Viajes: Cuatro días de dunas en Erg Chebbi

Guillermo nos cuenta la aventura vivida por él y un grupo de amigos que viajaron al Marruecos para vivir un fin de semana de ensueño para cualquier amante del enduro y del desierto: las grandes dunas de Erg Chebbi. Además, estuvieron capitaneados por Jordi Arcarons.

Facebook
Twitter
Whatsapp
Redacción EnduroPro
Guillermo Aguirre
Foto
Guillermo Aguirre
Fecha11/07/2017

Hablamos de:

Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion EnduroPro
Guillermo Aguirre
Foto
Guillermo Aguirre

fecha11/07/2017


 

 

Texto: Guillermo Aguirre

Desde hacía tiempo, Alex, Agus, Diego, Nacho y Willy hablábamos de las ganas que teníamos de ir al Erg Chebbi (Marruecos) a hacer dunas con motos de enduro. En varias ocasiones habíamos viajado hasta ahí montados sobre nuestras motos de trail, pero éramos conscientes de que por compromisos familiares y laborales, nos era imposible disponer de un par de semanas para volver para allá, por lo que nos pusimos manos a la obra para buscar la forma de hacerlo sin disponer de tantos días. Contactamos con Jordi Arcarons, quien nos alquilaría unas flamantes KTM EXC 450 con depósito grande y encontramos un vuelo bien de precio hasta Errachidia, a solo 1,5h de nuestro destino.

Así que el pasado miércoles 1 de octubre, después de cumplir con nuestros compromisos laborales, a las 19:30 de la tarde, volamos de Madrid a Errachidia, haciendo escala en Casablanca, para posteriormente dirigirnos a Merzouga, al borde del Erg Chebbi, donde nuestro amigo Ammar del Riad Madu nos esperaba para darnos una calurosa bienvenida.

Como dos días más tarde comenzaba el Rally de Marruecos “Oilibya Rally”, había un ambiente increíble a competición y no paramos de cruzarnos con todos los pilotos “top” a nivel internacional de raids. En el mismo vuelo de Casablanca a Errachidia coincidimos con Stephane Peterhansel.

Al día siguiente, nos esperaba puntual a las 8:00 Jordi Arcarons junto con su mecánico Luis Codina en la puerta del Riad Madu con las motos listas. Para nosotros que sea el propio Jordi Arcarons quien nos enseñara la técnica del pilotaje en dunas era como si nos enseñase Rafa Nadal a jugar al tenis, pero es que encima desayunábamos, comíamos y cenábamos con él, así que tuvimos el privilegio de conocer de primera mano historias sobre el mundo de los raids en general y del Dakar en particular. Por cierto, aunque no esté reconocido oficialmente, para nosotros Jordi Arcarons tiene por lo menos dos victorias del Dakar en su palmarés.

Salíamos temprano, repostábamos y montábamos toda la mañana con alguna parada en algún Oasis u hotel para tomar un té a la menta. Hacíamos un descanso para comer, siesta y reponer fuerzas evitando así las horas de más calor del día. Montábamos otra vez por la tarde hasta la caída del sol, que vista desde las dunas, ¡¡era un espectáculo!!

Tuvimos la suerte de cruzarnos en las dunas con Marc Coma, Joan Barreda, Joan Pedrero y más pilotos que estaban entrenando para el rally que empezaba al día siguiente. También vimos a Carlos Sainz probando el Peugeot de cara al Dakar de 2015. En fin, un privilegio para cualquier aficionado al mundo de motor.

Para nosotros, que consideramos cada salida endurera como ir al parque de atracciones de “mayores”, ¡¡pilotar por las dunas del Erg Chebbi era como estar en Disney World!! Cada uno de los cinco amigos que fuimos, reconocíamos en la cena por la noche que dentro del casco reíamos y gritábamos de alegría con cada subida por las dunas que conseguíamos culminar.

El pilotaje en dunas no es sencillo, pero tampoco demasiado complicado. La rueda trasera resbala mucho y los frenos están terminantemente prohibidos tocarlos, especialmente el delantero. El que incumpla está regla, especialmente en bajada, está destinado irremediablemente a llenarse el cuerpo de arena. Para coronar las grandes dunas, hay que ir con el gas justo para llegar, pero sin pasarse ni quedarse corto. Si te pasas, sales volando por la cresta y si no llegas, tendrás que dar media vuelta e intentarlo de nuevo ya que aunque sea solo 1 metro lo que falta para coronar, es imposible llegar ya que se te hunden los pies en la arena y la moto no avanza. Para bajar por la parte más inclinada de la duna es imprescindible dar gas, aunque el cuerpo no te lo pida, ya que de lo contrario, corres el peligro de que la rueda delantera se hunda en la arena y salgas volando por delante.

Montamos jueves, viernes y sábado y el domingo nos lo tomamos de descanso y aprovechamos para reconocer la zona a pie y descansar en la piscina del hotel.

El lunes 6 de Octubre estábamos de vuelta en Madrid a mediodía y el que quiso, tuvo tiempo de pasar por su trabajo para cumplir con algunos compromisos, por lo que con sólo pedir dos días y medio en el trabajo, pudimos disfrutar de unos días de emociones fuertes que nos supieron a gloria.

Ha sido una experiencia increíble y estamos deseando repetir. Esto debe tener algo adictivo, porque ya tenemos el ojo puesto en alguna carrera de raids amateur.