Isidre Esteve: "cómo me gustaría haber corrido en esta época"

Hablamos con Isidre Esteve de motos, de enduro y de Dakar, tres de las grandes pasiones de un piloto experimentado en mil batallas. Repasamos su carrera deportiva, el pasado y la actualidad del Dakar y los proyectos de futuro con él, una enciclopedia abierta del mundo del motor, un piloto que se expresa con la simplicidad de un buen gesto y una sonrisa: Isidre Esteve.

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Redaccion EnduroPro
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fecha11/07/2017


Texto: Nicki Martínez / Fotos: Nicki Martínez / KH7 / KTM

“¿Qué tal ‘Martines’, cómo va todo?”, Isidre contagía alegría con simples gestos. Es un don. Le conozco desde hace tiempo y sé, de ciencia cierta, que es capaz de arrancar la simpatía de la gente por su forma de ser y decir las cosas. Un día tras el rally de Centro Europa de las Dakar Series 2008, Eric Bernard, su manager en el equipo KTM Gauloises, me confesó que Isidre “había sido el piloto con más técnica y talento que jamás había tenido en su equipo de raids”. Un piloto apreciado por sus compañeros, por sus rivales y por los aficionados a las motos. Un campeón dentro y fuera de la pista, y un tipo agradecido por lo que le ha brindado sus profesión a pesar del duro golpe que supuso el accidente en el rally de Almanzora, una caída que le postró a una silla de ruedas a finales de marzo de 2007, ahora hace ocho años.

A veces la vida nos pone a prueba, pero tras la tormenta siempre llega la calma. Un prisma optimista que ha llevado al piloto de Oliana a mirar siempre hacia adelante, sin tristezas. Al contrario. Una capacidad que algunos médicos han bautizado como “resilencia”  y que no es más que la aptitud que permite a algunas personas que han afrontado situaciones traumáticas a salir fortalecidas de ellas. Hablamos con Isidre Esteve de motos, de enduro y de Dakar, tres de las grandes pasiones de un piloto experimentado en mil batallas, un gran comunicador -os lo aseguro- del que me confieso fan y amigo. Repasamos su carrera deportiva, el pasado y la actualidad del Dakar y los proyectos de futuro con él, una enciclopedía abierta del mundo del motor, un piloto que se expresa con la simplicidad de un buen gesto y una sonrisa: Isidre Esteve.

LOS INICIOS EN EL ENDURO

De pequeños todos hacíamos planes, pero estoy seguro que jamás te imaginaste que llegarías a ser piloto.

 “Ni por asomo. Soy de Oliana, un pequeño pueblo del prepirineo catalán. En mi casa teníamos un pequeño negocio hostelero en las afueras. Así que, mi primera moto fue una Puch Minicross que utilizaba para acercarme al pueblo, combinaba mi trabajo en casa con mis estudios, pero jamás me habría imaginado compitiendo.”

Pues ya nos explicarás cómo llegaste al enduro.

“En mi pueblo se organizaban los ‘Dos Días del Segre’ y aquello me enganchó. A mi vieja Puch le sucedió una Rieju 75. Me animaron a participar en la carrera y , tres o cuatro meses antes de esta, junté todos mis ahorros y me compré una TM 80, la ‘moto’ de enduro de aquel entonces. Creo que fue la primera que llegó a España.”

Y por lo que nos han ‘chivado’, aquello fue llegar y besar el santo.

“Sí, apenas hacia tres meses que me había subido a aquella moto, participé y gané en la categoría 80. No tenía ninguna intención de continuar, sin embargo la gente del club me animó a probar suerte en otra. Fui a Guadalajará y también gané, luego vino Valverde del Camino... ¡y así empezó todo!. Aquel primer año gané el Campeonato de España Júnior, en 80 cc, y al año siguiente Pep Vila, que era el seleccionador, me llamó para los Seis Días de Checoslovaquía. Todo empezó a coger una velocidad de vértigo y al año siguiente ya estaba en el equipo nacional con Gas Gas haciendo el Europeo.”

Sigue, sigue por favor... Ya entrado en inercia.

