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En las motos de off road, sobre todo de Enduro, la potencia tiene una importancia relativa… Desde luego salvo en un camino recto, con buen firme y despejado, nadie, incluso ni pilotos punteros, van más rápido por tener más caballos. En cambio sí pueden ir más rápido por tener “mejores” caballos.
Nunca me he entendido con motos de cilindradas bajas y siempre he preferido motos de cilindradas altas. ¿El motivo? Desde luego no es la potencia, sino la “calidad” de esa potencia, los bajos y la progresividad que ofrecen los motores más “gordos”.
Pero ¡basta de eufemismos! ¿Qué considero yo, para mí, poca a mucha cilindrada? Pues lo tengo claro. Para mí las motos 125 de 2 tiempos o las 250 de 4 tiempos son motos de baja cilindrada. Hoy día ya son muy “lineales”, tienen unos bajos más que razonables y tienen una ventaja: Su potencia no asusta y puedes ser más agresivo con el gas.
Las motos de alta cilindrada en 2 tiempos empiezan, y podemos decir que acaban, en los 300 cm3 y en 4 tiempos a partir de 400 o, mejor aún, 450. Son motos con unos bajos consistentes, en general, las de enduro, sorprendentemente dulces y con una potencia fácil de modular con el puño. Los inconvenientes: el mayor peso real y percibido, sobre todo en el caso de las 4 tiempos por el efecto giroscópico de su volante de inercia. Y que tanta potencia, si no tienes la cabeza fría y tacto de gas, te puede meter en un lío.
Y siguiendo este razonamiento, el equilibrio perfecto estaría entre los 200 y los 250 cm3 en dos tiempos y en los 350 cm3 en los cuatro tiempos. Estas motos tienen “casi” la manejabilidad de las pequeñas y “casi” la potencia de las grandes.
Pero en este análisis falta un factor muy subjetivo: el factor diversión... ¡Cómo me gusta roscar el puño de mi 450! Desde luego lo bueno es que tengo razón… y no la tengo, porque cada motorista y cada endurero tiene personalidad propia y una moto ideal para él… y, para mí, este es uno de los encantos de la moto en general y de la moto de campo en particular.
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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