La KX 250 comparte la parte ciclo de la 450 con chasis, subchasis, basculante y carrocería. Monta arranque eléctrico, alimentado por una batería de litio.
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La KX 250, antes conocida como KXF, es una de las motos con mayor éxito de ventas y en competición en el mercado americano y europeo. Las icónicas motos del equipo Pro Circuit son unas de las más laureadas y conocidas por ser rapidísimas en pista. Pero esto hace años que cambió ya que Yamaha y Honda se pusieron las pilas, y las YZF y CRF han sido las motos que han dominado el Campeonato AMA durante las últimas temporadas.
Parecía que la antigua KXF se estaba quedando atrás frente a la competencia y por eso los ingenieros la renovaron por completo en 2021 con una parte ciclo y un motor nuevo. La KX se equiparó con sus rivales en cuanto a equipamiento, con el ansiado arranque eléctrico e incluso las supera al ser la primera 250 4t japonesa que montó el embrague hidráulico de serie.
En el motor todo se encaminó a mejorar la potencia y respuesta, con biela y cárteres nuevos. Monta doble inyector y se pueden ajustar los mapas de potencia mediante clemas, como es habitual en las motos de la marca.
Las suspensiones son material Kayaba en ambos ejes, con la horquilla de 48mm y doble cartucho AOS como principal atractivo y nuevos settings para ajustarse al nuevo chasis. El disco trasero es de 240mm, antes 250mm, para ofrecer mayor progresividad en la frenada y evitar tocar con las roderas más profundas.
Una de las características de las KX es que son las motos más ajustables del mercado en cuanto a posición de conducción. Gracias a sus estriberas, que se colocan en dos posiciones, y su manillar, en cuatro, cualquier piloto podrá conseguir una posición a su gusto. Se anuncia un peso de 102.9Kg, igual que el año pasado.
La posición de conducción es cómoda y amplia, con un asiento plano y un puesto de conducción con unos mandos correctos. El manillar desde el año pasado es un Renthal Fat bar, tras años siendo de sección fina, lo que ha mejorado mucho el confort de marcha y la reducción de vibraciones. Los puños, siguen siendo iguales a los de hace años, son algo duros y demasiado gruesos, un elemento muy anticuado si lo comparamos con lo que se ofrece en otras marcas.
El motor arranca con facilidad y el primer tacto de gas es algo lento para nuestro gusto, pero es sólo una sensación en parado. Una vez engranamos la primera velocidad el motor responde con mucha alegría y reactividad. Se nota un motor muy lleno, con bajos y medios muy utilizables y que la hacen fácil de conducir. Aun así la moto conserva la increíble estirada que caracteriza a las Kawasaki desde que hacen modelos de 4t, llegando a alcanzar 14.500 rpm.
La KX es una moto que se siente muy a gusto si la estiramos y es muy difícil llegar al corte de encendido, algo que los pilotos más pros agradecerán. Como decía nuestro probador Abraham García: “El motor se siente de carreras, como si estuviese preparado, empuja y estira mucho.”
Además los mapas se notan mucho y tenemos tres buenas opciones de respuesta con ellos. El mapa negro o suave, tiene unos bajos increíbles y ya no es sólo un mapa para pilotos amateur. Ahora ofrece una respuesta muy limpia en bajos y medios que hace que la moto salga muy bien de las curvas, es cierto que no ofrece la estirada estratosférica que dan los otros dos mapas pero es una opción muy útil para todos los circuitos.
Los mapas verde (standard) y blanco (agresivo) tienen una respuesta parecida, siendo el standard un poco más plano y progresivo y el blanco dispone de más patada y la máxima potencia en altas revoluciones. En ambos mapas podremos estirar muchísimo el motor y éste siempre nos ofrecerá potencia a raudales, pero el mapa blanco es el que mejor funciona en caso de llevar esa conducción agresiva que no todos somos capaces de desarrollar.