“En 1992, gané el Campeonato de España Sénior con Gas Gas, todavía en 80 cc, antes de que esta categoría desapareciera. Luego pasé a 125 cc. Estuve tres años y medio en el equipo nacional, hasta que fiché por Honda Motorgas. Allí estuve dos años más, conseguí el subcampeonato de Europa, que acabó ganando Marc Puigdemont. Aunque uno de los títulos que mayor ilusión me causó fue en Holanda, en los ISDE. Fui cinco días primero en 80 cc y al final me ganó el italiano Gian Marco Rossi, en la especial de motocross. Está claro que me habría gustado ganar, pero ese segundo puesto me hizo muchísima ilusión. Y luego, recogiendo el hilo de lo anterior, de Honda Motorgas pasé a KTM, con Marsi. Primero en 125 cc, donde finalmente conseguí ganar el Nacional. Y paralelamente vinieron las bajas, en 1995, con una Honda CR 250 2T gané mi categoría y acabé cuarto Scratch, y allí me dije a mi mismo que aquella era la especialidad en la que más disfrutaba.”

¿Tan diferente era el enduro de antes del actual?

“Sí, ¡y tan diferente! Quizás sea por culpa de los problemas que tenemos para acceder al medio natural o quizás el hecho de reinventarlo para hacer esta especilidad más atractiva al público, con la creación de las extremas. Todos los pilotos nos replanteamos cómo debíamos preparar las carreras y hubo quienes se centraron en entrenar sólo las extremas, más que para ganar, para no perder las carreras allí, porque un fallo en la extrema te hacía perder 30 o 40 segundos, o incluso un minuto.”

¿Fue culpa de las extremas?

“A partir de entonces el enduro cambió por completo. El rally ya no tenía tanta importancia, se tenía que ser muy bueno en las especiales y no fallar en la extrema. Antes los tiempos del rally eran tan ajustados que llegabas fundido a las especiales. Y eso ahora ha cambiado, el rally es menos selectivo y las especiales mandan, además en vez de 4 por carrera ahora se hacen 9 o 12.”

EL SALTO AL DAKAR

En 1998 diste el salto al Dakar, cuéntanos cómo ocurrió.

“Bueno, en el 97, corría junto a Nani -4T- y Miki Arpa -250 cc- en KTM, y recuerdo que pasé por un momento en el que no tenía muy clara mi continuidad en el enduro, estaba alicaído y pensé que quizás, lo mejor, sería dejarlo. Venía de perder un campeonato de Europa y Nani, volviendo de Granada, de la última carrera del nacional, me habló maravillas del Dakar que él había corrido ese mismo año.”

Entonces Nani te metió en todo el ‘fregao’, ¡no me lo creo! (risas)

“Sí. Me gustaban las bajas, pero jamás había probado suerte en ningún raid tipo Dakar. Así que en octubre me tiré a la piscina y, en enero ya estaba allí. Me pasé dos meses dando vueltas por todos los despachos de Lleida en busca de conseguir el presupuesto necesario para ir y finalmente, con la inestimable ayuda de Josep Lluís González y Gonzalo Gil, dos grandes amigos, conseguimos reunir el presupuesto necesario para ir al Dakar. Marsi también nos prestó ayuda para nuestra KTM 600 4T. Piezas, recambios, todo lo que pudo.”

Y aquel Dakar dio un giro a tu vida y a tu carrera.

“Cambió mi vida deportiva. Por fin me di cuenta de qué quería realmente hacer. Fue un punto de inflexión, a partir de ese momento dediqué todos mis esfuerzos para prepararme para los raids y el Dakar.”

EL PASO DE PRIVADO A PROFESIONAL Y LA VICTORIA DE NANI

Empezaste como privado y, en un plazo relativamente corto, pasaste a profesional.

“Competí durante cuatro años como piloto privado con el inestimable apoyo del sector empresarial e institucional de Lleida, fue increíble. Cada año hicieron un esfuerzo un poco más grande para que el presupuesto fuera mayor y para que pudiera ir en mejores condiciones. El primer año empecé yendo con una caja de recambios, sólo con el repuesto necesario, acompañado por mi mecánico –‘Pelut’- y por Gonzalo Gil. Acabé el 18 en la Scratch, siendo el mejor rookie. Y eso animó a mis patrocinadores que cada año miraban de que contará con algo más de presupuesto y material. Mientras que cada vez, poco a poco, KTM me ayudaba también más y, en el 2000, ya hice tareas de mochilero de Heinz Kinigadner y de Nani Roma. Un año más tarde mi moto ya era casi oficial y conseguí el cuarto puesto, mi mejor resultado en el Dakar. Fue, si mal no recuerdo, el primer año que KTM ganó el Dakar con Fabrizio Meoni, creo recordar que Sainct y de Gavardo estuvieron en el podio. Aquel cuarto puesto como privado fue espectacular.”

