Marc Sola

Entrevista: Marc Sola y el sueño del Dakar

Hay ocasiones en las que los astros se alinean a tu favor para cumplir un sueño y, de hecho, la carrera deportiva de Marc Solà, aunque quizás de manera subsconciente, siempre ha ido encaminada hacia hacer realidad el sueño del Dakar. El catalán nos cuenta su experiencia en el raid y sus proyectos actuales.

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Autor:
Nicki Martínez
Foto:
Nicki Martínez
Publicado el 11/07/2017
Marc Sola

Texto: Nicki Martínez / Fotos: Nicki Martínez & DPPI

Siempre se había fijado en el Dakar, aunque como para la gran mayoría de pilotos off-road esta era una probabilidad más bien remota en su carrera deportiva. El primer deseo de una lista de deseos. Sin embargo, el año pasado, su podio en la Baja Aragón inició una carambola que acabó alineando los astros a su favor, una merecida conjunción astral para que Marc Solà cumpliera un sueño que anhelaba desde pequeño, desde que se subió a una moto, cuando miraba por la tele a sus ídolos del desierto. De hecho, quizás ni el mismo lo sabía, pero todo lo ha llevado aquí, desde su paso por el Marc Coma Júnior Team, su deseo latente estaba en participar en algun día en el Dakar. Y este año su mayor sueño se ha hecho reailidad. Repetirá. Porque ha llegado para quedarse.

Los que te conocemos desde hace tiempo sabíamos de tus ganas de ir al Dakar, ¿cuéntanos cómo se alinearon los astros para ello?

“Era un sueño por el que luchábamos desde hace años y este año tuvimos la oportunidad de cumplirlo. Hace tiempo que habíamos acariciado la oportunidad de hacerlo, pero finalmente no había podido ser. El año pasado tuvimos la mala suerte del cierre de Gas Gas. Estaba allí y se había planteado la opción de ser probador de motos y poder estar en el equipo del Dakar, pero al final pasó lo que pasó... Y por suerte, gracias al apoyo de Cesc Ausió entramos en contacto con Yamaha España. Pudimos ir a la Baja. Hicimos un podio. Terceros. Y ese fue un punto de inflexión a nuestro favor. Quedaron encantados y entre todos decidimos probar fortuna en el Dakar, gracias a Yamaha, Pont Grup y todos nuestros patrocinadores. Fue un esfuerzo conjunto. Además había habido la baja de Joan Pedrero, que se fue a Sherco, y eso les animó a apostar por un piloto joven para seguir el proyecto. Fue una gran oportunidad para mí y la aprovechamos al máximo.”

Así el podio de la Baja fue determinante para abrirte las puertas de tu sueño...

“Sí, la verdad es que sí. Fue una motivación para ir más allá, para luchar por más pruebas y para el Dakar. Sin embargo, en un primer momento no me dejaban ir porque no tenía experiencia internacional en raids, a pesar de haber participado en el mundial de enduro. Pero gracias a la Baja, pude participar en el rally de Marruecos y ganarme, si lo terminaba, una plaza para el Dakar.”

Un pasaporte previo para participar en el Dakar

“En un primero momento no me dejaban hacer la inscripción, pero como he dicho, hacer un tercero en la Baja y terminar bien el rally de Marruecos, la última del mundial, me permitió poder inscribirme en el Dakar sobre la bocina.”

¡Qué presión!

“Sí, fuimos con prisas. Prácticamente nunca había podido probar una moto de raid de las grandes. La única navegación que había entrenado era la del nacional de raids y fui a aquella carrera solo. Además era la primera vez que navegaba fuerapistas, con la navegación del Dakar... Fue un modo de autoaprendizaje, aunque lo bueno fue que salí sin ningún tipo de presión. Tranquilo. Sin estar obligado a buscar un gran resultado. Sólo acabar. Y eso favoreció mi aprendizaje. Le fui tomando el pulso al roadbook y a la navegación. Normalmente, cuando te pones el casco, te transformas y sales a competir, a ganar. Pero allí no fue así, por muchas ganas que tuviera, tuve que bajar un punto de gas, ir día a día y terminar, porque mi objetivo era ese: acabar y poder ir al Dakar.”

Vaya prueba de fuego sabiendo las mil y una cosas que pueden suceder sólo en una jornada de raid

“Durante todo el día tenías aquella inquietud personal por evitar cualquier caída, cualquier error, cualquier fallo técnico... Por una tontería puedes irte al suelo o sufrir una avería, una cosa que puede pasar en cualquier moto, y quedarme fuera del Dakar. Estaba obligado a acabar y tuve que ir con pies de plomo, por así decirlo.”

A lo largo de tu carrera deportiva, a pesar de tener sólo 26 años, has pasado por diversos equipos: Gas Gas con Miki Arpa, el Yamaha Ausió, el júnior team de Marc Coma con KTM... Y finalmente, has vuelto a Yamaha, quien te ha brindado la oportunidad de tu vida, la que tanto habías anhelado. Cuéntanos tu vuelta a “casa”.

