 310 mm. Detrás pinza Brembo de dos pistones. El ABS es de serie. Triumph se sirve de una horquilla invertida Kayaba de barras de 41 mm y 115 mm de recorrido, junto a un amortiguador trasero de 135 mm de recorrido. En suspensiones, ambas ajustables en precarga y rebote. Una puesta a punto tirando a firme que hace trazar cada curva con tiralíneas.

Triumph Street Triple Rx
Cambio semiautomático

En esta versión Rx se equipa de serie un interesante extra como el efectivo quickshifter de Triumph. Subir de marcha sin tocar el embrague y sin tener que cortar el gas se convierte en una delicia.

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