Y al año siguiente ya llegó el salto definitivo al KTM Repsol-Telefónica

“Sí, en 2002 ya se creó el equipo Repsol con Telefónica-Movistar en el que éstabamos Jordi Arcarons, Nani Roma y yo, apoyados también por un coche de asistencia en el que también iban Fernando Gil y Rafa Tornabell. Hubo dos años en los que, desafortunadamente, a Nani se le escapó la victoria. Pero finalmente, en el 2004 lo consiguió.”

¿Aquella fue una victoria de equipo?

“Sí, pero él hizo todo lo que tenía que hacer para conseguirla. Creo que en aquel Dakar hizo un cambio importante. Nani, con Arcarons de manager y conmigo y Marc Coma como compañeros, se tomó las cosas con más calma, gestionó la carrera con inteligencia y consiguió una victoria que nuestra afición ansiaba desde hacía mucho tiempo. Éramos un equipo muy bien cohesionado y pienso que aquella confianza fue la que ayudó a Nani a centrarse y a decir: ‘¡Esta es nuestra hora de ganar!’. Y así lo hizo.”

EL FICHAJE POR KTM GAULOISES

Del KTM Repsol pasaste al KTM Gauloises. Misma marca y equipos antagónicos, rivales. Un cambio que dio mucho que hablar.

“Quería que mi equipo creyera en mí para ganar el Dakar y en Gauloises, siempre con el apoyo de KTM fábrica, me aseguraron que formaría parte de un equipo con dos líneas de ataque, con Cyril Despres y conmigo delante, y que dispondría de todas las herramientas necesarias para luchar por el Dakar. En el KTM Gauloises realmente me sentí muy apoyado y creo sinceramente que en mis últimas cuatro temporadas en activo, antes del accidente, puedo decir honestamente que estuve en disposición de ganar el Dakar, de luchar simpre por la victoria.”

En tu último año con Repsol conseguiste ese nuevo cuarto puesto del que hablabamos antes.

“Sí, aquel año acabé cuarto después de un rally durísimo para todos nosotros en el que lamentamos la muerte de Fabrizio Meoni. Aquella fatalidad sucedió ante mí y me trastocó, mucho. Creo que aquel año teníamos opciones de luchar para ganar, porque en el momento del accidente yo iba tercero en la clasificación. Cyril, Marc y yo estábamos en un pañuelo. Pero aquel día Cyril se escapó delante y ni se percató de la caída de su compañero, y fuimos nosotros –Marc y él- los que paramos y nos quedamos con Fabrizio hasta que llegó el helicóptero.”

SIEMPRE CON OPCIONES DE HACERSE CON EL ‘GRAN TOUAREG’

Y los dos siguientes años, ya en el KTM Gauloises, fue cuando más cerca tuviste la victoria.

“Creo que la acaricié. Nos disputamos la victoria con Marc, pero el primer año me rompí el bazo y el segundo se rompió el cambio de la KTM. No sé si habría ganado, pero creo que si no me hubiera sucedido eso al menos habría quedado segundo los dos años.”

Lo de las averías en el cambio de las KTM 690, en 2007, fue como una broma pesada para los oficiales de la marca austríaca...

“Fue una putada porque sabíamos que los cambios se rompían y, tras el día de descanso, me dijieron que si mi moto había llegado hasta allí ya no se rompería... Y al día siguiente, en la etapa más larga del rally, se rompió el cambio antes del kilómetro 200. Se quedó en primera. ¡Hice 420 kilómetros de especial en primera!. Atar-Tichit, no lo olvidaré jamás. Marc y yo estábamos separados por muy poco y Cyril, que era el tercero, estaba a más de una hora. La verdad es que aquellos fueron dos años muy intensos con Gauloises.”

DE LAS PESADAS BICILÍNDRICAS A LAS LIGERAS 450 cc

Habías pilotado los mastodontes bicilíndricos del Dakar, después las potentes y pesadas 690 y tambié fuiste uno de los principales desarrolladores de la nueva generación de KTM 690 Rally con chasis de bajas... ¿Qué piensas ahora cuando ves estás 450 tan ligeras?

