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Hablar de Montesa es hablar de la historia de la moto de España. Y, aunque de eso ya hemos hablado en otro artículo de este mismo número, voy a recorrerla de una manera muy interesante: con sus motos off road. Esas motos que tuvimos la oportunidad de ver en persona en el Museo de la Moto de Bassella en la exposición: “Montesa, 75 años de una aventura irrepetible”. Un recorrido por la historia de la marca que podéis (y debéis) visitar, vosotros también, hasta el 31 de Diciembre de este 2021.
De la mano de Pep Itchart y Santi Ruíz, comisarios de la exposición, y acompañados también de Miquel Cirera, Team Manager del Repsol Honda Team de Trial y de Albert Cavero y José Peiró, integrantes del equipo de comunicación de Honda Motor Europe España, comenzamos lo que para nosotros fue una aventura irrepetible. Vestidos como mecánicos para hacer un recorrido por la historia un poco más realista, tanto los comisarios como Miquel fueron los responsables de contarnos, de primera mano, la historia, curiosidades y anécdotas de todas las motocicletas que se encuentran en la exposición.
La visita comienza de una manera desconcertante. ¿Eso es una lavadora? Sí, es una lavadora; fabricación de Pere Permanyer, fundador de Montesa, en 1946. Pero no es la única sorpresa, porque poco después, puedes encontrar un motocultor, un motor fueraborda, motores de karts… Todo creación de Pere, cuya intención no era otra que intentar, con ellos, mejorar la sociedad.
A partir de ahí, colocadas por segmentos, encontramos, de manera evolutiva, las motos más icónicas de Montesa. Prototipos, motocicletas de competición, de enduro, de trial, de motocross… La singularidad de esta exposición es que, muchas de las unidades que podemos encontrar en esta colección, nunca habían sido vistas. Incluso trabajadores de la fábrica de Montesa habían oído hablar de algunas de ellas y nunca habían tenido la oportunidad de encontrarse con ellas físicamente. Más de 120 unidades que han sido reunidas por primera vez, provenientes incluso de colecciones privadas; un momento único y difícilmente repetible.
Los inicios del Off Road de Montesa vienen de la mano de un jovencísimo Pere Pi que, primero como piloto y después como técnico y creativo en motocross y trial, corrió por primera vez con Montesa en el I Moto-Cross Internacional de Barcelona, disputado en febrero de 1960 en el circuito de Pedralbes. Pere participó con una Montesa Brio 110 de serie equipada simplemente con neumáticos “de tacos” y una corona dentada de mayor diámetro para acortar el desarrollo. En 1961 Pere Pi logró los Campeonatos de España de 125 y el de 250 cc, este último también en 1962. A partir de entonces no fueron pocos los títulos obtenidos en disciplinas Off Road.
En 1963 comienza la exportación a norteamérica. Kim Kimball comenzó a importar para ese mercado algunas Impalas 175 Cross, que en su versión americana se llamarían “Scrambler”. Incluso participó en pruebas llamadas “del desierto”, dando a conocer la marca en Norteamérica. Poco después le sucedieron la Cross ‘66 y la Cappra 250.
El 1 de Noviembre de 1964 se celebró el I I Trial del Tibidabo, organizado por el Real Moto Club de Catalunya en la ladera de la emblemática montaña barcelonesa. Pere Pi, que participó con un prototipo adaptado para la especialidad, se clasificó en décima posición. Pero tan solo unos meses más tarde, el 31 de enero de 1965, consiguió su primera victoria en una competición de trial, en el Trial de Manresa.
Esos prototipos finalmente se convirtieron en realidad en abril de 1967, cuando se presentó en la exposición del Sector de la Motocicleta de Barcelona la primera moto de trial montesa fabricada de serie. Fue la 250 Trial, de la que solo se fabricaron 44 unidades.
En 1968 se celebró el primer Campeonato de España de Trial cuyo campeón fue Pere Pi. Con esto Montesa logró tener una moto de trial competitiva y su nombre comercial fue el de Cota 247, con la que debutaron en el Trial internacional de los Seis Días de Escocia en mayo de 1968.
Los años 70 fueron la época del apogeo del trial y el motocross. Se crea una extensa gama de trial, entre la que se encuentra la Cota 123, hermana pequeña de la 247, y de las competitivas Cappra de motocross. Con la Cota 348 y la Cota 349 se consiguen triunfos destacados en trial, pero la victoria más esperada llegó en 1980, cuando Ulk Karlson se proclamó Campeón del Mundo con el prototipo de la que posteriormente sería la Cota 349.
Tras este breve repaso de los inicios de la historia de Montesa en el Off Road, ha llegado el momento de mostraros esas motos que marcaron una época especial para la fábrica española. Para ello regresamos al museo. Tras pasar una primera zona dedicada a las motos asfálticas y de competición, encontramos una selección de motos de enduro o como ellos las llamaban “todo terreno”. Desde la primera, la Enduro 250 de 1974, hasta el modelo con el que Carlos Mas fue campeón de España
Presentada en el Salón del Automóvil de 1974, fue la primera de una gran familia de Enduro 250 que se fabricaron desde 1974 hasta 1984. Fue el primer proyecto serio de Montesa en el segmento todoterreno. Derivada de la Cappra 250 VR Still Better, incorporaba el cilindro “rizado”, cubos de freno cónicos y escape por abajo. Destaca la nueva disposición de los amortiguadores traseros al estar anclados a 45º. Con este modelo empezó a participar en los Campeonatos de España de Todoterreno. Además, tuvo una gran aceptación comercial, entre 1974 y 1976 se vendieron un total de 3.853 unidades de esta Enduro 250.
