La Triumph Tiger 800 es una vieja conocida en las filas de Triumph, pero la firma británica la puso al día con importantes mejoras en 2014, tanto a esta versión asfáltica XR que ves aquí como a su hermana XC, más trail, pensada para un uso mixto. En ambos casos, tanto en la XR como en la XC, existen unas versiones X que van un paso más allá, con una electrónica más avanzada y con mayores posibilidades de configuración que permite escoger entre tres modos de conducción: Road, Off-Road y un Rider programable que permite adaptar el comportamiento del ABS y el TTC a tus preferencias con tres niveles distintos de asistencia electrónica. Esta versión X también incluye otros extras frente a la versión básica como el control de crucero, un ordenador de abordo avanzado, asientos confort, cubremanos, toma de corriente adicional, pantalla regulable, caballete central, protecciones varias… es decir, unos cuantos añadidos que bien merecen la pena para tener la Tiger más completa y equipada posible. Además hay una versión XRT orientada 100 por cien al turismo y con mucho más equipamiento.
Tanto el control de tracción como el ABS desconectable son de serie, incluso en la versión XR “sin X”, y lo que le permite esta versión avanzada es que ambos sean configurables y regulables en distintos niveles de intervención. Ahí la Triumph está un paso por delante de la Yamaha, la electrónica puede ser configurada de manera más minuciosa que en la Tracer y permite una mayor personalización. Porque el equipamiento de la británica no se queda sólo sobre el papel, sino que funciona y además a la perfección, con mucho tacto y apareciendo sólo cuando es necesario.
Aunque la Tiger no se amedranta si le pides un comportamiento más deportivo, la inglesa sabe cómo tratarte en el día a día para que te sientas siempre como en casa, con la alta calidad de acabados a la que Triumph nos tiene acostumbrados y una buena dosis de confort. Su manillar no es tan ancho como el de la Tracer por lo que se hace menos palanca con él, y una menor altura del asiento te hace ir más metido en la moto, creando un conjunto más compacto y con un centro de gravedad más bajo, por lo que los movimientos se hacen más cerca del suelo y eso es algo que los menos altos agradecerán.
La Tiger 800 tiene más de moto trail que la Tracer 900, si quieres una trail de verdad echa un ojo a la XC mejor que a la XR, pero por ejemplo esta Tiger monta una llanta delantera de 19” cuando la Yamaha opta directamente por una de 17”. Pero tenlo claro, aun así esta Tiger es completamente asfáltica, que para eso tiene una hermana gemela que no lo es. Esta XRx tiene una buena faceta viajera y es que además del confort que ofrece hay que tener en cuenta detalles como el propio control de crucero que te permitirá viajar pudiendo descansar la mano del acelerador. Eso y asiento específico de esta versión son ayudas que sin duda se agradecen si nos disponemos a recorrer largas distancias.
A ritmo rápido por carreteras reviradas sí notamos algo menos de agilidad que sobre la Tracer, el peso de la Triumph es 6 kilos superior al de la Yamaha, 213 Kg frente a 210, y al tirar la moto de un lado al otro en conducción deportiva la palanca que hace el manillar de la japonesa ayuda en su soltura entre curvas.
La diferencia de precio entre la XR y esta XRx es de 500 euros, todo ese equipamiento extra que ofrece la versión X bien merece la pena. Electrónicamente te puedes hacer la moto a tus gustos y necesidades, busques más nervio o más tranquilidad, quieras una conducción reposada o un comportamiento más agresivo, y eso es un plus a su favor. Como comprobarás en la página de audios el silbido de este tricilíndrico es embriagador e igual de agradable es todo su tacto general.