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La situación de Gas Gas ha empeorado de manera significativa en el último año: un ERE que afecta a un cuarto de la plantilla (26 personas), la falta de ayudas públicas por parte de la Generalidad de Cataluña y la no obtención de un socio inversor que trajera liquidez a la compañía ha significado que desde hace unos meses, Gas Gas no produzca ninguna de sus monturas.
De esta forma, los socios israelíes que dirigen la empresa han decidido presentar al juzgado los papeles necesarios para realizar el famoso concurso de acreedores.
Se trata de un procedimiento judicial que surge cuando una persona o empresa no puede seguir con su actividad porque no asume lo que debe y decide que la Justicia intervenga para hacer frente a esos impagos.
El primer paso ya está dado, que es declararse insolvente y presentarse a concurso. Así, el siguiente escalón es que el Juzgado nombre a los nuevos administradores y se haga una rendición de cuentas.
De esta manera, el juez de lo Mercantil definirá los activos (bienes y derechos) y los pasivos (deudas) para poder llegar a un convenio entre Gas Gas y las personas o empresas que le deben dinero o, definitivamente, a la liquidación.
El plazo del concurso de acreedores no dura más de 12 meses y la empresa deudora presenta una propuesta de quita del 50% y el resto a pagar en cinco años… Pero todo depende del convenio al que se llegue. Aunque se mira siempre por la continuidad de la empresa y la llegada de nuevos inversores.
La deuda total de Gas Gas suma los 40 millones de €. Cifra que parece inasumible cuando en los últimos ejercicios anuales en positivo, los beneficios se situaban por encima del millón de euros. Pero por otro lado, Gas Gas vende más de 9.000 motos por todo el mundo y tiene muy buena imagen en países con un gran mercado como Estados Unidos, Australia o Francia. Además, ocupa el 45% de las ventas de motos de trial en todo el mundo.
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