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Por dos razones, una de las cuales ya os conté: Jorge ha hecho realidad uno de mis sueños, ver en lo más alto del motocross mundial a un español, gallego por más señas. La otra es que me parece que Jorge es un ejemplo de esfuerzo, superación, y humildad.
Bueno, y si me dejáis, otra razón más como practicante del motocross que soy, a pesar de mi avanzada edad -ya me lo digo yo, antes de que lo digan otros-. Esa razón es su estilo, que me alucina… ¡parece que va despacio! Pero no, te aseguro que no va despacio. Decía Chema que Jorge hace “ballet” sobre una moto de motocross… me parece una descripción perfecta.
Volvamos a la personalidad de Jorge, que siendo apenas un niño se fue a la cuna europea del motocross, a Bélgica. Su progresión ha sido increíble, le “echaron” del Mundial de MX2 tras ganar dos campeonatos seguidos. Ni la pandemia ni la presión de sus experimentados rivales han impedido que Jorge Prado, con solo 22 años, sea Campeón del Mundo de la categoría reina del motocross.
He leído por ahí que en algunas entrevistas le preguntan si el año próximo, tras conseguir este sueño y este objetivo, no corre el riesgo de perder su motivación. Está claro que quien hace esta pregunta sabe poco de motocross y conoce poco a Jorge. Mi opinión es que tenemos Jorge Prado para rato.
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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