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La potencia y las motos de campo

10/03/2020
Nuestro director Rodolfo Martínez hace un análisis sobre la potencia en las motos de campo y cómo mucha gente se equivoca en su elección.
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Cuando empezamos en el mundo de la moto de campo con cierta edad y tenemos que elegir moto, normalmente, solemos tender a comprar una moto de más cilindrada de la cuenta, pensando en que se nos va a quedar pequeña rápidamente o que nos va a faltar potencia.

Este es un error muy común que yo también cometí años atrás cuando empecé a hacer enduro con mi hermano con una Honda CRF 450 2008 matriculada, con la que corrimos varios años sin bajar de cilindrada, pensando siempre “y si se queda pequeña” “y si hacemos peores tiempos”, no podíamos estar más equivocados.

Cuando los niños empiezan lo hacen de forma progresiva con motos cada vez más grandes y potentes. Pero cuando empezamos en el mundo del enduro o del motocross de adultos casi siempre elegimos una moto de más cilindrada de la que deberíamos, incluso de una especialidad diferente a la que deberíamos.

Con esto me refiero a que si queremos empezar en el enduro con una experiencia cero fuera del asfalto, no solo no deberíamos comprarnos una 450 de enduro convencional, si no que, como mucho, deberíamos utilizar una 250 4T o una 450 muy dulcificada, como es el caso de la moto que probamos en el número 125 de Enduropro, la Honda CRF 450 L. Esta moto con tan solo 25cv es capaz de darnos sensaciones de auténtico enduro; y me gustaría ver a muchos exprimiendo esos 25cv sin bajar el ritmo durante una manga de 30 minutos sin flaquear…

Y es que en campo la potencia no es nada determinante, de hecho la gran mayoría de las veces juega en nuestra contra. En los niveles iniciales en campo sobre todo, por tener que prestar mucha atención al tacto de acelerador. Por mucho que hayamos llevado motos de carretera de gran potencia nada tiene que ver con hacer, por ejemplo, algo tan simple como una curva plana en campo. Sin hablar claro de secciones complejas en las que debemos llevar posiciones sobre la moto completamente nuevas, teniendo además que estar atentos al tacto del gas.

Y en un nivel medio en campo con años de experiencia, la potencia hace que nos cansemos mucho más. Hay estilos de pilotaje que con motos de 450 o más, yendo en marchas largas, consiguen ritmos altos simplemente dejando correr la moto solo con una punta de gas, pero los pesos y las inercias están ahí. Y aunque llevar una 250 4T alta de vueltas también es muy exigente, una vez pasamos nuestro fondo físico y el punto de cansancio en el que no nos sujetamos bien a la moto, un fallo en el tacto del acelerador nos llevará a cometer más errores lo que nos cansará más y provocará a su vez mas errores... Entrando en un círculo vicioso de ir cada vez peor.

Hace unos años, en la categoría Master del Campeonato de España de Enduro (la categoría de los más veteranos) comenzaron a proliferar las 125, siendo gente experimentada y con muchos años de moto. Y es que para enfrentarse a una jornada de 6 horas de moto, hay más diversión en una moto pequeña que en una grande.

Además, en los inicios en el mundo de la moto de campo, puede ser determinante la elección del tipo de moto. Porque si entramos por primera vez en el mundo del enduro subidos a una 450, es muy probable que nos llevemos algún susto, y es seguro que vamos a acabar derrotados físicamente cada día que salgamos hasta pasado un largo periodo de tiempo. Y eso si no nos asustamos y dejamos la moto pensando “el campo no es para mí”.

Es imposible que la moto de campo no guste, imposible. Pero los comienzos deben ser suaves y progresivos y eso lo dan motos de poca potencia. Al igual que, si no tenemos un buen estado de forma, podremos montar más tiempo (y más años) en una moto suave y dócil, con la que seguro encontraremos más diversión y sensaciones con más horas de calidad de moto.

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