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La mayoría de los allí presentes, en general ya con algunos años, aunque no tantos como yo, comentaban o se quejaban de lo poco que habían evolucionado las motos de off road en general y las de enduro en particular. Y no les faltaban argumentos: Salvo la popularización de los motores de 4 tiempos, las motos son esencialmente iguales.
En estas conversaciones soy prudente, entre otras cosas porque como periodista del gremio, sé que todo lo que diga va a ser juzgado muy duramente… así que procuro callar y escuchar. Así aprendo y me dan ideas.
Pero llegó el momento en que me preguntaron. “A ver tú, el periodista, ¿qué opinas?”. Mi tentación fue decir que no tenían ni idea, pero como os digo soy prudente. Así que les contesté con un reto: Probar una moto de hace 10 años y una de ahora.
Sí, os pueden parecer iguales, pero ¡qué diferencia! Para mí hay tres diferencias principales y que se notan mucho en las motos modernas: La ergonomía, la entrega de potencia y la calidad de suspensiones.
Parece una tontería pero las carrocerías de las motos más modernas permiten una movilidad encima de la moto mucho mayor. En cuanto a los motores, los 4 tiempos se han suavizado, tanto en la entrega de potencia como, diría que más, en el momento en el que retienen. Y las suspensiones de serie de ahora son mejores que las suspensiones “pata negra” de las motos de hace 10 años.
Si, es cierto, vistas por fuera no se aprecian muchos cambios pero, ¡qué diferencia! Por suerte uno del grupo estrenaba moto y nos fuimos a un tramo muy cercano, donde prácticamente todos, por gentileza de nuestro amigo, probaron una moto nueva…
Y la conclusión fue unánime, ¡cuánto han cambiado, a mejor, las motos de ahora! Aunque no lo parezca.
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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