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Y todos sabéis que estos caprichos cuestan un dinero. Incluso alguno de ellos va con ropa “a la última” pero cuando “rascas” un poco más te sorprendes: No llevan rodilleras ortopédicas de las buenas, no llevan un peto de verdad, los guantes no tienen protecciones e incluso el casco, a veces, tiene uno añitos o se ha llevado más de un “coscorrón”.
Desde luego, lo confieso, soy un obseso por la seguridad en moto, de asfalto y de campo. Y a lo mejor alguno de los seguidores más fieles se acuerda de que en el número 29 de "nuestra” revista ya escribí un editorial titulado exactamente igual: “Invierte en seguridad”.
Lo he vuelto a hacer porque en breve espacio de tiempo me he enterado, a través de amigos, de dos accidentes en moto de enduro, no graves… bueno, no “muy” graves: Uno se ha roto la rodilla y el otro, literalmente, se ha dejado los dientes, como se suele decir, los “piños”…
Pero es que el de la rodilla no es que no llevase rodilleras ortopédicas… no llevaba rodilleras de ningún tipo. Y “el de los piños” llevaba casco abierto de trial, porque los de enduro “le agobian”… más agobiado estará ahora, sin dientes.
Voy a ser claro, incluso polémico: Si tu moto lleva un Akrapovic o un escape especial de cualquier marca y tus rodillas no llevan unas buenas rodilleras, en mi opinión, eres tonto. Y si haces enduro con casco de trial, pues lo mismo. Y si alguien se ofende, lo siento, pero es lo que pienso.
Y vosotros, ¿qué pensáis?
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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