“Hombre, si te digo la verdad, ¡pues qué me gustaría mucho vivir esta época!. Nunca tuve la envergadura de Nani o de Marc y ahora, cuando veo estás 450, motos que son prácticamente como una de enduro, que se ponen casi a 180 km/h, me digo: ‘Joder, ¡cómo me gustaría haber vivido esta época!’. De hecho, creo que si no me hubiera hecho daño todavía estaría corriendo en moto y siendo competitivo, y todavía más con estas motos tan pequeñas y ligeras. Me encantaba correr la Baja con motos de este estilo y ya no quiero ni imaginarme hacer un Dakar con una de ellas, sería espectacular.”

Vaya, que esta nueva generación de 450 habría sido tu moto ideal para los raids.

“Me encantaría poder subirme a una de ellas, tanto en la KTM como en la Honda. Y más ahora, que el Dakar es tan complicado en cuanto a navegación y ya no son aquellas etapas de antes en las que íbamos tan rápido. Ahora en Suramérica las motos son más pequeñas, las etapas más técnicas... Me gustaría mucho, mucho sin duda alguna.”

EL DAKAR AFRICANO Y EL SURAMERICANO

Viviste el maravilloso Dakar de África y el primero en Suramérica -en 2009- a los mandos de un coche.

“No tienen nada que ver el uno con el otro. Las únicas similitudes que guardan están en el nombre, Dakar, y en que en ambos casos es y ha sido una gran competición. En África, las etapas eran en línea y no había los enlaces maratonianos que, a día de hoy, hay en Suramérica. Allí las etapas eran un poco más previsibles cuando habías participado en diez ocasiones, podías planificar un poco qué te podía suceder. El Dakar en África era una aventura a nivel personal, la experiencia de tu vida, sobre todo la primera vez. En cambio, ahora en Suramérica, es una carrera compleja porque quieren hacer muchos kilómetros y las especiales se disputan en porciones de terreno, al norte de Argentina y en el desierto. En cambio, antes, a medida que te adentrabas en África el recorrido se ensanchaba y en Suramércia es al contrario, se convierte en un embudo.”

¿Y en cuánto a navegación?

“¡Ahora es una carrera frenética! La navegación es muy complicada y a ésta, se le suman los problemas de altura, de calor.... es un rally lleno de contrastes, en Bolivia llueve y en Argentina te asas a 50 grados. Es como un puzzle.”

Aquella sensación de soledad que se vivía en África, ¿se ha perdido para siempre?

“Esa sensación ya no la tienes, ahora sólo faltan gradas. El público está esperando a que pases y eso es muy distinto que aquel entonces en África, porque allí cuando te perdías no tenías ni puñetera idea de donde estabas. No sabías si la pista correcta te quedaba a la derecha o a la izquierda, ni cuánto te habías desviado del rumbo... El formato es muy distinto.”

CON EL CONTINENTE AFRICANO EN EL CORAZÓN

Para un chaval como tú, de un pequeño pueblo del Pre-Pirineo, tu primer Dakar debió ser indescriptible

“Siempre había oído hablar del continente africano y de sus dificultades en los documentales, pero lo suyo es vivirlo allí en primera persona. Primero en Marruecos, luego Mauritania con una pobreza que no deja a nadie indiferente, la alegría de Malí a pesar de sus carencias... El Dakar en África, a nivel de paisajes, era brutal. Todavía puedo sentir aquella olor cuando salías al enlace, por la mañana, y cruzabas algún un poblado. Esas son sensaciones que se te quedan de por vida. Mi primer Dakar, aquellos 18 días, fueron tan intensos que incluso me supo mal despedirme de allí cuando se acabó todo. Lo de menos era si había acabado el 18, el 28 o el 100. ¡Había llegado!”

Lo recuerdas con especial cariño, pero en realidad era un carrusel emocional.

“Pasé momentos de miedo. Sentí solitud, esa sensación de pérdida que te lleva a decir que no te va a encontrar ni Cristo (risas) Miedo. Solitud. Liberación cuando encontraba la pista. Hambre, ¡perdí nueve kilos!. Cuando llegué a casa mi madre ni me reconocía. Tampoco puedo decir que fuera la monda, porque hubo momentos en los que me preguntaba qué demonios estaba haciendo allí, pero luego cuando llegas al final, te duchas, comes y descansas. Entonces piensas: ‘¡Qué contento estoy del día que decidí participar en esta carrera!’. Porque si no, no habría podido vivir esta gran experiencia.”

Sigues de cerca el Dakar en tu faceta de comentarista de TV3, ¿cómo has visto esta edición?

