Curso de enduro

Bautismo de enduro a los 40 años

Si nunca es tarde para ganar, como sigue demostrando Graham Jarvis a sus 44 años, mucho menos lo es para empezar en el enduro... aunque se tengan 43 recién cumplidos, por eso me preparé para el bautismo de enduro.
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Autor:
Michel Vallado
Foto:
Enduropro
Publicado el 30/07/2019
Curso de enduro

Aunque llevo 10 años muy metido en el mundo del enduro no tengo problema en admitir que hasta ahora nunca me había montado en una moto de offroad. Habrá quién me conozca y se sorprenda, pero es así... aunque ¡por fin! lo he hecho y esta es mi experiencia...

Lo cierto es que el enduro me empapa desde hace muchos años; casi 10 temporadas al frente del KTM Family&Friends en el Campeonato de España, mamando muy de cerca nuestro medio digital Enduropro, como comentarista televisivo de los Mundiales de Enduro y Superenduro, del Erzbergrodeo o Megawatt e incluso como speaker... algo que me ha hecho meterme a fondo en este deporte, que me ha enganchado y me apasiona.

Pero, a pesar de tener carnet de moto desde siempre, de los cientos de ocasiones y de las aún mayores facilidades para hacerlo, NUNCA me había montado en una moto de enduro. Esta situación resultaba imperdonable para algunos compañeros y amigos: "¿Cómo es posible que no lo hayas probado aún con lo que te gusta?". Tenían razón, pero el momento parecía posponerse eternamente.

Una mañana cualquiera, en la redacción de Enduropro, se fraguó el momento esperado. Mi compañero Rodolfo Martínez, actual Director de Enduropro y que también dirige la escuela Personal Enduro junto a su hermano Carlos Fabio Martínez (Karlofa), me abordó durante el almuerzo y nos pusimos de acuerdo: el sábado siguiente por la mañana asistiría a su escuela.

Bautismo de Enduro - El inicio

Aquella noche dormí bien, aunque admito que con cierto nerviosismo ante mi bautizo; como ese niño pequeño el día antes de irse de excursión. Allí estuve a las 8h en punto en la gran parcela que ocupa “Personal Enduro” en Armuña de Tajuña (Guadalajara).

Anunciaban ola de calor y había que empezar lo antes posible.

Lo mejor de todo es que no había tenido que ocuparme de nada: de la moto, protecciones, botas, casco, guantes, peto, incluso del avituallamiento se ocupaba Personal Enduro. Bueno... tuve que coger unos calcetines largos para que no me rozaran las rodilleras y para la ocasión me llevé la mítica camiseta con la que Alfredo Gómez había ganado su primer Erzbergrodeo.

Bautismo de Enduro - La preparación

Rodolfo me entrego toda la equipación y eso es lo primero que me sorprendió; vestirse llevaba su tiempo y resultaba bastante aparatoso moverse con todo eso puesto. Pero era fundamental ir bien preparado y protegido. Mi objetivo era terminar la jornada sin que mis huesos tocaran el suelo pero nunca se sabe... Una vez estuve listo, mi compañero me entregó la moto que había escogido para mi: una KTM EXC 200. Quería que sintiera las sensaciones de una 2T pero con potencia limitada. Yo, por otro lado, agradecí que fuera una KTM por los años que llevo ligado a la marca llevando uno de sus equipos oficiales en el Campeonato de España de Enduro. ¡El debut no debía ser con otra!

Tras un leve calentamiento empezó lo bueno. He llevado motos de marchas muchos año pero aquello era diferente; debía familiarizarme con los mandos, los tactos y cómo hacerlo con toda aquella equipación sobre mi. Logré arrancar y salir. Para empezar debía hacer un trazado revirado entre conos sobre un semi plano de tierra con alguna piedra suelta. Fueron unas cuantas vueltas en primera velocidad (me sobraba, jajaja) para familiarizarme con todo, conocer el trazado e ir cogiendo confianza.

Bautismo de Enduro - Probando la moto

Tras eso, vino el primer diagnóstico e instrucciones de Rodolfo. Yo era materia prima en bruto, sin vicios ni falsos gestos adquiridos; una situación ideal para pulirme desde cero e intentar sacar algo decente de mi. Me mostró cómo debía ser la posición óptima sobre la moto: sentado lo más adelante posible, con las piernas agarrando la moto con fuerza y con la punta de las botas sobre las estriberas pero pegadas contra la moto. También debía acostumbrarme a llevar las manetas siempre con dos dedos puestos; practicando esa posición volví a darme unas cuantas vueltas al trazado. Al instante noté que esa posición, aunque aparentemente antinatural, me permitía dominar más la moto.

