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Todo ocurrió en marzo en el Cerro de Mecedario, en la cordillera de los Andes (Argentina). Una auténtica aventura teniendo en cuenta que Tarrés no tenía experiencia en montaña y se había preparado en sólo tres meses.
"El 12 de marzo partí de 3.000 metros, hice 10 km y dormí a 4.500 metros. El día 14 alcancé los 6.157 metros, la cota más alta jamás alcanzada por un motor bicilíndrico", ha comentado el catalán sobre la experiencia.
"Me he cansado con la falta de oxígeno y el esfuerzo de tener que empujar la moto por ese 'muro'. He quemado 2.000 calorías cada día. Por encima de los 5.000 metros había temperaturas de 20 grados bajo cero. Sudaba, pero tenía frío. Pero mi equipo nunca me oyó decir que no podía hacerlo", confesó Pol.
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