Destacados:
Javier García Vico, más conocido por todos como Javi Vico, es uno de los grandes nombres del Motocross. Pionero de este gran deporte en España y con unos inicios muy humildes, en su larga trayectoria compitió en decenas de campeonatos nacionales e internacionales en los que destacó por sus grandes resultados.
Pero hoy no vamos a hablar de su palmarés. no. Hoy queremos conocer a ese niño que luchó para cumplir un sueño. El culpable de su pasión por el Motocross fue su padre. Y la cara de emoción que muestra Javi cada vez que habla de él, no hace sino demostrar el cariño y el agradecimiento que siente por el apoyo recibido por su progenitor. Y es que sus inicios no fueron fáciles. Javi nació en Badalona en el seno de una familia muy humilde apasionada por las motos. Su padre, Joaquín, tenía un taller en el que reparaba y ponía a punto las motos de pilotos que estaban empezando. El esfuerzo que hizo para que Javi, el pequeño de un total de cinco hermanos, pudiese competir es admirable. Pero desde bien pequeño sabía que Vico tenía mucho talento y el día que le compró su primera moto, Joaquín sabía que Javi llegaría muy lejos.
Yo empecé gracias a mi padre. Él estaba vinculado al mundo del motor. Tenía en su taller unas 10 motos de pilotos que estaban empezando. Cuando las veía, siendo muy pequeño, me volvía loco. Mi padre me fue metiendo poco a poco en el mundillo. Pasaba mucho tiempo con él en el taller, iba a los entrenos… Hasta que un día, cuando tenía cuatro o cinco añitos, me compró una moto pequeña, una Montesa Cota 25. Empecé, como cualquier niño, jugando al lado de casa hasta que poco a poco fui subiendo escalones.
Al principio era todo un juego. Empecé haciendo Gymkanas. Enseñaban la técnica pero orientada al juego. Colocaban obstáculos y, por ejemplo, tú llegabas a un punto en el que te hacían practicar la frenada, tenías que frenar con los dos frenos pero, cuando parabas la moto, había una pelota y tenías que chutarla hacia una portería. Al principio había más ejercicios de este tipo que carreras en sí. Actualmente esto ya no existe. Era una manera muy diferente de enseñar la técnica pero, a la vez, era muy efectiva.
Yo empecé cuando tenía 8 o 9 añitos, muy joven. Empecé con motos grandes, Yamaha, Kawasaki, pero de 80 cc. Ya eran categorías en las que empiezas desde abajo pero en las que las motos ya montaban ruedas grandes. Las motos eran más grandes que nosotros y tenías que apañártelas para aguantar encima de la moto. Mis primeras carreras fueron con 9 años en el Campeonato de Cataluña y en trofeos que hacían por la zona. Llegué a ganar algunos trofeos de abajo hasta que conseguí el campeonato catalán en el 89 y fue cuando me animé a comenzar en las categorías de arriba.
Guardo con muchísimo cariño mis inicios con mi padre. No era un piloto puntero, no teníamos mucho dinero para tener motos competitivas. Tampoco existían motos como ahora que las compras nuevas y vienen prácticamente preparadas para empezar a competir. En las primeras carreras tenía mis miedos, me entraban mis dudas… En aquella época no se entrenaba como ahora, que un niño de 8 años ya come bien, realiza ejercicio específico para desarrollar este deporte, conoce toda la técnica, toda la información sobre los campeonatos… Antes todo esto no lo teníamos, llegar a un Mundial era muy complicado. Tenías que ser muy bueno y muy constante en tus resultados para poder aspirar a correr fuera. Fue una época dura pero muy bonita.
Mis primeros nacionales fueron sobre el 90, 91, 92… Ahí fue donde realmente empecé a aprender todo lo relativo a este deporte. Iba con mi padre de mecánico, que me ayudaba muchísimo.Me inculcó unos valores que me enseñaron a ser consciente de dónde vengo. Aprendí mecánica con él, empecé a entender bien la moto… Él me lo dio todo. Siempre me decía: “gota que te entre en el depósito, gota que tienes que aprovechar hasta la última vuelta, porque no sabes si mañana podrás volver a tener el depósito lleno”. Del 92 al 96 tuve que compaginar el motocross con un trabajo normal de 8 horas. Era muy difícil cuadrar el tiempo para el trabajo, los entrenamientos y las carreras. Fueron años muy intensos...
