Entrevista Johnny Aubert: joven a los 38 y con mucho gas por dar

Con solo 13 años gana la Copa del Mundo de Motocross 80. A los 26 se pasa al enduro y antes de los 30 ya ha sido dos veces Campeón Mundial. Una década después se mete sin complejos en el «top 10» del Dakar. Tiene un talento inagotable.
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Autor:
Hugh Banton
Foto:
N. Martínez y Banton
Publicado el 03/05/2018

«Sí, no sé cómo explicarlo, pero todo lo que sea moto se me da bien. Y todo me gusta por igual: motocross, enduro, rally… Creo que para mí es algo más natural ir en moto que andar a pie».

Su debut en el Campeonato del Mundo de Enduro, allá por 2006, lo recordamos personalmente como algo excepcional. Fue aquella época en la que el certamen comenzaba en la localidad sueca de Östersund y solo el hecho de tener que correr sobre la nieve calzando neumáticos de clavos traía de cabeza a todo el mundo. Johnny acababa de entrar en el equipo UFO Yamaha y tenía como compañero de filas a todo un Stefan Merriman, para quien aquel primer Gran Premio de la historia «con clavos» se convirtió en una verdadera pesadilla.

El piloto australiano –bueno, neozelandés con licencia australiana-, nada más cruzar la meta en la primera jornada de carrera, comenzó a justificar su baja «performance» argumentando que la escuadra italiana no había planificado la necesaria cantidad de pruebas en la nieve y que por ello se hallaba completamente despistado. Pero, claro, cuando se supo que un humilde debutante que militaba en su mismo equipo y que meses atrás ni tenía carné de moto ni había cambiado jamás una cubierta se había hecho con la tercera posición de Enduro 2, Stefan no volvió a mencionar el asunto…


Johnny repetiría resultado el domingo, confirmándose desde el primer momento como el candidato número uno al galardón final de «Rookie del Año». Y mientras que otros «crossmen» franceses de la talla del mismísimo Frédéric Bolley, doble Campeón del Mundo de Motocross, habían fracasado en su intento de reconvertirse en pilotos de enduro, Aubert solo iba a necesitar dos escuetas temporadas de aprendizaje antes de proclamarse Campeón: «tengo que reconocer que los resultados llegaron enseguida. Yo era rápido, pero, ya sabes, también joven y me faltaba algo de cabeza… y un físico más acorde a las exigencias de la especialidad».

A sus 37 años –cumple 38 a finales de mayo- el ahora piloto oficial de Gas Gas milita en la categoría de E3 dentro del Campeonato de España de Enduro, habiendo conseguido su primera victoria en la segunda carrera del certamen, celebrada en Castellón. Pero, como él mismo señala, «Gas Gas ha querido que haga este campeonato, ante todo, como un modo de mantenerme en forma con vistas al próximo Dakar. Así que corro sin ningún tipo de presión. Fuera de eso, haré tres clásicas de enduro en Francia y algunos rallyes, espero, previos al Dakar, aunque la marca aún no ha decidido cuáles. Y en el Campeonato de Enduro mi país son Christophe Nambotin y Antoine Basset quienes defienden los intereses de Gas Gas».


- Has pasado de la moto del Dakar a esta 300 2T con poco tiempo, me temo, para adaptarte a ella…
- «Sí, en efecto. Y además hacía mucho que no corría en enduro, así que en absoluto me ha resultado fácil. Durante la pretemporada, los pilotos del Mundial sí han tenido oportunidad de realizar muchas sesiones de pruebas, pero no ha sido lo mismo para Barragán y para mí, que nos hallábamos centrados en el Dakar. De modo que me faltan cosas por mejorar en la EC 300, tanto de chasis como de suspensión y también de motor, que yo lo quiero potente pero con una curva de respuesta más progresiva».

LA MAGIA DEL VIVAC

- En los rallyes has descubierto sin duda muchas cosas nuevas, buenas y malas, pero ¿qué es lo que por el momento te proporciona mayores quebraderos de cabeza?
- «La navegación, sin dudarlo. Intentar ir deprisa con una moto mientras vas leyendo lo que tienes delante no es tarea sencilla. Una cosa es rodar con la mirada fija en un punto lejano y otra muy diferente hacerlo mientras lees. Te cambia mucho tu percepción y afecta sobre manera al pilotaje. Todo cambia mucho. Y no digamos ya cuando estás perdido en mitad del desierto».

- ¿Y lo que más te atrae de la especialidad?
- «Pues creo que el ambiente y esos mágicos momentos que se viven en el vivac. Allí llegamos todos después de haber pasado jornadas duras, con dificultades y peligros, y todo el mundo se siente amigo de todo el mundo. Hay mucha camaradería; es como si fuera del vivac no hubiera nada, no sé, para mí resulta una sensación muy especial, muy agradable».


- Ha habido una cierta polémica con la aparición de las World Enduro Super Series y el abandono del Mundial de Enduro por parte del bloque KTM/Husqvarna. ¿Tú qué opinas?
- «Yo creo que ambos certámenes son perfectamente compatibles y deberían poder coexistir. Lo único que no me agrada es el hecho de que se aplique el término “enduro” para denominar una especialidad deportiva que no lo es. Hablamos de cosas distintas. Tú no puedes decir que un atleta que corre maratones de 42 kilómetros practica el mismo deporte que un velocista».

Durante diez años nada menos Johnny ha estado disputando el Mundial de Enduro y tras el título que consiguiera en 2008 para Yamaha, llegaría el de 2009, ya con KTM, habiendo puesto fin a sus días de mundialista como oficial de Beta y siendo el piloto de mayor edad del campeonato. A sus éxitos en el Mundial, dicho sea de paso, hay que sumar los conseguidos en los ISDE tanto con el equipo de Trofeo francés como a nivel individual –incluidas sus victorias scratch en 2007 y 2010-.

