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Como sabes en EnduroPro siempre hemos tenido debilidad en saber cómo funciona el material de “primera”. Así que no dudamos ni un momento en asistir a todos los test de producto que podemos por dos motivos, el primero para contarte de primera mano qué hay en el mercado y si merece la pena o no, y el segundo, por qué no confesarlo, es porque nos encanta…
En esta ocasión asistimos a la presentación del nuevo amortiguador Öhlins TTX Flow que tuvo lugar en el circuito de motocross de Montmeló. La moto: una Suzuki RMZ 450.
El nuevo TTX Flow es la evolución del TTX 44, que ya era una referencia en los amortiguadores de alta gama. Los cambios en el nuevo amortiguador van aorientados en dos direcciones: el rendimiento y la facilidad de ajuste. Un ejemplo es el Check Valve de extensión, el cual se ha movido a la unidad Flow, aún más cerca de la reserva de gas que antes. En el anterior amortiguador, estaba situado en el soporte de la caja de retenes, mientras que ahora se ha trasladado al cabezal.
Además del diseño básico, el TTX Flow utiliza el sistema Flow valve para llenar las cámaras de compresión y extensión, lo que permite mantener un comportamiento predecible y aumentar su recuperación más rápido.
Desde fábrica han solventado ciertos problemas del TTX 44, que aparecían con el uso, y para ello la lista de nuevos componentes es espectacular:
Gracias a todo el desarrollo en este nuevo amortiguador, ahora es más fácil de ajustar por parte de los usuarios sin necesidad de ayuda externa. En el apartado “ajuste de clics”, se han conseguido simplificar las combinaciones de éstos. Del multiclick de antes en baja velocidad y las 3 posiciones en alta velocidad, se ha pasado a 12 clics en baja velocidad sin perder nada del rango de ajuste, cubriendo así la gama entera de settings.
El TTX Flow ha sido rediseñado pensando en los centros de servicio y principalmente en los usuarios finales. Es muy sencillo de mantener y reparar en comparación con su antecesor.
Las revisiones y cuidados que se le pueden dar el amortiguador ahora son más rápidas ya que ambas check valves están ubicadas en la unidad Flow. Además, en caso de que las tuercas de la precarga del muelle sufran algún daño y necesiten ser cambiadas, el amortiguador no necesita ser desmontado. En modelos anteriores había una caja de retenes de la parte inferior del amortiguador que ahora se ha eliminado.
Los tubos exterior e interior ahora son recambios independientes que se pueden pedir en caso de dañarse. Un detalle que sin duda abarata reparaciones y mantenimiento.
Otro punto a favor, es la colocación de todas las funciones check valve en la unidad Flow en lugar de en la válvula de extensión en el cuerpo de la caja de retenes como era en el pasado, así la inspección para cambiar o limpiarlos es mucho más rápida.
Como siempre, al final lo más importante es lo que nos transmita a nosotros el material que estemos probando en ese momento. Mi sensación encima de la moto al paso de unas vueltas, fue de una confianza en el amortiguador extrema. El circuito tenía bastantes baches así que era perfecto para probar. Noté esa sensación de confort que en todo momento se quiere sentir. A la hora de afrontar una recta de olas que había, el tren trasero quiere ir en todo momento pegado al suelo. Con eso conseguimos una mayor tracción y sobre todo mayor confianza logrando reducir los sustos encima de la moto. En saltos el tacto no dista demasiado de un buen amortiguador, pero es en los baches enlazados donde encontramos ese plus extra, que tanto en mx como en enduro nos harán la vida mucho más fácil. En definitiva, estamos ante un producto prácticamente a la altura de un amortiguador “Factory” por un precio de 1.397 euros.
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Publicado el 11/07/2017
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