La publicación digital del enduro y motocross
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Como el primer italiano en ganar el Campeonato del mundo de motocross de la FIM en una 125 cc allá por 1984, Rinaldi conoce mejor que nadie los requisitos que tanto motocicleta como piloto deben reunir para ganar carreras. Tras colgar el casco de piloto en 1987, se ha convertido en uno de los directores de equipo con mayor éxito de todos los tiempos, con una traca inaugural memorable en su primer año al frente del equipo Yamaha, en 1992, en que los estadounidenses Donny Schmit y Bobby Moore ocuparon las dos primeras plazas del podio en 250 cc.
Si bien el italiano alcanzó la categoría de leyenda con su título de 1984, es igualmente famoso por sus logros fuera del circuito en calidad de propietario de equipo y administrador, amén de socio técnico y líder de desarrollo de Yamaha Motor Company. Se inició en esta faceta con el éxito de Schmit y Moore en 1992, seguida por nuevos éxitos de Moore dos años después, al triunfar en el Campeonato del Mundo de 125 cc en 1994.
Dentro del motociclismo, el motocross es una disciplina en constante evolución, cuya legitimidad aumenta sin cesar entre los aficionados a los deportes del motor. Gran parte de su éxito y del aumento repentino de su popularidad hay que buscarlo en la época de los cuatro tiempos. Haciendo gala de una entrega absoluta a este formato, Michele Rinaldi y Yamaha se embarcaron en su primera temporada completa con la YZ426F en 1999, e inmediatamente causaron sensación a escala mundial cuando Andrea Bartolini ganó el Campeonato del Mundo de 500 cc ese mismo año.
Rinaldi tuvo una enorme influencia en la investigación y el desarrollo de la nueva gama YZ-F de Yamaha y, como premio a sus esfuerzos, recibió duchas regulares de champán desde 2001 hasta 2006 a manos del mejor piloto de todos los tiempos, Stefan Everts, quien, bajo los auspicios de Rinaldi, se alzó con el título del Mundial de motocross de la FIM a los mandos de su Yamaha YZ450FM durante seis años consecutivos. En 2007, Josh Coppins tenía el título prácticamente ganado cuando una terrible lesión interrumpió su racha de éxitos.
El relevo lo tomaría al año siguiente David Philippaerts, subiéndose a lo más alto del podio. “Ponemos al piloto en el centro del proyecto”, afirma Rinaldi explicando las claves del éxito de Yamaha. “Antes de empezar la temporada, empezamos a trabajar, dejamos que los pilotos prueben la moto, y les dejamos que decidan lo que les gusta. No decimos: “Esta es nuestra moto para el GP; ya sabemos por los pilotos anteriores que es fiable”. “Tampoco me gusta presionar para usar piezas de GP o especiales de factura propia”, afirma. “Les damos a los pilotos una moto de producción para que la prueben, probamos diferentes piezas y les dejamos que decidan lo que les gusta”.
Esta fue la fórmula ganadora para la joven revelación Romain Febvre, que en su carrera por el título en 2015 aplastó sin contemplaciones a la flor y nata del MXGP. Con más 25 años de éxitos adornando las paredes, Yamaha y Rinaldi están más motivados que nunca mientras enfilan las tres décadas de colaboración, en el que continuarán el desarrollo de nuevas motocicletas y tecnologías con el firme objetivo de seguir ganando campeonatos del mundo.
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Texto: Ll. Llurba
Fotos: Massimo Zanzani
Publicado el 01/06/2020
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