Prueba Rebeld F01: Diversión asegurada

En EnduroPro, como sabes, nos gusta probar todo lo que sea capaz de ir por el campo. Nuestros amigos de Rebeld Motorcycles nos avisaron hace varios meses de que estaban trabajando en un concepto novedoso y que muy pronto nos enviarían una unidad de pruebas. Pues ya ha pasado por nuestras manos, hemos disfrutado de ella durante unas semanas y os podemos asegurar que, además de llamativa, es una moto de lo más divertido.

A la Rebeld F01 hay que subirse sin complejos. Romper las barreras y entender su concepto. No pretende ser lo que no es. No es una moto de enduro, no es una bici, no es una máquina para hacer el loco. Es una moto eléctrica ligera, homologable como ciclomotor, pensada para pasarlo bien por el campo sin arriesgar el tipo. Un vehículo para disfrutar de la naturaleza sin hacer ruido y que te permite muchas licencias para satisfacer tu búsqueda de adrenalina.  Si tienes esto claro te seducirá. Si buscas una máquina de hard enduro deja de leer.

Estéticamente es impactante. Puede gustarte más o menos, pero si hay una cosa clara es que llama la atención.  Sus grandes ruedas Fat, su grueso bastidor  -que aloja la batería-, y el conjunto de suspensiones hacen que su imagen resalte. Muchos te preguntan si es una bici por su estética de Fat Bike, pero la respuesta es NO; es una moto: sin pedales y con acelerador.  Una moto con todas sus letras pero que rompe los cánones de lo tradicional.

Enchufe y gas

Estamos ante un ciclomotor puramente eléctrico con motor francés Leroy Somer y baterías de ión-litio de la casa alemana BMZ ( 48,1 V / 18 Ah) capaz de desarrollar una potencia máxima de 2500 W. La carga de la batería al 100% se puede hacer en 2,5 horas con cargador rápido (4,5 con el estándar), y al 70% en poco más de una hora. La autonomía estimada es de unos 45 km, que oscilan arriba y abajo dependiendo de la exigencia a la que sometamos a la Rebeld. La velocidad máxima que alcanza en llano es de 45 km/h, y en bajada algo más. Un top speed más que suficiente para lo que se pretende con ella. Un plus que ofrece respecto a otros vehículos eléctricos es que con su tamaño contenido permite que la podamos subir a casa a cargarla sin ningún problema (el cálculo de ahorro es muy impactante: por cada 100 km consumes 60 céntimos de euro en luz).   En el display digital nos indica de manera muy clara el estado de la batería y su carga, además de la velocidad, kilometraje y hora. Es sencillo pero claro e intuitivo.

Pero… ¿Cómo va?

La primera sensación al poner los pies en los estribos es de pedalear. El sillín de bici incita a ello pero con esta configuración no es posible (hay un kit disponible si quieres también dar pedales). El sillín se ajusta con llave, por lo que es importante dejarlo a tu gusto antes de salir. La postura al principio se te hace extraña, cuesta adaptarse unos minutos, pero enseguida te sientes cómodo. Al girar la llave de contacto se enciende el panel de instrumentación y con el botón de “arranque” se activa la moto. Ahora solo hay que abrir el acelerador. Empieza la diversión.

Si nunca has llevado un vehículo eléctrico te sentirás raro al rodar sin hacer ruido. En la ciudad es un gusto, pero donde realmente se disfruta es en el campo. Poder ir por los senderos de manera ágil y silenciosa es una sensación increíble. La Rebeld F01 te permite esto.

Puedes llevar una posición tranquila y relajada sentado, o ir de pie y más al ataque si te metes en “harina”. El manillar para mi gusto está un poco bajo pero tienes mucho control sobre el tren delantero.  Las grandes ruedas de balón de 24x4” ofrecen mucho agarre. Han sido pensadas para lugares de nieve y playa, pero por el campo puro y duro se defienden bien dando buena tracción y confianza.
El tren delantero es muy ligero. Es fácil levantar la rueda jugando con la suspensión. Además el reparto de pesos está bien logrado ya que el motor va entre los estribos, favoreciendo la centralización de masas. Esto hace que la moto sea estable en los saltos y no se descompense como pasa en otro tipo de vehículos eléctricos con motor trasero.

Su punto fuerte: las bajadas

Como es lógico su pequeño motor eléctrico no da altas prestaciones. Puedes subir casi por cualquier parte a un ritmo moderado pero si la inclinación es muy elevada necesitarás inercia. Sin embargo, bajando es donde se saca partido a todo su potencial. Puedes descender realmente rápido dejándola correr, al no tener retención es una gozada. Solo tienes que confiar en su chasis de aluminio, las suspensiones y, sobre todo, en el excelente equipo de frenos hidráulicos Formula. Son muy potentes y al tener tanta superficie de apoyo permite detener la moto en muy pocos metros.  Los baches se absorben bien combinando el trabajo de horquilla y amortiguador con el de los gordos neumáticos, que también flexan. En saltos grandes harás tope, sí, y te resultarán muy secas, pero la Rebeld F01 aguanta bien el castigo.

El punto máximo de diversión lo encontramos en los senderos y zonas boscosas donde no es necesario mucha velocidad. Ahí podrás disfrutar del “flow” eléctrico y de las cualidades dinámicas de este nuevo concepto que se maneja con mucha facilidad y lee rápido tus intenciones. Tienes hasta 45 kilómetros hasta que la batería dice basta, aunque hay un kit de batería extra que duplica su capacidad.
A nosotros particularmente nos ha sorprendido. Como todo hay que saber entender a esta Rebeld, pero si tus expectativas off road e incluso urbanas son las de pasarlo bien de manera ecológica y sin ruidos, tal vez estés ante tu vehículo.

El kit R: más allá

Para los más exigentes Rebeld tiene preparado un kit R que costa de manillar S3 más ancho, estriberas de aluminio S3 y discos Galfer de 203 mm. Estos accesorios los monta esta unidad de pruebas que ves en las imágenes  y le dan un plus de deportividad muy atractivo.

El precio es de 5.142 € y viene con un casco Hebo y camiseta Rebeld de regalo. Tiene dos años de garantía.