La evolución tecnológica y la proliferación de nuevas vertientes en el contexto de la moto off-road han impulsado las opciones para que los niños puedan iniciarse en un formato cada vez más seguro y eficiente. En este reportaje, donde contamos con la colaboración de jóvenes talentos como Nacho, Álvaro y Tommy, exprimiremos las prestaciones de la última generación de motos infantiles de trial con propulsión eléctrica con dos de las marcas más evolucionadas Oset y Torrot. Los modelos escogidos abarcan toda la infancia: Oset Bikes 12.5, 16 y 20.0R Torrot T10 y T12 Kids.

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El porqué de los motores eléctricos para motos

Remontándonos a los orígenes de las motos infantiles de trial nos encontramos con modelos emblemáticos como la Montesa Cota 25 y 49 (años 70) y la Beta Minitrial (años 80 y 90), ambas con motor 2T de gasolina.

Se trata de dos ejemplos que simbolizan cómo era el acceso más lógico a la moto de campo en décadas anteriores.  Ambas eran motos con un peso que rondaba los cuarenta kilos y una parte ciclo verdaderamente mediocre. Las suspensiones tenían recorridos muy cortos, eran lentas de respuesta y las motos apenas frenaban. Los chasis, por su parte, tenían unas geometrías muy diferentes a las de hoy en día, con una posición elevada de los estribos y más adelantada. Además, en el caso de la Minitrial, el motor era un Morini Franco de lenta respuesta y una potencia difícil de administrar con precisión.

Hoy en día el mercado que representa la iniciación a la moto de campo está prácticamente copada por modelos eléctricos. Desde que en 2004 Ian Smith, fundador de Oset Bikes, fabricase un prototipo de motor eléctrico para su hijo Oliver, el mercado ha experimentado una profunda evolución que ha desencadenado en una altísima especialización y la proliferación de nuevas versiones hasta cubrir amplios espectros de edad que van desde los 3 hasta más allá de los 14 años.   

Ventajas de las eléctricas de trial

A lo largo de esta década han quedado más que demostradas las ventajas de las motos eléctricas para la iniciación a la moto de campo. Vamos a repasarlas.
En primer lugar porque la diversidad de modelos y marcas permite adaptar las características del modelo a la demanda del piloto. Por lo general, las etapas de aprendizaje podemos segmentarlas en tres momentos: 3-4 años, 5-6 años y 7-9 años. Según avanzan las edades crecen las dimensiones de las ruedas, aumentan el recorrido de las suspensiones y mejoran los componentes de toda la parte ciclo.

En segundo lugar porque, independientemente del momento donde llegue la primera toma de contacto, los motores eléctricos permiten configurar sus prestaciones prácticamente a la carta. Por lo general, pueden regularse en términos de potencia, respuesta del acelerador y velocidad. En el caso de las Torrot, además disponen de un interruptor que reduce de forma inmediata al 50 por ciento los parámetros que hayamos grabado previamente con el software.

Todo esto permite que un niño de 6 años con experiencia y otro sin ella puedan utilizar la misma moto con plena seguridad modificando unos sencillos parámetros.

En tercer lugar, por los grandes avances en todos los componentes de la parte ciclo. Si a un conjunto que suma poco más de treinta kilos le sumamos unos componentes de frenado y suspensión de última generación, debidamente adaptados al peso de sus pilotos, tenemos un conjunto todavía más eficaz.

Primeros pasos con tu moto eléctrica: Los consejos de Trialworld School

Tras más de cinco años iniciando y formando niños en Trialworld School, donde además ofrecemos el servicio de alquiler de motos infantiles eléctricas, hemos comprobado las grandes ventajas que tiene el trial como especialidad de cara a la iniciación en el mundo de la moto.

La primera gran duda de los padres es, normalmente, cuándo llega el momento idóneo para iniciarles. De nada sirve proyectar en los niños nuestras ambiciones y deseos. El momento de empezar a valorar la iniciación es, simplemente, cuando el niño lo pide. Entre tanto, podemos motivar su atención asistiendo a eventos o competiciones, algo que sin duda acelerará su instinto e inquietud por la moto.

¿Qué moto escojo y cómo inicio a los pequeños inicio?

El primer gran error es buscar una moto de mayor tamaño al que le corresponde con el fin de alargar su uso hasta la siguiente etapa. En este caso el niño se encuentra en su primer contacto con una moto en la que es incapaz de proyectar seguridad y confianza. Si tenemos suerte, acabará ganando esa confianza, pero si no sucede así, probablemente no tengamos una segunda oportunidad para consolidar su afición. Es decir, no importa quemar las etapas demasiado rápido, lo relevante es irlas superando.

El segundo gran consejo es que los niños aprenden jugando. Nunca hay que intentar exigirles más de la cuenta, sino transformar el aprendizaje en un juego, con obstáculos o cualquier elemento que permita al niño divertirse. Al final aprenderá a base de dedicarle horas de entreno y trabajar la técnica. Para que esto suceda es fundamental que exista motivación.

El tercer y último gran consejo es intentar que los niños se junten con otros niños. En Trialworld School hemos comprobado que la técnica de la moto también se aprende por imitación y si la referencia es también un niño, mejor todavía. Si estás frustrado como padre porque tu hijo hace caso a todo el mundo menos a ti, no te preocupes, es ley de vida. Las escuelas de trial o las competiciones de aficionados son un entorno perfecto para mezclarte con más padres en tus mismas circunstancias y crear nuevos vínculos.

En resumidas cuentas, la nueva generación de modelos infantiles con propulsión eléctrica, como las Oset Bikes o Torrot, son una excelente plataforma para la inmersión en el mundo de la moto con total seguridad y la garantía de un aprendizaje que evoluciona a su medida.