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De una buena idea para un casco ciclista nació otra aún mejor para un casco de moto. El innovador sistema MIPS permite un ligero y controlado deslizamiento del forro interior del Bell X-9 para reducir la energía en determinados impacto...
Cada vez existe una mayor interacción entre la tecnología de la seguridad ciclista y la seguridad motera. Obviamente ambas buscan lo mismo, la mayor protección posible desde la ligereza y la comodidad. El resultado de ambos esfuerzos son una nueva generación de sistemas que suben el listón del equipamiento técnico y lo colocan en un nuevo plano.
Es el caso del MIPS -acrónimo de “Multi-Directional Impact Protection System“- una tecnología desarrollada por un equipo de científicos suecos para el mundo del ciclismo de alto nivel y que los ingenieros de Bell han adaptado al deporte de la moto.
El MIPS puede traducirse en nuestro idioma como “Sistema de Protección de Impactos Multi Direccionales“ y viene a solventar una de las tradicionales carencias de los cascos tradicionales y es que están diseñados para proteger óptimamente la cabeza frente a impactos frontales... aunque los que se suelen producir con mayor frecuencia son los laterales.
Por esa razón, un grupo de biomecánicos y neurocirujanos empezaron a desarrollar en 1995 el sistema llamado MIPS, el cual ha ido implementándose progresivamente en la industria... hasta llegar al mundo de la moto de la mano de Bell.
El interior de un casco MIPS -como es el Bell MX-9- está formado por tres capas: un forro de espuma, un forro de baja fricción y colocado entre ambas un material elastómero. En caso de impacto el forro de espuma disipa la energía, a la vez que la capa elastómerica se estira para permitir de ese modo que el forro de baja fricción gire independiente. Son únicamente unos pocos milímetros, apenas perceptibles pero suficientes para reducir la energía rotacional que se transferiría a la cabeza. El sistema actúa, por tanto, como un virtual “cojín de baja fricción” capaz de adaptarse a cualquier dirección y plano del que provenga el impacto.
Con el Bell MX-9 el MIPS no solamente llega a la moto sino que lo hace en unas especialidades tan exigentes como son el motocross y el enduro. Estamos ante un casco de policarbonato liviano que pesa únicamente 1.500 gramos. Sus líneas han sido diseñadas para canalizar el aire a través de un sistema de ventilación de flujo de velocidad. Su forro es totalmente extraíble y lavable y la calota está disponible en tres tallas: XS y SM/MD y LG/XL y 2XL.
El cierre es por anillo en D y cuenta con una garantía de cinco años y homologación DOT y ECE.
Y lo mejor de todo es que, pese a equipar lo último en tecnología MIPS, el MX-9 se mueve dentro de la gama de precios medios. En función de las gráficas elegidas, su coste va desde los 179,99 euros hasta los 189,99 euros, IVA incluido.
El casco MIPS llega a nuestro país de la mano de Bihr. El gigante europeo de la distribución de equipamiento y accesorios -con presencia en once países europeos: Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suiza, España y Portugal- se ha caracterizado siempre por su apuesta por la innovación en materia de seguridad motociclista.
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