En 1994 hice mi primera prueba para el Mundial, me clasifiqué en torno a la vigésima posición, que para mí ya era un sueño. Poder ver el Mundial en Bellpuig, con todos mis ídolos, a los 19 años, era impresionante.
En el 95 salté a la categoría alta. Siempre me gustaron las motos de gran cilindrada porque, entre otras cosas, no necesitabas invertir tanto en las preparaciones de la moto y ese fue el año en el que gané una prueba del europeo en Jerez. Éramos 120 pilotos en parrilla y logré llevarme la victoria. Eso me motivó muchísimo.
En el 96 me propuse dejar de trabajar. Había ahorrado algo de dinero, tenía algo de los sponsors y, más la ayuda de mi padre, fue cuando probé a hacer el Campeonato de Europa de MX de 250 cc y lo gané. Fui el primer piloto español en traer un título internacional después de tantos años. Eso fue algo que me hizo muchísima ilusión. Era muy difícil estar fuera y competir fuera. Todo esto me vino entre 1997 y 1998. Competí en el Mundial de 250 cc con un equipo italiano. El primer año estuve metido en una caravana pequeñita en la calle pegado al equipo porque no había dinero para un piso. Fue un año duro, la verdad. No existían las mismas facilidades que ahora para estar en contacto con tu familia. Incluso se me pasó por la cabeza en alguna ocasión dejar el Motocross y regresar a casa. Pero esto me hizo más fuerte. Recorrí unos 16 países por año compitiendo en el Mundial y en 1999 pegué el salto a la categoría 500. Ese año conseguí un podium y un 7º puesto en la general. Ahí empecé a ganarme el respeto de todo el mundo, algo que no es fácil en nuestro país en un deporte como el Motocross.
Ya en el 2001 nació el proyecto de Telefónica Movistar y montaron una estructura para mí. Era el Team Movistar Vico y ahí empezó a nacer todo. Tenía todo el apoyo y materiales del equipo pero todavía no corría como piloto oficial. El primer año fue de “adaptación”. Empecé a entender cómo funcionaba todo, me involucré muchísimo. Me trasladé a Bélgica a vivir, estuve allí durante unos 3 años, la verdad es que fue duro. Pero ese año terminé 4º, resultado que me permitió correr, tras un gran esfuerzo y trabajo, como piloto oficial en 2002, año en el que terminé 3º. Un año más tarde conseguí el subcampeonato del Campeonato del Mundo de MX con 12 podiums. También conseguí la primera victoria para un piloto español en Rusia.
Aún recuerdo la primera vez que subí al podio en un Mundial. Nunca había subido a uno y fue en Luxemburgo. Empecé a ver las cámaras, la gente aplaudiendo… Me impactó muchísimo ese momento y fue cuando me di cuenta realmente de dónde estaba. Pero el momento que más recuerdo es cuando competí en el Motocross de las Naciones en el 98. Estuve a punto de ganar esa carrera. Luchar contra Doug Henry, estar delante, escaparme de este piloto que había ganado en Estados Unidos… Yo llegué allí con una Yamaha YZF 400 usada, que días antes había roto entrenando en mi casa y tuvo que reparar mi padre. Sólo había dos motos como la mía, el resto de pilotos competían con motos oficiales… Y cuando me vi ahí delante, liderando la carrera más importante del año a nivel mundial, con esa moto standard, con muy poca potencia para el peso que tenía... Fue una carrera que nunca olvidaré. Me di cuenta de que con menos moto podía ser igual de competitivo que los más grandes.
