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Diario de una motera
Como algunos de vosotros ya sabréis, soy motera desde bien pequeñita, pero mi primera “moto gorda” no la tuve (y no, no voy a decir mi edad) hasta hace pocos años. Y sí, aunque pasé mis años mozos sobre un scooter y me saqué el A2 allá por 2010, hasta unos años más tarde no pude comprarme mi moto. Era una moto de 500 cc y 47 cv. Una Honda CB500F perfecta para aprender. ¿Y qué hice con ella? Entrar a hacer un curso en circuito a los pocos meses de tenerla en mi poder. ¿Estaba loca? Puede, pero no salió tan mal la cosa.
Yo llegué al Jarama más verde que un “prao” asturiano. Y cuando digo verde es verde. Hasta el punto de “asombrarme” cuando me dijo mi monitor que tenía que empezar “a sacar culo” de la moto.
En el curso estábamos 30 personas divididos en grupos de 3, cada grupo con un monitor y yo, a petición propia, en el nivel más lento. Durante el día haríamos 7 tandas, cuatro con monitor y tres libres. Tras realizar las dos primeras tandas con el monitor, me aventuré a salir sola en la tercera tanda. Nada fuera de lo normal si no fuera porque salí con los primeros (ingenua de mí) y algunos llegaron a doblarme hasta en tres ocasiones. (No olvidemos que en los primeros niveles de curso habían motos que hasta me triplicaban en potencia). En ese momento aprendí algo: "Si no tienes moto ni nivel para ir delante, quédate detrás". Esta táctica la empleé en las tandas libres que me quedaban a lo largo de la mañana y me fue bastante mejor. Salía la última, así me aseguraba que tendría la pista para mí sola. En las tandas libres ya solo me doblaban una vez y cuando lo hacían volvía a tener la pista libre para seguir aplicando toda la técnica que me había explicado el monitor. Y con eso yo era feliz.
Al final del día fui la más rápida de mi grupo y salí del Jarama súper contenta. Unos días más tarde, cuando cogí la moto en mi primera ruta tras el curso, noté muchísimo el cambio. Salía con más confianza y más seguridad, conocía más a mi moto y me conocía mejor a mí sobre ella.
Un año más tarde y tras mi primera toma de contacto con una Pit Bike, regresé al Jarama a repetir el curso del año anterior. La evolución de un año al otro la podéis ver vosotros mismos. Y sí, a día de hoy sigo aprendiendo, mejorando y evolucionando, como creo que hacemos todos. Aunque una cosa os digo, mi próxima visita a circuito será con algo más de potencia...
Amante de las motos desde que tengo uso de razón, llevo toda la vida sobre dos ruedas. Tras realizar colaboraciones en distintos medios, en Moto1Pro he hecho de mi pasión, mi modo de vida. Curiosa, analítica y muy digital, además de probar motos, coordino la redacción con mano de hierro en guante de seda.
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