2023, el año de la electrónica

En la revista de noviembre tienes dos ejemplos perfectos de esa tecnología. Primero, las KTM SX de inyección son una de las mayores novedades de la temporada. Esta tecnología va a darle vida a las motos de 2T de nuevo al igual que pasó en el enduro hace unos años. Ya se veía hace tiempo que este tipo de motores están de moda, y a día de hoy se piden verdaderas millonadas por una moto de los 90 en buen estado. Muchos de los pilotos que se cambiaron a 4T hace 20 años ahora volverán al dos tiempos, tanto para competir como para las salidas de domingo. La inyección nos proporciona seguridad sobre todo, evitando los temidos fallos de carburación o vacíos, pero además nos facilita mucho el pilotaje con una respuesta limpia y progresiva. Un cambio que, a mi forma de ver, hará que algunos fabricantes vayan por detrás, parecido a lo que ocurrió con la 4T de Yamaha en 1998.

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Y la otra novedad nos viene de las mencionadas Yamaha. La séptima generación de la YZF450 es una moto que muchos ni se podían imaginar hace 20 años cuando llegaron las 4T. Motor inverso, inyección electrónica, mapas de potencia personalizables mediante app, cuentavueltas por GPS, control de tracción y asistente electrónico de salidas con limitador de revoluciones ajustable. Si nos hubieran dicho esto en el año 2000 no muchos habrían creído que en 20 años las motos iban a ser tan tecnológicas como esta YZF. Un arma tremenda para el circuito y que ha ayudado a que el motocross sea un deporte cada vez más rápido preciso y profesionalizado.

Con estas motos el mercado da una cambio. Y en los próximos años veremos seguro en las demás marcas muchas mejoras en este campo y poco a poco la electrónica irá tomando el control. Muchos dan por muerto el motor de explosión, y es cierto que se empiezan a ver buenas motos eléctricas, pero el interés que ponen las marcas en ellos y en mejorarlos nos hace pensar que aún quedan muchos años de motores de gasolina, tanto en competición como a nivel aficionado.