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Motos con historia: Japauto y las carreras de resistencia

Cuando las carreras de resistencia vivían su apogeo en los años 70, la preparación francesa creada por Japauto dio vida a una de las motos más míticas de la historia del motociclismo.

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R. Ruiz
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Fecha20/11/2020
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Hoy si ves una Japauto en un museo de motos clásicas es imposible pasar de largo y no detenerte a admirarla, aunque no tengas ni idea de qué moto es, cuál es su historia o cómo ha llegado allí.

Para hablar de las Japauto hemos de remontarnos a los años 70, cuando los franceses eran quienes partían la pana en las carreras de resistencia. El concesionario parisino de Honda Japauto estaba metido en las carreras de Endurance hasta la médula y su historia está íntimamente ligada a la competición, tanto que hoy hablamos de ellos y las motos que hicieron pasar a la historia.

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Japauto disputó un total de 97 carreras con sus preparaciones y subió al podio en cuarenta ocasiones, consiguiendo tres victorias en el Bol d’Or, en el 69 con Rougerie-Urdich, en el 72 con Debrock-Ruiz y en el 73 con Debrock-Tchernine, y por el manillar de sus motos llegaron a pasar hasta 66 pilotos diferentes. Pero además de competir con motos preparadas Japauto llegó a crear y comercializar un “kit de competición” destinados a transformar las Honda CB 750, a la vez que crearon su propia firma Japauto y comenzaron a vender los modelos ya elaborados, comenzando por la veloz Japauto 950 SS.

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Todo empieza en el Bol d’Or de 1969

En 1969 Honda puso en escena su Honda CB750 Four, la primera superbike nipona de la historia. En 1968 se fabricaron cuatro prototipos artesanalmente, se presentó en el Salón de Tokio y solo un año después ya estaba revolucionando el mercado. Con un motor de cuatro cilindros en línea transversal y dos árboles de levas en culata marcó las bases de las actuales deportivas tatracilíndricas. Contaba con refrigeración por aire, cuatro silenciosos de escape, freno de disco delantero y llantas de radios. El sueño de los amantes de la velocidad y las carreras.

La primera victoria en competición de la Honda Four no se hizo esperar, fue en el Bol d’Or de 1969. La presentó el concesionario Honda Japauto de París y la puso en manos de Daniel Urdich y Michel Rougerie, quienes la llevaron a lo más alto. Una moto de 72 CV, 180 kilos, suspensión original y un segundo disco añadido al freno delantero. Aunque la moto aún no se comercializaba en Francia en el último momento surgió la posibilidad de conseguir la moto de unos pilotos ingleses, ese año no tenían permitida su participación por ser extranjeros y el resultado no pudo ser mejor.

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Visto el éxito obtenido en Japauto se pusieron manos a la obra para conseguir una moto capaz de ganarlo todo, una auténtica superbike de prestigio. Sobre esa base trabajaron para aumentar la moto de potencia. Primero se pensó en cambiar la carburación, pero finalmente se optó por aumentar la cilindrada, se alcanzaron los 969,8 cc al montar cilindros de 70 mm. Brétille se encargó de fabricar las piezas. Tras esta transformación, Japauto corrió su primer Bol d’Or y comenzó a comercializarse.

Japauto había creado un monstruo, el monster du bol concretamente, y aunque no tuvo suerte en las ediciones de 1970 y 1971, en las que ganó Triumph, sí consiguió por fin la victoria en 1972 gracias al equipo formado por Ruiz y Debrocq. Un año después, en 1973, Debrocq y Tchernine volvieron a ganar. La Japauto 950 SS, con su enorme y singular carenado, parecía llegada de otro mundo. En 1974 Tchernine y Boinet tuvieron que retirarse, conservándose el honor de Japauto con la quinta plaza de Ruiz y Huguet.

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Japauto siguió evolucionando su moto y participando con asiduidad en la temporada de resistencia. En 1975 se consigue una tercera plaza en Barcelona de manos de la pareja Ruiz-Huguet, una victoria en Spa y un subcampeonato de resistencia en la clasificación final de la FIM.

En 1976 llegaron las Honda oficiales, avasallando y consiguiendo victoria tras victoria. Para plantarles cara se desarrolló la Japauto 1000 VX, que de primeras se basó en el motor de la Honda 750 llevado al límite, pero que terminó montando un bloque motor construido por JPX. Se consiguió una cilindrada exacta de 996 cc, 85 CV de potencia y 78 Nm de par. Y los resultados en carrera no se hicieron esperar. Sin embargo, Japauto no volvió a pisar lo más alto del cajón. La marca mantuvo su participación durante varios años más en las carreras de competición más prestigiosas del mundo, con otras preparaciones y carenados, hasta que finalmente en 1989 se retiró de la competición.

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Los kits de preparación y las Japauto de calle

Desde que en 1970 Japauto comenzara a cosechar éxitos en las carreras de resistencia la marca no dudó en comercializar kits de preparación con los que mejorar las prestaciones de las Honda CB 750. Pero además se fue un paso más allá y el concesionario pasó a vender sus modelos Japauto ya montados, de manera que cualquiera (cualquier con mucho dinero, eso sí) pudiera adquirir una rapidísimas 950 SS.

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Cuando se dio vida a la Honda Japauto 950 SS en el taller parisino se recurrió a un kit que contaba con cilindros y pistones Japauto, mando de gas rápido, tapa de encendido de aluminio con logo Japauto y corona de 43 dientes. En 1972 se pone a la venta el kit y se añade un depósito de fibra de vidrio con dos tapones y un colín inspirado en el de la moto ganadora en el Bol d’Or. Todo tenía un precio de 3.990 francos, y si pagabas 960 más el montaje te lo hacían ellos. Cuando llegó el momento de la Japauto 1000 VX, además del nuevo kit, se empezaron a comercializar los característicos carenados de los modelos Bol d’Or, con luces incluidas.Japauto

Llegó un momento en el que las transformaciones eran tantas, y tan caras, que el precio de los extras ya superaba el 60% del precio inicial de la moto, de manera que Japauto pasó a comercializar sus motos como modelos franceses, y no japoneses. Eso permitió que las Honda Japauto llegaran a España en 1974, donde las pocas motos japonesas que llegaban en esa época lo tenían que hacer a través de Canarias. Fueron tres las Japauto de calle que los amantes de la velocidad tenían a su disposición: la Japauto 1000 VX, la Japauto 1000 VX Bol d’Or, réplica a la de carreras, y la Japauto 1000 VX Vitesse, como un modelo más de calle, sin carenado y asiento para dos personas.

Roberto Ruiz
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Comencé sobre dos ruedas en una Bultaco Chispa y antes de terminar la carrera de periodismo ya trabajaba en una revista especializada, donde me formé y empecé a escribir de motos. Formo parte del equipo de Moto1Pro desde hace casi 10 años y procuro aportar todo lo posible desde mi “joven” experiencia.

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