Algo que no nos ha gustado mucho es el sistema de escape, que hace que la KX sea una de las motos más ruidosas del mercado. Parece que estamos montando en una moto con escape de carreras, algo que da buenas sensaciones, pero según están las cosas hoy en día con los temas medioambientales creemos que si fuera un poquito más silenciosa sería mejor para todos.
Otra gran virtud de ésta moto es el embrague hidráulico. Nos ha gustado mucho tanto el tacto, como la rapidez y la suavidad. Además soporta muy bien la fatiga y no notamos ningún solo cambio en el rendimiento de la moto pese a que abusamos bastante de él en la sesión de fotos.
La manejabilidad es algo muy característico de ésta moto, ya que se siente ligera y precisa. Conserva ese ADN de Kawasaki de moto divertida y juguetona pero muy estable. Los usuarios habituales se sentirán como en casa desde el primer día. El chasis es el mismo que en la 450 pero con una pequeña modificación en el soporte del amortiguador y soportes de motor adaptados al 250. También hemos notado mucha mejora en la tracción, ayudado por los magníficos neumáticos Dunlop.
En general la KX es una moto de reacciones muy nobles y predecibles, ayudada mucho por el buen comportamiento de las suspensiones. En esta moto se monta el material Kayaba frente al Showa de la 450 y creemos que ha sido un acierto. El tacto tanto de horquilla y amortiguador es suave y preciso con una primera parte del recorrido esponjosa que se come todos los baches pequeños y nos permite mantener la trayectoria de la moto con muy poco esfuerzo. En saltos se endurecen progresivamente para llegar a ser muy difícil hacer topes y siempre ofrecer reacciones nobles. Sin duda es uno de los puntos fuertes de esta moto, se ha llegado a un setting muy cómodo y que servirá para pilotos de casi todos los niveles, que podemos afirmar está a la altura de la Yamaha YZF, nuestra favorita en cuanto a suspensión.
Los frenos también tienen un comportamiento excelente. El disco delantero de 270mm ofrece potencia de sobra con un tacto progresivo que agradará a la mayoría de pilotos. El trasero ahora es más progresivo, ofreciendo buena potencia pero siendo más difícil bloquear la rueda y reduciéndose el incómodo traqueteo de la cadena gracias al nuevo disco de menor diámetro.
La Kawasaki KX es una de las motos más eficientes y refinadas del panorama crossero. Todo en ella funciona bien y es uno de los conjuntos más sólidos del mercado en estado de serie. Viene super equipada, con el ansiado arranque eléctrico y el plus del embrague hidráulico que mejora la comodidad y el rendimiento. Con un conjunto más equilibrado que nunca y un precio (8.849€) que no ha subido ni un euro desde el año pasado, la KX 250 2022 es una gran opción tanto para aficionados cómo pros.
Detalles de la moto
La KX 250 comparte la parte ciclo de la 450 con chasis, subchasis, basculante y carrocería. Monta arranque eléctrico, alimentado por una batería de litio.
El embrague es de accionamiento hidráulico, el primero en una 250f japonesa, mejora el tacto y evita tener que tensar cuando se fatiga.
Las suspensiones Kayaba tienen un setting perfecto para todos los niveles con un primer recorrido sensible y cómodo pero suficientemente duras para soportar los saltos más grandes.
El motor tiene mucha potencia a bajo y medio régimen, pero también una gran estirada llegando hasta las 14.500 rpm
Los frenos Nissin con disco de 270 mm delantero detienen la moto sin esfuerzo en todas las situaciones.
Motor
Tipo
Refrigeración
Potencia Máxima
Par Máximo
Cambio
Transmisión
Chasis
Tipo
Suspensiones
Frenos
Delantero
Trasero
Medidas y pesos
Longitud
Distancia entre ejes
Altura del asiento
Peso (lleno)
Capacidad del depósito
Neumáticos
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Publicado el 23/12/2021
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