“Este año he visto una gran carrera durísima para las motos. Abierta y con varios pilotos que podían estar allí delante. Me ha gustado mucho el rally que he visto de Marc Coma y Joan Barreda, han hecho una carrera vibrante. Marc cuenta la ventaja que da la experiencia, ha sabido estar delante esperando y forzando que sucedieran cosas. Y, por otro lado, a Joan lo he visto más centrado que el año pasado, con un equipo muy bien organizado. Ellos dos están a otro nivel, pero detrás ya llega el relevo, pilotos como Jordi Viladoms, Paulo Gonçalves, Sum Sunderland, Toby Priece, Matthias Walker... pero todavía les falta llegar al nivel superior.”

ANÁLISIS DEL DAKAR 2015

¿Qué marca la diferencia en este nivel en el que están Marc Coma y Joan Barreda y los demás?

“Ambos luchan para ganar. Marc sabe leer la carrera y sabe qué tiene que hacer. Y si falla algo, lo corrige sin perder apenas tiempo. Ambos cuentan con un gran equipo, KTM y Honda son los mejores actualmente, y de Joan me gusta esa fuerza del piloto que acaba de llegar. Viene del cross, tiene una técnica increíble, llega con unas ganas, una fuerza y una juventud que Marc no tiene, pero la experiencia siempre es un grado en el Dakar. Este año, me habría gustado que esa lucha entre ambos se hubiera mantenido hasta el final, pero desgraciadamente hubo la etapa del salar de Uyuni que decidió la carrera de una forma injusta para todos. Pues no hay que olvidar que allá abandonaron Viladoms, Farrés, Botturi... Demasiada gente. Y fue una etapa en la que, además, perdieron la carrera Joan Barreda y Honda. De una forma injusta porque fue una lotería, también la podría haber perdido Marc.”

¡Qué catástrofe de jornada!

“Cuando hubo la posibilidad de plante, los pilotos pensaban en el frío, ni se imaginaban que el problema estaría en el agua salada de Uyuni que se cargó todas las mecánicas. Marc tuvo la suerte de que su moto aguantó hasta el final y Joan la mala suerte de que la suya se paró y que no sabían ni cómo arreglarlo. Y así fue el Dakar, después que Tobby Price acabará tercero es fantástico, pero de momento no es un piloto por el que apostaría para ganar, porque una cosa es ser tercero y la otra es que te carguen la responsabilidad del equipo para ganar.”

Cyril Despres se pasó a los coches en esta última edición, Marc Coma también ha estado a punto de hacerlo tras conseguir su quinta victoria.... ¿se está precipitando un cambio generacional?

“Sí, creo que ahora mismo eso ya esta sucediendo. Creo que ya existe esa nueva generación de pilotos con Barreda, Gonçalves, que me ha sorprendido mucho como ha corrido estos últimos años, Viladoms, Walker, Price, Sunderland, Pain... Creo que ese cambio generacional ya existe. Marc ha renovado con KTM porque no ha tenido una propuesta sobre la mesa que le convenza en las cuatro ruedas, con un buen coche y un buen proyecto a tres años vista.... Pero lógicamente sigue, porque es el actual campeón y porque, tal y como ha visto el Dakar este año, el próximo también lo puede volver a ganar. Las posibilidades de ganarlo entre él y Joan cada vez son más pares y detrás llega una gran estela de pilotos muy cualificados.”

En el enduro, cobran fuerza los rumores que sitúan a Iván Cervantes en los próximos rally Dakar, ¿que necesitaría un piloto de enduro como él para ganar un Dakar?

“Supongo, por lo que he podido ver, oir y leer, que Iván acabará yendo al Dakar, porque le gusta y porque creo que KTM debería darle una oportunidad para probarlo, pero lo que necesita para luchar por estar delante es un proyecto a tres años vista. Menos no. Debería contar con una persona a su lado que le pueda transmitir todos sus conocimientos, que le diga cómo se tienen que hacer las cosas en los raids. Iván es un piloto muy bueno técnicamente y lo puede hacer. A nivel de coco, es una persona muy centrada, por eso ha ganado tantos mundiales. Y creo, que si lo preparan bien, sería un buen candidato para luchar por la victoria en un futuro con Joan Barreda y toda esa lista de pilotos que hemos comentado antes, pero remarco que necesitaría un mínimo de tres años de preparación y entrenamiento para gestionar una carrera de quince días con la complejidad del Dakar. La navegación tiene que aprenderse y hay que aprender, sobre todo, el ritmo que en el que la debes ejecutar. El problema no está en entender el roadbook, reside en ejecutarlo a un ritmo alto y sin dudas.”