En 1983 Carlos Mas compite por primera vez con la Enduro H7 PRS. Destaca por un sistema monoamortiguador guiado por bieletas. Monta horquilla Marzocchi, basculante de aluminio y freno de disco delantero. El motor cuenta con un nuevo cilindro y admisión por láminas y desarrolla mucha más potencia. A pesar de obtener el nuevo título nacional en 1985, la H7 se convirtió en el último proyecto antes de la entrada de Honda en 1986.
La Impala Cross fue la primera moto de cross producida en serie por Montesa, pero prácticamente todas las unidades fueron exportadas a EEUU. Allí fue bautizada como “El Diablo”. Esta unidad deriva de la asfáltica “Impala”, uno de los grandes iconos de Montesa, pero con algunas modificaciones en ruedas, manillar y suspensiones, aumentando su recorrido para practicar Motocross. En 1963 fabricaron 75 unidades con un motor de 175 cc y en 1964, 1075 unidades de su versión de 250 cc. Contaba con un motor monocilíndrico de 2 tiempos, 5 velocidades y alcanzaba una velocidad máxima de 100 km/h (112 km/h en su versión de 250 cc).
Mientras que en EEUU se comercializaban los modelos de La Cross 66 y 67, Pere Pi desarrolló una moto de motocross más competitiva con la que consiguió ganar los Campeonatos de España de 1966 y 1967. El resultado fue la fabricación en 1967 de una pequeña serie de 207 unidades de la Cappra 250. El aumento de la popularidad del motocross en Europa y EEUU fomentó el desarrollo de la moto de cross por parte de Montesa. Para ello, se produjo un modelo totalmente nuevo que abandonaba la estética Impala. Entre 1968 y 1970 se vendieron 2.134 unidades de Cappra GP incluyendo la versión “Five” del 69 que contaba con cambio de 5 velocidades y la 360 cc con la que se competía en la categoría de 500. En 1970, Kenny Robberts gana el Campeonato Americano de Motocross Junior con una Cappra 250 GP. Esta moto, de la cual se fabricaron 250 unidades, contaba con un motor monocilíndrico de 247,69 cc de 4 velocidades que alcanzaba una potencia de 32 cv a 6.500 rpm. Contaba con un simple pero efectivo sistema de estriberas regulables, el escape era totalmente nuevo con recorrido por debajo y contaba con las siglas GP porque este modelo derivaba de las motos utilizadas el año anterior por el equipo oficial de Montesa.
Fabricada con la intención de comercializar una moto para competir en la categoría de 500 cc, en 1975 Montesa fabrica esta Montesa Cappra 360 VA, evolución de la Cappra 360 GP de 1968. Con una evolución de este modelo, cuyo bastidor es nuevo, más ligero y cuya altura libre al suelo aumenta 20 mm gracias a la nueva situación del escape, Hakan Anderson logró el Gran Premio de las Naciones celebrado en Francia en 1977. Se produjeron un total de 465 unidades entre los años 1975 y 1976. Contaba con un motor monocilíndrico de 350,4 cc de 2 tiempos con una potencia máxima de 40,5 cv a 6.500 rpm.
La exposición no podía finalizar de mejor manera: una selección de motocicletas de trial, desde la legendaria Montesa Cota 247 de 1968 hasta la Cota 4 RT 2020 con la que Toni Bou logró el 71º Mundial para Montesa.
La primera Montesa Cota 247 vio la luz el 30 de abril de 1968. Fue un modelo muy innovador, en concreto por el diseño de su depósito de una sola pieza que posteriormente fue imitado por otros fabricantes. Fue un modelo desarrollado por Pere Pi, Jordi Ros y Leopoldo Milá que incluía, por primera vez, una quinta velocidad. Además, contaba con un novedoso sistema de engrase de cadena que utilizaba el basculante como depósito del que goteaba el aceite a la cadena a través de un dosificador. La Cota 247 es uno de los modelos más emblemáticos de la marca. Sobrevivió de forma paralela a su hermana mayor y más competitiva, la Cota 348. Su última versión se fabricó el 14 de octubre de 1980 llegando a alcanzar casi 27.000 unidades producidas, lo que supuso un éxito comercial. El motor ofrecía una respuesta en bajos progresiva pero potente, ideal para la práctica del trial. Su estructura de asiento y depósito de una sola pieza facilitaba la movilidad del piloto y fue algo totalmente revolucionario para la época. Contaba con un motor monocilíndrico de 2 tiempos con una cilindrada de 247,69 cc y una potencia de 19 cv a 6.500 rpm.
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Publicado el 04/06/2021
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