“Mi primera moto fue una Yamaha y mis primeras participaciones en el nacional de enduro fueron con esta moto, con el equipo Ausió. Gané mi primer campeonato de España con una de estas motos, siempre ha sido una moto que me ha gustado mucho. Y de hecho, poder volver ahora con el equipo de Cesc Ausió, con un equipo de casa, de Vic, es como en los viejos tiempos. Me motiva. Y nos ayuda en todo. Es perfecto para nosotros.”

Centrándonos en el Dakar, confiésalo, lo de este fue un sueño hecho realidad (risas)

“Sí, no hay duda. Siempre había sido un sueño ir al Dakar, pero nunca me lo había planteado en firme ir. Era un sueño lejano, por así decirlo. Porque era muy complicado unir todas las variantes para hacerlo posible. Y de hecho, cuando lo acabé lloré como un chiquillo. No pude contener la emoción del esfuerzo y el trabajo que hemos hecho todos para vivir esto. Es inexplicable y espero poder volver a estar allí.”

¿Fue cómo esperabas? Porque cuando los sueños se tornan en realidad, hay a quienes les provoca cierta desilusión.

“Fue un Dakar muy bueno y a mí me encantó. Hay pilotos a los que el peligro y la solitud en carrera les puede afectar, pero yo personalmente puedo decir que disfruté mucho a pesar de que haya momentos, sobre todo los enlaces, que se te hagan eternos encima de la moto. Hay momentos de todo, incluso en los que lloras, pero la verdad es que fue una carrera que me llenó muchísimo, y más cuando ves con qué ilusión lo viven allí. Cada instante suma y según por qué lugares pasabas, te das cuenta de que aquí muchas veces nos quejamos por vicio, porque con muy poco pasan y con una simple foto con ellos, les das vida, ilumina sus rostros. Eso me llenó muchísimo y tengo ganas de volver a intentarlo. Quiero estar muchos años en el Dakar.”

Dicen que el primer Dakar es el que más se disfruta, ¿cuál fue tu planteamiento para afrontar la madre de todas las carreras?

“Mi objetivo y el de mi equipo era acabar. Me dijeron que me olvidará del resultado y que fuera simplemente a acabar. Eso sólo me habría llevado a una caída y lo más importante era coger experiencia. Y como mi talón de Áquiles era la navegación, salí a aprender y disfrutar, porque me dijeron que el primer año era el mejor, porque después si tienes que ir más rápido y a por resultados ya jamás será lo mismo. Aunque una vez que me ponía el casco, como en todo piloto, mi mentalidad en cierto modo cambiaba y salía a competir. Aunque siendo ‘rookie’ y tras salvar algún pequeño problema en las primeras etapas, salía desde atrás, y allí se sufre mucho más con el polvo y el deterioro del terreno... Pero estoy contento. Todo fue muy bien.”

Habías estado en el KTM Marc Coma Júnior Team y guardas una buena relación con él, ¿algún consejo por su parte de cómo afrontar la carrera hasta donde su nuevo cargo de director deportivo del Dakar se lo permite?

“La verdad es que Marc siempre ha sido un gran consejero para mí. Sabía que mi ilusión, desde siempre, había sido llegar aquí. Y siempre me había aconsejado. Sin embargo, en este Dakar, con toda la improvisación por estar en este Dakar y con la responsabilidad que conlleva su nuevo cargo para él, no pudimos hablar demasiado porque todos estábamos muy atareados. Por suerte, tuve la ayuda inestimable de mi amigo Gerard Farrés, él me ayudó en todo, entrenamos juntos, me aconsejó en todo. He tenido mucha suerte, ante cualquier problema siempre ha estado ahí para ayudarme y aconsejarme de cómo buscar una solución.”

Y tras miles de instantes de alegrías, penas y esfuerzo, si te preguntamos cuál fue el peor momento, el que peor se vive en el Dakar, ¿qué responderías?

“Hay momentos de todo. Hay momentos en los que se rueda muy rápido y que percibes lo peligroso que es. En que sabes que está en juego tu vida. Aunque parte de ese riesgo también es lo que nos hace sentir vivos a la gente que va en moto, creo que si no experimentaramos sensaciones así, supongo que no tendría ninguna emoción montar en moto, y mucho menos hacer el Dakar. He pensado mucho en ello, sobre todo en esos enlaces tan largos que haces en el Dakar. Tantas horas y tantos kilómetros en moto, completamente solo, dan para pensar mucho, aunque debes olvidarte un poco de lo negativo y salir a disfrutar y a darlo todo. Eso es lo que nos llena.”

Al final, esos instantes son los que le dan valor al Dakar y los que hicieron, en cierto sentido, que te derrumbarás emocionalmente al llegar a meta, ¿no?