Yo he sido muy competitivo durante muchísimos años. Siempre he estado completamente enfocado en entrenar y competir. Pero al final llegó un punto en el que tenía que cambiar el chip. A finales de 2008 decidí que tenía que parar porque este deporte es muy exigente. El cuerpo ya no me acompañaba, tenía muchos dolores y la decisión la tomé en 2009 cuando se montó la estructura de Honda España. Me ofrecieron montar la estructura de equipo ayudando a jóvenes pilotos y fue el detonante de mi retirada. Tuve la oportunidad de poder seguir vinculado al mundo del motor gracias a Honda, por lo que fue una retirada dulce.
Mi trabajo era de Manager, tenía que hablar con todos los sponsors para tener todo el material disponible para que las motos fueran competitivas, conseguir el equipamiento a los pilotos y, a nivel personal, me encargaba de asesorar a los pilotos, les ayudaba en los entrenamientos sobre la moto y a ponerla a punto, junto a nutricionistas y entrenadores les ayudábamos con la alimentación y el entrenamiento físico, había momentos en los que ejercía de psicólogo, de padre… Estaba un poco en todo.
Yo cumplí muchísimos sueños: estar en el podium con Stephan Everts o Jeremy McGrath, luchar contra Doug Henry y poder estar por delante de él… Me hubiera encantado ganar un Mundial, pero compartir un segundo y un tercer puesto con pilotos como Stephan Everts o Joel Smets, que entre los dos tienen 15 títulos Mundiales... La gente me recordará por haber competido con estos pilotos que marcaron una época y eso es lo que me llena.
Sí. Hemos tenido momentos muy buenos. Durante algunos años tuvimos muchísima visibilidad a nivel nacional. Dorna estuvo con nosotros durante cuatro años y las cámaras iban con nosotros a todas partes. Y desde aquí se lo quiero agradecer muchísimo tanto a Telefónica Movistar como a Repsol, a las fábricas: Honda, KTM… Nos ayudaron muchísimo. Teníamos a la televisión, a TVE2, contábamos con el apoyo en los periódicos... A mí en concreto me hicieron un gran seguimiento. Llegaron a poner mi moto en El Corte Inglés, hicieron promociones de publicidad… Para mí en aquella época, verlo todo en televisión, ver que las carreras salían en el telediario… Era impresionante. Pero mucha gente ahora no sabe, o no se acuerda, de todo el empuje que le dimos a este deporte. Y todo lo que se aportó, la gran afición que se creó… Ahora creo que tenemos una mentalidad que se aleja considerablemente de lo que es la realidad de este deporte. Vemos el resultado o lo que se ofrece en internet. Pero el día a día, el cómo lo viven realmente los pilotos… Para que esto se muestre en nuestro país todavía falta tiempo. Eso sí, tenemos la mejor afición, la gente nos ha apoyado siempre muchísimo.
Hay que admitir que la velocidad siempre estuvo por encima. El Motocross siempre ha costado mucho más. Si actualmente una empresa como Dorna pudiera volver a implicarse con este deporte, la visibilidad sería infinitamente superior. Hay mucha gente que reclama la emisión de este deporte por televisión pero, desgraciadamente, no está dentro de las prioridades de nuestras cadenas españolas. Aunque estoy seguro de que, con el gran trabajo que está haciendo Jorge Prado, se empezarán a animar. Por ejemplo, la televisión gallega está dando las carreras en directo y eso es un paso muy importante. Ahora falta este apoyo a nivel nacional.
Espero que el motocross siga creciendo. Estoy muy feliz y contento de lo que pude hacer por este deporte. Han cambiado muchísimo las cosas. Pero aún así, espero que nuestros jóvenes pilotos sigan apretando, que sigan hablando de nuestro motocross, que sigan siendo competitivos y sigan demostrando que el motocross español es muy fuerte y muy duro. Con eso ya estoy feliz.
¿Quieres estar al tanto de todas las novedades de Moto1Pro y EnduroPro?
Suscribete a nuestro newsletter para no perderte el mejor contenido relevante, novedades, opinión, podcast, etc.
Relacionados
Texto:
Fotos:
Publicado el 03/02/2021
Últimos podcasts