JOVEN A LOS 37

- Para seguir ganando carreras de enduro cuando se enfilan ya las 38 primaveras, unos mínimos «cuidados del cuerpo» sí que resultan obligados. ¿Qué haces tú para mantener tu físico al máximo nivel?
- «¿Que qué hago? Pues trabajar muchísimo. Corro a pie, monto en bicicleta, y paso muchas horas en el gimnasio, con la ayuda de un entrenador personal. Diría que en los últimos años he cambiado mucho mis rutinas de entrenamiento y ha sido para bien, porque me siento incluso más joven, jaja…».
- Y fuera del ámbito del deporte, ¿te queda entonces tiempo para algún tipo de hobby?
- «Sí, bueno, mi tiempo libre me gusta disfrutarlo de forma muy sencilla con la familia, los amigos...».
- Tienes una hija, ¿no?
- «Sí, exacto». Aquí interviene su mujer Geraldine, que puntualiza: «una pero extraordinariamente activa. Hace gimnasia, monta a caballo… no se está quieta».
- Parecida entonces al hijo ge Giovanni Sala, que monta en burro, jaja…
- «Sí, sí. Nada de motos en cualquier caso…».
- Por cierto, ¿cómo es tu relación con Gio?
- «Ah, muy buena. Es una persona que trabaja mucho y que tiene además una experiencia grandísima. Me parece muy acertado que Gas Gas le haya encomendado esta labor de dirigir el equipo. Y eso que cuando yo corría el Mundial y él trabajaba para la FIM supervisando recorridos y especiales, acabamos discutiendo en más de una ocasión… Pero nos conocemos desde hace mucho, nos llevamos muy bien, y el ambiente en el “team” es excelente».

ENTREVISTA CON GIO SALA

NADA COMO UNA CRONO DE HIERBA

- Tú que lo has hecho todo, motocross, enduro, rallyes… Si te dan a elegir, ¿con qué te quedas?
- «Bueno, la verdad es que me gusta todo por igual. Adoraba el motocross cuando era muy joven y después me enganché al enduro… pero debo decir que de crío lo que de verdad me volvía loco eran los rallyes. Veía esas imágenes de los pilotos con esas motos monumentales rodando gas a fondo por las dunas, por el desierto, y me parecía increíble. Así que estoy encantado de que Gas Gas me haya brindado esta posibilidad que hacer el Dakar. Más vale tarde…».

- Un Dakar que has corrido con mucha cabeza. ¿Es cierto lo que me contaba Gio de que hasta que no concluyó la prueba no quisiste en ningún momento saber absolutamente nada de clasificaciones?
- «Así es. Yo solo pretendía hacer mi propia carrera, sin preocuparme de lo que hicieran los demás. Y no resultó fácil, porque, en primer lugar, firmé mi contrato con Gas Gas cuatro meses antes de la prueba y prepararlo todo en ese espacio tan corto de tiempo constituyó un verdadero reto. Por otro lado, yo venía de estar parado prácticamente un año por mis problemas de hombro y ponerme a punto otra vez me costó un gran esfuerzo».

- ¿En qué tipo de terreno te encuentras más a gusto?
- «Me gusta mucho la sensación de rodar en arena, pero cuando se trata de ir deprisa, si tengo que escoger, me quedo con la típica crono sobre hierba de los enduros convencionales. No es que me disgusten los tramos ni las extremas, pero realmente donde piloto de una forma más natural es en los cross tests de hierba».

- Oye, y no hemos hablado de trial. Un piloto tan polifacético como tú, seguro que lo ha probado…
- «Sí, desde luego. Pero competir en trial a cierto nivel me parece algo dificilísimo. No se me ocurriría intentarlo…». 

UN DESASTRE CON LA MECÁNICA

- ¿Te defiendes bien con la mecánica?
- «No. En absoluto. Soy un auténtico desastre. Lo hago porque tengo que hacerlo, pero desde luego no me entusiasma. A mí lo que me llena es pilotar motos, no arreglarlas…».

- ¿Te has planteado ya cuándo llegará el momento de dejar las motos y realizar alguna otra clase de actividad?
- «No, qué va. De momento, me encuentro en forma y me siento capaz de ser competitivo durante algunos años más. Pero cuando llegue el momento de mi retirada, por supuesto que me encantaría poder seguir ligado al mundo de las motos, ya sea como piloto de pruebas, “team manager”, o algo parecido. Está claro que llevo toda mi vida metido en las motos, así que no va a resultar sencillo escaparse de esto…».

Hemos abordado a Johnny al final de una dura jornada del Nacional de Enduro y lo cierto es que, en el distendido ambiente que reina bajo la carpa del Team Gas Gas, nuestra charla fluye de manera muy cordial, aunque… también somos conscientes de que nuestro protagonista estará deseando ya tomar el camino del hotel, así que revisamos por última vez  nuestra batería de posibles preguntas y elegimos solo una más para poner fin a la entrevista. Ésta podría ser:

-¿Cuál crees que es tu punto fuerte como piloto?
- «La técnica. Determinadas acciones sobre la moto que a otros les cuesta abordar, a mí me salen de una forma natural. Como te decía al principio, pienso que tengo mayor facilidad para conducir un vehículo de dos ruedas que para andar con mis propios pies…». Y ése es justamente el secreto de los deportistas con verdadero talento: hacer que lo difícil parezca fácil…

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