“Sí, no puedes esperar de un Dakar que no sea duro, ni un riesgo cero. Es la carrera más dura y una victoria para todo aquel que termina, para el que lo gana y para el que viene a cumplir su sueño, que simplemente es acabar. Es una carrera tan dura físicamente, con peligros, velocidad, pocas horas de sueño, enlaces inacabables, calor... que no es de extrañar que todos aquellos que la finalizan se fundan en una abrazo de alegría, porque allí todo el mundo quiere eso, simplemente acabar.”

¿Cuál fue tu primer pensamiento al subir al podio de Rosario y ver que tu sueño se había cumplido?

“La verdad es que en un primer momento casi ni me lo creía. Era un sueño. Me acordé de lo que sufrí y me puse en la piel de los que han sufrido conmigo, de los que me han ayudado en todo momento, porque estuviera allí. De mis familiares que lo pasaban mal siguiéndome desde la tele y a quienes extrañas también. Y es lógico que cuando acabas te derrumbes y te eches a llorar. Cuando algún otro piloto me había explicado esa maraña de sensaciones que se sienten al acabar el Dakar, no me lo creía, y pensé que eso jamás me pasaría. Pero sí, es una gran sensación y una victoria no sólo mía, también de todos los que han hecho el esfuerzo porque estuviera allí.”

Pasaste horas y horas con una compañera inseparable, cuéntanos algo más de tu Yamaha del Dakar.

“Es una moto muy fiable, una Yamaha con el motor de YZ y pedal de arranque ya que todavía no habían salido las nuevas WR. Era nuestro primer Dakar, nuestro único objetivo era terminar y ganar experiencia, sumar horas, así que decidimos salir con una moto estádard, que corre mucho ya de serie. La moto fue genial, sólo tuvimos que cambiar un motor a mitad de carrera. No porque fallará, sinó por seguridad, para mayor tranquilidad nuestra y para asegurarnos acabar. No venía de un cuarto de hora de penalización. Como he dicho, la moto fue fantásticamente bien, es una moto que al llevar el depósito de gasolina en la parte inferior del chasis, tenía el punto de gravedad muy bajo, tenía muchísima estabilidad y eso me favorecía en las zonas más técnicas. Era como una moto de enduro en los tramos más lentos y dónde recuperaba posiciones. Luego, en las zonas más rápidas, tipo baja, era donde encontrábamos a faltar un poco de velocidad ya que había algunas de las motos oficiales iban como un tiro, su velocidad punta era muy alta.  Esta era una moto fantástica para hacerlo, para acabar y, la verdad, es que no nos trajo ningún tipo de problema.”

Y además estuviste arropado por el equipo técnico y la asistencia de Jorge Velayos, un tipo con una dilatada experiencia en el Dakar y el mundial de raids.

“Sí, siempre estuve ayudado por Yamaha España y en especial por Andreu Aguilà, que es el responsable de competición. Y la asistencia de Jorge Velayos. No tengo experiencia anterior con qué compararlo, pero puedo decir que todo fue muy bien, contamos con una buena puesta a punto de la moto cada día y todo fue rodado, sin problemas.”

¿Y ahora, una vez terminado el Dakar, qué toca?

“Pues toca centrarse de nuevo en el enduro, que ya empezó esta semana pasada en Antas, y en intentar estar en alguna prueba internacionald raids. Finalmente, haré el campeonato de España de Enduro sobre una Yamaha WR250F, que aunque no sea la que muchos esperaban para un piloto de grandes dimensiones como yo,  supone un punto de motivación para mí de cara al campeonato. Estoy muy agradecido a Yamaha Ausió de esta oportunidad, de poder competir con una moto pequeña y a la vez muy potente. Quizás no sea demasiado normal, con mi estatura,  verme sobre una moto pequeña, pero para mi es un reto. Nuestro objetivo es hacerlo bien con ella y demostrar que es una gran moto para todo tipo de piloto. Y por otro lado, en cuanto a los raids se está tratando de participar en alguna prueba internacional para volver al Dakar, porque para ir bien en esta especialidad, tienes que estar rodado, coger experiencia y sumar kilómetros de navegación. Adaptarte. Aunque todavía no está nada cerrado, me gustaría participar en carreras como Cerdeña, Marrruecos, Merzouga, etc...”

Hasta donde nos llega la memoria, prácticamente siempre te habíamos visto sobre motos grandes, con 450 cc en E2 y 300 cc, e incluso alguna 480 cc, en E3...

“Sí, la verdad es que sí, siempre me había identificado por estatura con motos grandes, pero a veces también es bueno un cambio para mantener tu propia motivación. Me he adaptado muy bien a esta nueva Yamaha WR250F, me gusta y estoy muy motivado de cara al nacional, aunque no he podido entrenar todo lo que me hubiera gustado hacerlo, ya que llegué con un dedo roto del pie del Dakar. Me noto bien en cuanto a resistencia física, aunque me hubiera gustado hacer más cronos. Nuestro objetivo es luchar por el podio.”

 

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