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Historia de la Africa Twin XRV 650, nacida en el Dakar

Esta es la historia de la Africa Twin XRV 650, nacida en el Dakar. En su lucha por conquistar el Dakar en la categoría Marathon, motos de serie, Honda creó su infalible y exitosa Africa Twin. El primer modelo llevaba un motor de 650 y se convirtió en un mito por su belleza y dureza.
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Autor:
Torrecillas
Foto:
Lessman
Publicado el 01/08/2019
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Fotos: Lessmann / Archivo. Texto: Torrecillas

Han pasado nada menos que 40 años desde que se diera el banderazo de salida al primer París-Dakar. Aquella locura ideada por Thierry Sabine en 1979 era un desafío de tales dimensiones que pronto se convirtió en un mito. Enfrentarse a lo desconocido durante miles de kilómetros y atravesar países inhóspitos, navegando a brújula, convertía a los participantes en héroes antes incluso de tomar la salida.

Era una época sin tensiones políticas y en la que podía dibujarse el recorrido del rally prácticamente a mano alzada sobre el mapa. Esto hacía que la aventura cada año transcurriera por parajes diferentes siendo un auténtico reto para los pilotos.

Africa Twin 650 y Africa Twin 650 Marathon

A raíz del éxito de la carrera las marcas empezaron a interesarse realmente por producir modelos de serie capaces de aguantar su dureza y así poder participar en la categoría Marathon, destinada a estas motos. Honda y BMW fueron quienes más apostaron por llevar a la calle vehículos de estas características, pero sin duda fue la marca japonesa quien con su Africa Twin XRV 650 conquistó los corazones de los aficionados a la carrera y de los pilotos que no eran de élite. 

La similitud con el modelo de carreras NXR750V era tal que los usuarios deseaban tenerla y más aún después de las victorias de Cyril Neveu en 1986 y 1987. La moto era casi una réplica, con los colores de HRC y la estética africana tan característica. Un motor bicilíndrico en V indestructible y mecánica básica fueron la clave a pesar de que apenas rendía 50 CV de potencia.

Honda sacó el modelo de serie (en la foto) y produjo una serie limitada de 50 unidades llamadas Marathon, “carreras-cliente”, con la que los privados podían afrontar con garantía la durísima prueba y que tan sólo contaban con ligeras modificaciones respecto al modelo base. De aquellas 50 motos que participaron en 1989 llegaron al Lago Rosa de Dakar 18, con victoria de Patrice Toussaint con aquel dorsal 140. Del resto que quedaron por el camino curiosamente fueron por causas ajenas a la moto, ya sea por caídas o retirada, rara vez por avería. La producción durante 1988 y 1989 para dar paso después a la exitosa Africa Twin 750, que estuvo en el mercado hasta 2002.

HRC disfrutaba de días gloriosos que alcanzaron el máximo exponente con las victorias de Edi Orioli en 1988 y la última de Gilles Lalay en 1989, ambas sobre el evolucionado modelo de 800 cc, muy parecido estéticamente a la unidad de serie. Lalay, que fallecería tres años más tarde en Sudáfrica disputando el Dakar, ponía el punto y final a la gloria de Honda en la carrera más dura del mundo otorgándole la última de las cinco victorias de la marca. Pronto llegaría arrasando Stephan Peterhansel con Yamaha y después las imparables victorias de KTM que continúan hasta nuestros días.

Increíble pero cierto: la gemela de África

Después de muchos años compitiendo y probando motos nuestro especialista en raids Antonio Gimeno confiesa que “en estos 25 años ha habido una evolución tan bestial que me parece increíble que se pudiera llegar a Dakar con estas motos. Está claro que era otra carrera más de resistencia que de velocidad, como ahora, pero aun así probando esta 650 me he dado cuenta del valor de aquellos hombres. La moto es tan pesada que es imposible levantar el tren delantero, lo que dificulta mucho la anticipación a los baches, apenas frena e ir rápido con ella, por ejemplo a 100 km/h por una pista equivaldría a ir con la de Barreda a 200km/h. Sin embargo la estabilidad es buena y el confort magnífico.

"El motor es suave y sin apenas vibraciones y la protección una vez sentado es más que correcta, sobre todo para un uso en carretera. Para un piloto alto como yo la postura de pie resulta un poco forzada. Las suspensiones por otro lado son tan blandas que en cualquier pequeño salto hacen tope y los estribos amenazan con romperse, pero no es así. Es cierto que el modelo probado es el de estricta serie y que la versión Marathon venía preparada para el puro off road, pero la base es tan trail que aún me cuesta concebirla en modo dakariano. Pero es un hecho, y estas máquinas llegaron a la meta del Lago Rosa con muy pocas modificaciones y a la prueba de ello es que esta unidad sigue vivita y coleando después de 25 años de uso. ¿Qué moto de hoy podría firmar una longevidad así?”.

 

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