Prueba KTM Freeride

Prueba KTM Freeride 250 F

Desde sus orígenes la KTM Freeride se ha definido como una mezcla de trial y enduro, entre medias de ambos mundos. Una combinación de ligereza y capacidad de hacer kilómetros que hará las delicias de todo aquel con sed de nuevas aventuras. Aquí os dejamos la prueba de la KTM Freeride 250 F 2020.

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Autor:
Rodolfo Martínez / Acción: Andrea Bautista
Foto:
Lluis Llurba
Publicado el 02/09/2019
Prueba KTM Freeride

Lo mejor de la moto

Manejabilidad
Ligereza
Polivalencia

Lo peor de la moto

Capacidad deposito
Potencia en altas
Capacidades a velocidades altas

Imaginaros llegar al típico rancho americano de película, en plena naturaleza rodeado de montañas, con una casa de madera con un porche enorme y un granero al lado. Al abrir el granero, entre mantas y polvo, encontramos una KTM Freeride impecable, con los pelos de los neumáticos intactos y el depósito lleno, lo que remata esta estampa perfecta: naturaleza salvaje para descubrir junto con una montura diseñada a la perfección para investigar, vivir y disfrutar en todo su apogeo de este entorno de película.

Pero demos al pause en esta visión celestial, al menos en lo que a estar en territorio americano se refiere, porque, independientemente de donde nos encontremos, la KTM Freeride siempre estará lista para salir a investigar y disfrutar del campo, divirtiéndonos sea cual sea el entorno en el que estemos, ya sea saliendo desde un cobertizo americano, desde nuestra casa del pueblo o desde el garaje de nuestra casa.

Desde que apareciera en 2012 rejuveneciendo el segmento trial-excursión (muy popular en tiempos pasados y todavía vigente en motos como la Gas Gas Pampera la Beta Alp o la Scorpa T-Ride) su objetivo ha sido claro: una moto fácil que permita a todos los públicos rodar con comodidad y llegar hasta sitios que, muchas veces, de ninguna otra forma llegarían. Un motor muy dócil, combinado con la ligereza y manejabilidad de su parte ciclo, hacen de esta moto un juguete muy útil, y es que la combinación de el trial y el enduro no podía ser mala; dos disciplinas fascinantes fusionadas en una moto que puede acercarte a una u otra dependiendo de tus gustos o de como tengas el día.

Estas capacidades combinadas convierten a la KTM Freeride en la herramienta de exploración definitiva, a la altura de los caballos mustang americanos -por volver otra vez a nuestro rancho…-. En definitiva, esta es la prueba de la KTM Freeride.

Motor KTM Freeride 250 F

Tanto su propulsor como su parte ciclo no reciben modificaciones en 2020, mantienen todos los componentes desde 2018 cuando el modelo sufrió la última renovación completa.

El motor de 250cc de 4 tiempos de la KTM Freeride deriva de la KTM EXC-F 250, por lo que también cuenta con doble árbol de levas, inyección electrónica, control de tracción y dos mapas de motor. Pero recibe modificaciones internas que suavizan y rebajan la potencia hasta los 20,5 CV y 18Nm de par motor -pasando a 26cv y 22Nm si la deslimitamos-, cambiando por completo el comportamiento del motor de la enduro, haciéndolo más apto para todos los públicos y para un uso más trialero, con más sensación de volante de inercia y menos estirada -10.000rpm máximas-. También recibe modificaciones en cigüeñal, cadena de distribución y bomba de agua, accionando los tres elementos con un engranaje común.

El sistema de gestión del motor controla la inyección electrónica Keihin de 42mm dispone de ECU con mapas de motor diferentes para cada marcha, lo que hace que la respuesta del motor sea siempre la adecuada a cada situación. También se ha acortado la relación de cambio en las primeras marchas, para dorarla de un carácter también más trialero, pero se han mantenido en el resto, pero no perder la parte endurera de hacer kilómetros.

La KTM Freeride 250 F monta un embrague DS (diafragma de acero en lugar de muelles) accionado por bomba hidráulica firmada por Formula. Y como innovaciones cuenta con un sistema de refrigeración que conecta directamente la culta y el radiador mediante un tubo recto, y el colector va por debajo del motor, quedando cubierto por el cubrecarter, cosa que ayuda a la estrechez del conjunto y hace que no sintamos calor en las piernas.

Parte ciclo KTM Freeride 250 F

Respecto a la parte ciclo, su chasis formado por dos partes -aluminio y acero- se ha diseñado para buscar una relación entre la ligereza y manejabilidad del trial con la estabilidad de una moto de enduro. El subchasis por su parte está fabricado en plástico, alojando los componentes eléctricos -no así la batería, situada bajo el cuerpo de la inyección-.

En el apartado de suspensiones cuenta con horquilla WP XPlor de 43mm con 250mm de recorrido -una botella para compresión y otra para extensión- y monoamortiguador trasero WP PDS -sin bieletas- con 260mm de recorrido. Se puede bajar las suspensiones 25mm con un kit de Power Parts, pero reduciendo también la altura libre al suelo de 325mm en la misma distancia.

