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Es curioso que antes de estrenar una moto, aunque sean de segunda mano, ya has cubierto varios cientos de kilómetros con la imaginación. Al caso de las motos infantiles hay que añadir las aventuras sin fin que puede proyectar la mente sugestionada de un chaval.
A finales de la década de los 60 el trial empezaba a despuntar desde las islas británicas. De un deporte de minorías inventado por los ingleses (como otros muchos deportes), para divertirse a partir de otoño después de las temporadas de velocidad y motocross, se pasó a una disciplina en la que las marcas, en el sentido comercial, empezaron a poner su ojo. Ahora todos sabemos que la década de los 70 fue la edad de oro para las marcas españolas (Bultaco, Montesa, Ossa) de la época, pero a mediados de los 60 fue un inglés, Sammy Miller, al que se le ocurrió poner una ligera mecánica 2T en el chasis de una Rickman para sustituir los vetustos y pesados motores ingleses de 4T (los había incluso bicilíndricos), en este caso, Ariel.
Mientras Bultaco gestaba su primera Sherpa, Montesa adapta modelos propios al trial y no lanza su primer modelo, la 250 Trial, hasta 1967. Pero no es hasta 1968 en que debuta la primera Cota, la Cota 247. Su diseño, en el que depósito y asiento forman una sola unidad, es de una audacia tal, que consigue premios internacionales de diseño. Pero lo que importa son los resultados deportivos y la Cota 247 empieza a cosecharlos en los escenarios más prestigiosos, como son los SSDT (6 días de Escocia de trial en 1969, por equipos) y el campeonato británico de trial (Gordon Farley, 1971), los dos certámenes más prestigiosos.
En este caldo de cultivo, Montesa advirtió que el trial, que consiste en una mezcla de coordinación, equilibrio y tacto de los mandos de una motocicleta, es una magnífica práctica para aprender a montar en moto. Además, la ausencia de velocidad permite que pilotos de distintos niveles puedan compartir vivencias y jornadas. ¿Qué otra especialidad del motor permite la práctica conjunta de toda la familia? Solo faltaba en la ecuación una moto de trial que pudiera manejar un niño con soltura.
En 1971, Montesa sorprende al mundo en el Salón de Barcelona con la Montesa Cota 25, una moto diseñada a imagen y semejanza de la exitosa Cota 247 pero con una cilindrada de 48,76 cc (a pesar de que su nombre induce a error). El éxito fue tal que la mayoría de las unidades fueron destinadas a exportación y la primera producción se agotó rápidamente. Ningún fabricante había tenido la osadía y la audacia. Hoy en día puede parecer un negocio obvio, pero hace 50 años no era tan fácil fabricar una moto para un mercado que no existía. A comienzos de la tercera década del siglo XXI, basta con ir a una feria de automoción para localizar a un fabricante chino que fabricará lo que quieras con la calidad que quieras. Solo necesitarás financiación. En 1971 solo se le ocurrió a Montesa. Bultacose apuntó carro tarde (en 1974) con el lanzamiento de la Bultaco Chispa, de la que se produjeron alrededor de 1000 unidades.
Cuando la Cota 25 apareció no había facilidad para financiación ni para fabricar una moto para niños. Tan es así que el motor no está desarrollado por Montesa , sino fabricado por licencia de JLO, fabricante galo de motores. En Montesa supieron adaptarlo a las exigencias del público objetivo, que oscilaba entre los 6 y los 12 años: el embrague era centrífugo automático, con cambio de dos velocidades pre seleccionables manualmente, pudiendo desarrollar 18 o 35 km/h respectivamente. La horquilla era extremadamente sencilla, con solo muelle, sin hidráulico. Los neumáticos no tenían taco y el codo del escape no tenía ninguna protección para evitar quemaduras (en una moto infantil). La mayoría de los componentes tuvieron que ser diseñados para la talla de sus menudos usuarios, como el manillar, puños y manetas.
En 1972 se solventaron los fallos de juventud comentados (se añadió hidráulico a la horquilla) y se añadieron también leves mejoras estéticas en los colores del cilindro. Dos años después se desdobló la producción en la automática (Cota 25 A) y otra con cambio de tres velocidades en el pie (Cota 25 C) que también adoptó nuevas formas en el conjunto asiento-depósito. En 1978 los cambios en los colores y adhesivos buscaban la semejanza con su hermana mayor, la Cota 348, mientras que la última versión, la de 1981, cambia el color para ser blanca (con el chasis rojo). La Montesa Cota 25 dejó de fabricarse en 1983, año en que Montesa cesa su producción. Al igual que el resto de la industria motociclística española, Montesa se encontraba en una situación comatosa de la que la mayoría no pudo recuperarse. Pero había vendido en 12 años 7913 Montesa Cota 25. La marca encontró en Honda la respiración asistida que le permitió salir del trance y sobrevivir como marca. En la actualidad fabrican la Montesa 4RT, la moto campeona del mundo de trial.
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Publicado el 04/06/2021
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