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Parece una locura incluso hoy día. Pero hace 41 años un grupo de intrépidos amigos decidió partir a la aventura para ascender al Everest sobre Bultaco Sherpa. Tras un año de intensos preparativos en 1973 la expeción se puso en marcha.
El grupo estaba formado por Rafa Puig Bultó, Dimas Veiga, Jaume Samsó Puig, Ramón García-Nieto, Lluís Solé Guillaume y Gerardo Pascual. La aventura contaba con el apoyo directo de la fábrica Bultaco que cedió seis unidades de Bultaco Sherpa 350, previamente modificadas por sus ingenieros para que funcionaran perfectamente en las bajas temperaturas y a la altitud a las que se les iba a someter.
Preparativos y logística
Eran modelos 125, con alguna adaptación del modelo 92. Se les adaptó el kit de depósito y asiento procedente de las Alpina y decorado como una Sherpa, en color rojo, nuevo silencioso tipo boomerang (modelo preserie), corona de mayor diámetro perforada, y culatas comprimidas que no les sirvió de mucho ya que el poco octanaje de la gasolina nepalí ocasionó numerosos proble,as.
La logística de la expedición era impresionante para la época. Seis cajas grandes donde viajaban las motos, más otras diez llenas de material de alta montaña, con equipamiento, repuestos, víveres, mapas, medicinas, etc… Los expedicionarios subieron al avión en Barcelona y tras un largo periplo por Franfurt-Roma-New Delhi, Katmandú donde pasaron un par de días reciniendo todo el material. Posteriormente vuelve a volar en una avioneta Pilatus Porter que los llevará a Lukla, tierra de los sherpas, ya a nada menos que 2.800 metros de altitud.
Un avance de lo que les espera era la pista donde se vieron obligados a aterrizar: un barranco vertical de 500 metros de precipicio, y que formaba una empinada cuesta del 20% en 400 metros de largo. Para que los pasajeros no olvidaran el riesgo del aterrizajeuna avión estrellado al principio y otro al final de la pista ponían límites a la misma. Antes de detenerse la avioneta debía realizar un giro de 90 grados evitar el despeñamiento.
A pie de escalerilla les esperaban tres sherpas, un cocinero y los 55 porteadores que llevaría la expedición, comandados por Mohan Lai Rai, que sería el guía, traductor y jefe de los otros tres Sherpas, 1 por cada 2 expedicionarios y del cocinero. Cada porteador cargaría con unos 35 kilos de material.
Comienza la verdadera aventura
Después de conseguir gasolina de aviación para poder subir el pobre octanaje del combustible nepalí, la primera Bultaco Sherpa se ponía en marcha. Era el 7 de noviembre de 1973. Para comer, charlar, y preparar la jornada del día siguiente, utilizaban una gran tienda y dormían en otras más pequeñas de dos en dos. La temperatura exterior era de -12º, unos -7 en el interior de ellas.
Los primeros días fueron horribles y se dieron cuenta de dónde se habían metido. Emplearon una hora y media en recorrer 3 kilómetros, era solo el principio y en teoría la zona "fácil". Lo peor eran los descensos por los escalones que acompañaban después de una larga subida, ya que tenían que asegurar las motos y bajarlas de una en una por riesgo a terminar despeñados en el fondo del barranco.
Estaban en el campamento de Jorsale a 2815 metros de altitud y la temperatura no excedía los 4 grados cuando instalaron las tiendas al lado del río. Por la noche bajó hasta los -12º. El sherpa Rai, al que bautizaron como “Roksi”, solo hacia prevenirles de la dureza del terreno que les precedía aunque no salía de su asombro al ver a esos locos occidentales subir en moto por lugares que parecía imposible.
Más difícil todavía
A las 8 de la mañana del día siguiente se pusieron en marcha no sin escuchar antes los malos augurios de algunos de los porteadores. En la mente de todos estaba el “morro” montañoso en el que se inicia la subida al siguiente campamento en Namche Bazar Estaban, a 2815 metros de altitud, en tanto que Namche Bazar se encuentra a 3.440 metros, lo cual suponía un ascenso de 710 metros en poco más de 2 kms.
Diariamente se encontraban con montañeros occidentales que subían o bajaban la misma ruta y sufrieron los insultos y groserías de una expedición alemana, de unos 12 miembros, al verlos con las motos.
Finalmente y totalmente extenuados alcanzaron el campamento. Namche Bazar, el más importante de la cordillera, y estaba formado por unas 100 pequeñas casas, dispuestas en semicírculo y a distintos niveles, como un anfiteatro. Allí, mientras el funcionario nepalí no salía de su asombro, tuvieron que registrarse y sacar el pasaporte especial que les permitía circular con las motos por la cordillera del Himalaya, no sin antes obsequiar al funcionario con una botella de "Fundador" y varios paquetes de "Ducados". Estos detalles siempre suavizan los trámites.
Héroes entre budistas
La siguiente etapa les llevó hasta el poblado de Thyangboche, donde se encuentra el monasterio budista más alto del mundo y donde fueron recibidos como héroes. La noticia de su llegada les precedía y medio poblado estaba esperando su llegada. La mayoría de ellos no habían visto una moto en su vida. La temperatura exterior era de -8º y se encontraban a 3.846 metros de altitud.
El día siguiente permanecieron en el poblado aclimatándose a la altitud, visitando el monasterio y recibiendo un chequeo de Gerardo, el médico de la expedición que posteriormente pasaría la noche en vela atendiendo a un montañero alemán, del mismo grupo que los habían increpado, con un edema de pulmón y con un alto riesgo de perder la vida. El médico permanecía todo la noche atendiéndolo hasta que al día siguiente lo pudieron transportan en un yak hasta Namche Bazar.
La subida continúa heladora
Emprendieron la marcha en una de las etapas más duras del viaje, teniendo que circular por nieve y alcanzaron Dhyangboche, situado a 4.412 metros de altitud. La temperatura exterior era de solo -8º pero tan solo eran las 16.30 por lo que la noche se preveía como una de las más frías hasta el momento.
Dhyangboche era un grupo de cuatro casas para guardar yaks, que se encontraba rodeado por montañas de 6000 metros, cubiertas permanentemente de hielo y nieve. La altitud comenzaba a hacer mella en los expedicionarios y el médico decidió que al día siguiente no partirían y lo tomarían de descanso.
Por la noche la temperatura alcanza los -16º. La vuelta para ojear los primeros pasos del día siguiente que hicieron algunos de ellos nos le hizo más que comprobar la dureza de lo que les esperaba al día siguiente.
La decisión de establecer un nuevo campamento en Bibre, ascendiendo por el valle de Chukung a 4.560 metros de altitud les hizo más llevadera la ascensión. Casi todos mostraban señales de fatiga y cansancio. El mover la Sherpa de casi 100 kilos a esas alturas unido a la falta de oxígeno se convertía en una barrera infranqueable.
Imposible continuar pero…
La inmensa planicie cubierta de nieve que forma el glaciar Imja Khola delante de ellos se imponía con toda su dureza. Intentaron seguir avanzando, pero era inútil. El terrible cansancio, la nieve blanda y profunda no lo permite. Las Bultaco Sherpa no podían avanzar ante se semejante cantidad de nieve.
Comprueban el altímetro: 5.156 metros de altitud. Eran las 14,05 h. del día 16 de noviembre de 1973. Sin buscar un récord lo habían conseguido y seguramente permanecerá inalterado para los restos, ya que poco después el gobierno de Nepal prohibió el paso de vehículos a motor por las estribaciones del Everest.
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