El siguiente ejercicio consistía en sacar la pierna correspondiente ante cada curva, dónde era importante mantenerla extendida pero pegada a la moto. De nuevo, un buen rato de vueltas al pequeño trazado para ir memorizando y automatizando movimientos. Tras esto llegaba el turno del movimiento del cuerpo. Al acelerar había que echarlo hacia delante y al frenar hacia atrás. Había que exagerarlo lo máximo posible para ayudar en la automatización de los gestos.

Según se iban incorporando variantes a la conducción y las iba asimilando e iba notando inmediatamente un mayor control de la moto. Eran sólo los primeros pasos, pero al tratarse de la base de técnica de pilotaje offroad -es la misma para enduro, motocross y trail- resultaba muy importante y cada nuevo gesto sobre la moto se traducía en mejores sensaciones en todos los sentidos.

Me estaba dando cuenta de lo complicado que es hacer bien este deporte y el mérito estratosférico que tienen los cracks de ésto. Además, ahora tras esta iniciación, iba a poder observarles de otro modo, tener percepción de los movimientos que realizan sobre la moto y para qué son.

Bautismo de Enduro - Despedida de la jornada de moto

El último movimiento a asimilar de la jornada sería el de "sacar el cuerpo" de la forma más exagerada posible ante cada curva. Eran muchas cosas nuevas y lograr hacerlo todo a la vez no resultaba fácil pero tras dar muchas vueltas al trazado inicial, poco a poco, se iban asimilando y simultaneando cada uno de los gestos. El resultado de la evolución desde el principio de la jornada era asombroso y mi control y confianza sobre la KTM creció con fuerza. Había completado la parte más "aburrida" de la iniciación a la moto de enduro y las sensaciones habían sido muy emocionantes... Había visto y sentido un 2% de este deporte -según mi instructor- pero mi experiencia estaba siendo muy positiva.

bautismo enduro

Habían pasado ya varias horas desde el inicio de la clase y empezaba a apretar el calor con fuerza. Tocaba hacer un parada, beber líquido y comer algo antes de afrontar la fase final de la jornada que consistía, ahora si, en un trazado sencillo pero más irregular, largo y variado, en el que rodar aplicando toda la técnica asimilada en la zona plana.

Empezaba la parte más divertida del día y una vez memoricé la "crono" tras varias pasadas vi cómo poco a poco ganaba confianza, estiraba más la moto y en primera ya no podía ir. Pero ¡ojo! primera advertencia de mi maestro: "Estás en un punto crítico de la primera fase del aprendizaje. En este momento de la evolución es fácil confiarse en exceso, y podrías verte en el suelo por buscar más velocidad en lugar de más técnica". Lo capté a la primera y pensé en uno de mis objetivos principales, que era no besar el suelo en mi primera experiencia, así que volví a centrarme de nuevo en la técnica y no en ir más deprisa. Ya habría tiempo para eso más adelante.

Durante los últimos minutos procedimos a una pequeña sesión de vídeo y fotos para inmortalizar el momento, ver el antes-después y generar material gráfico para esta historia. Ahí recibí una de las primeras sorpresas: las fotos recogían la técnica utilizada en mi pilotaje y hasta parecía que tuviera algo de idea y todo... pero los vídeos, sin embargo, lograban el efecto contrario.

Mientras completaba vueltas a la crono final tenía la sensación, a pesar de mi cautela, de que Josep García o Steve Holcombe debían empezar a sentirse nerviosos allí dónde estuvieran, pero viendo el vídeo la impresión era muy distinta. ¡realmente iba PARADO, jajaja! Me advirtieron que era normal y que se tardan varios años en llegar a verse realmente rápido en vídeo... si es que se logra.

Era mediodía, el calor apretaba con fuerza y el curso había llegado a su fin.

Quedaba MUCHÍSIMO trabajo por delante para llegar a disfrutar realmente de este deporte, en el que el límite por arriba está todo lo lejos que uno quiera. Realizar un buen enduro con garantías tambíen estaba lejos pero para mí la satisfacción era enorme: ¡por fin me había estrenado y experimentado en primera persona alguna de las sensaciones que ofrece el enduro!

Estaba, además, bastante cansado pero había logrado terminar entero y sin un rasguño. El objetivo se había cumplido, en gran parte, gracias a la experiencia y tablas de mi compañero Rodolfo y su escuela “Personal Enduro” donde me lo pusieron muy fácil a través de unas lecciones y avisos adecuados y con un método que incita a seguir y a profundizar en este gran deporte que es el enduro.

¡Después de tanto tiempo había elegido el día y lugar idóneo para "bautizarme"!

 

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