Destacados:
Desde hace tiempo hay un debate abierto sobre el Enduro Extremo o Hard Enduro. Los detractores afirman que empujar una moto ladera arriba y ladera abajo toda la mañana no es montar en moto, que las motos se destrozan y que con lo caras que son es de locos lanzarlas por los aires. Los que están a favor disfrutan con la superación y el esfuerzo físico que supone realizar determinadas secciones, disfrutan del control técnico y mental necesario y muchos se definen como adictos a la especialidad. Probablemente todos tienen razón.
Yo practico Enduro Extremo y disfruto “sufriendo”, superando zonas que nada más llegar me parecen imposibles y donde el primer pensamiento que aparece es que jamás subiré por ahí. Pero según vas pensando y avanzando, y utilizas todo lo que tienes y más para llegar arriba, cuando lo consigues es como haber ganado una carrera entera, y a lo mejor has avanzado 500 metros.
También disfruto con la parte física, llevando el cuerpo al límite de su capacidad, muchas veces al borde de desfallecer al final de la trialera, pero es que también disfruto haciendo eso cuando corro o monto en bici, y es este componente físico el que también engancha. Es el mismo que el que aparece al correr maratones, carreras de montaña o triatlones.
Las recompensas que da el Enduro Extremo son de una magnitud que se puede comparar con poco. Cuando te enfrentas a una sección compleja es como resolver un puzzle durante un esfuerzo físico máximo con las pulsaciones disparadas. Y realmente es una sensación muy adictiva.
Además a esto hay que unir el componente social de ir con amigos y ver quien sube mejor una trialera, o ver quien sube simplemente, seguro que muchos habéis hecho eso alguna vez y habéis pasado un buen rato.
Pero sí es verdad que las motos se rompen más, sobre todo si se hace Enduro Extremo sin cabeza ya que es una especialidad en la que hay que empezar muy poco a poco. Si nos enfrentamos a una sección muy por encima de nuestro nivel la moto sufrirá y nosotros también, y puede que abandonemos antes de llegar a las sensaciones buenas. En mis clases lo primero que enseñamos a los que quieren practicar la especialidad es a tener control de embrague y a cancelar, igual que en trial. A partir de ahí podemos hacer cosas cada vez más complejas y con mucha más seguridad. Superar con facilidad, sin riesgos, sin romper la moto y sin cansarte secciones que antes te parecían imposibles es una sensación extraordinaria.
Si se empieza de la forma correcta hay muchos alicientes y mucho disfrute en el Enduro Extremo. Todos las personas que conozco que lo practican están enganchadísimos, y gastarse más dinero en algunas piezas de la moto o recuperar menos dinero al venderla de segunda mano no les supone nada en comparación.
Pero en cualquier caso está claro que el Enduro Extremo no es para aquellas personas que no estén en buena forma física, tiene que gustarte el componente de sufrimiento físico. Al igual que aquellos que tengan un excesivo aprecio por su moto, llevar la moto perfecta con el kit de pegatinas impoluto no va con el Enduro Extremo.
Es por esto que al endurero que le gusta salir los fines de semana a hacer cientos de kilómetros de sendas con alguna trialera, con una moto impoluta con accesorios y pegatinas, parando a tomar algo tranquilamente, es muy difícil que disfrute haciendo Enduro Extremo metiéndose toda la mañana en una trialera de 1km llevando el cuerpo y la moto al límite. Es muy probable que ni siquiera lo entienda, porque es una filosofía que nada tiene que ver con la suya.
Yo hago también enduro convencional, cronos, motocross… y disfruto muchísimo con todo. Cada especialidad tiene sus alicientes y si no habéis probado no hay que descartar nada. Pero igual que no me metería en un circuito de Supercross a hacerme dobles cuando empiezo a montar en moto de campo, tampoco debería probar a hacer Enduro Extremo en secciones y trialeras muy por encima de mi nivel. Hay que empezar poco a poco y conocer la filosofía correcta para no pasar límites y romper motos y tener lesiones, como en todas las especialidades.
Lo que sí está claro es que al público le gusta, porque la “carnaza” siempre gusta, y la espectacularidad del deporte unida a la cercanía de los pilotos en las carreras hace que los espectadores disfruten mucho más que en otro tipo de carreras.
Si es cierto también que en competición se está llegando a límites en los que hasta los pro tienen que lanzar las motos y sus propios cuerpos contra muros imposibles, o tienen que ser ayudados por 4 o 5 personas que suben la moto a cuestas. Esto, bajo mi punto de vista, sí que debería regularse más y no se deberían pasar ciertos límites solo por el espectáculo.
El futuro de la especialidad es incierto, como todo en esta vida, pero parece que el WESS ha llegado para quedarse. Creo sinceramente que el Enduro Extremo es un deporte por descubrir para muchos endureros.
No os perdáis todos los reportajes del número 129, a lo mejor os entran ganas de probar...
Relacionados