El asiento está situado en unos cómodos 915mm de altura -además del kit de bajar las suspensiones podemos poner un asiento más bajo, también dentro del catálogo Power Parts- y debajo de este se encuentra el tapón de gasolina y el filtro de aire, muy fácilmente intercambiable. El asiento de levanta desde la parte trasera, dejando fija la parte más pegada al manillar, permitiendo el acceso a estos elementos con facilidad.

Respecto a los frenos monta un disco delantero de 260mm con pinza de anclaje radial de cuatro pistones y uno trasero de 220mm, ambos firmados por la marca Formula.

Neumáticos Maxxis Trialmaxx OEM han sido desarrollados específicamente para la Freeride que, si bien para un uso más trialero de piedras y raices cumplen -además apena dejan huella en el terreno-, si lo que buscamos son inclinaciones y paso por curva, no son lo más adecuados.
Los soportes de las estriberas disponen de dos posiciones, lo que permite adelantarlas o atrasarlas 8mm, mejorando así el paso por curva si las colocamos delante -para un uso más endurero- o ganando más tracción si las colocamos detrás -para un uso más trialero-

El deposito tiene una capacidad de 5,5 litros, algo reducido para nuestro gusto, pero con un consumo declarado de 3 litros -en las pruebas subió en torno a 4 litros yendo a un ritmo alto- es suficiente para hacer nuestras excursiones camperas. Y todo esto con un peso del conjunto de 98,5kg -con el depósito vacío-.

Comportamiento KTM Freeride 250 F

Una vez dispuestos con la equipación elegida -podemos vestirnos de trial, de enduro o hacer un mixto a nuestro gusto-, nada más subirnos a la Freeride su reducido tamaño y su ligereza son las sensaciones instantáneas nada más posarnos en su asiento. Para arrancar debemos girar la llave de contacto, dispositivo muy de agradecer para un uso dentro de la civilización, pero del que también debemos acordarnos cuando guardemos la moto si no queremos quedarnos sin batería para el día siguiente…

Ya en marcha la Freeride se mueve a placer, es un juguete en manos expertas y una moto muy fácil en manos menos experimentadas. A bajas velocidades tenemos sensaciones parecidas a una moto de trial, podemos mover el cuerpo fácilmente y jugar con los cambios de peso sin ninguna dificultad para moverla. Podemos hacer trialeras y sendas difíciles con una manejabilidad total. En este tipo de recorridos -trialeras y sendas difíciles- es su hábitat natural, siendo subiendo donde puede desplegar todo su potencial.

Si vamos a un ritmo lento y nuestro nivel es bajo, la moto nos lo pone todo fácil, siempre va por donde queremos, lo que unido a un motor suave y dosificable, con par y empuje dócil desde abajo y una velocidad de subida de vueltas justa, hace que no nos sintamos desbordados en ningún momento. Con un pilotaje de nivel medio también disfrutaremos mucho de la moto al jugar haciendo cosas que normalmente no nos atreveríamos a hacer con una moto de enduro más grande y pesada; podemos jugar sin miedo a buscar tracción en subidas largas, a hacer escalones más grandes, a hacer subidas más difíciles,… Y si somos pro podremos utilizarla como una moto de trial-diversión, atreviéndonos a hacer cualquier cosa que se nos ocurra con la capacidad de hacer más kilómetros que con una de trial convencional.

Bajando, en sendas y trialeras complicadas en las que subimos a placer, debemos prestar más atención que con una moto de enduro ya que estamos más limitados por las suspensiones, por lo que debemos bajar como si lleváramos una moto de trial; no podemos dejar correr la moto esperando que las suspensiones hagan todo el trabajo. En el apartado de frenos, aunque nos gustaría un poco más de tacto y potencia, para un conjunto tan ligero y con tan pocas inercias, cumplen su cometido.

En pistas y caminos amplios, la ligereza y manejabilidad que tantas ventajas aporta en sendas complicadas y reviradas, penalizan aquí en estabilidad, y es que no está pensada para circular a altas velocidades. Al igual que el motor, que tiene su rango óptimo de tracción y empuje en la zona baja y media de las revoluciones.

Lo mismo ocurre con los neumáticos, que tanto por su geometría como por su agarre están más pensados para trialear que para hacer curvas rápidas o buscar inclinación. En una crono revirada también es divertida y muy apta para iniciarnos en el mundo del paso por curva en campo pero, si este el uso que vamos a darle, debemos montar neumáticos de enduro, cosa fácil ya que monta ruedas de 21’ delante y 18’ detrás.

Si bien toda la parte trialera del enduro lo pasa con nota, y es para lo que está pensada, no debemos buscar con esta moto la parte de velocidad y paso por curva de la especialidad, ya que es donde más penaliza, por lo que nada de buscar aceleraciones, frenadas, paso por curva y capacidad de absorción de grandes baches a altas velocidades… Pero sí que nos permite hacer kilómetros cómodamente en busca de nuevas sendas, paisajes y rincones llenos de aventuras.

Opinión KTM Freeride 250 F

Con esta moto tenemos muchos perfiles posibles de usuario en los que encajaría a la perfección. Sus mayores virtudes son su capacidad trialera y la cantidad de errores que permite por capacidad de hacer correcciones de pilotaje, esto la convierte en una moto ideal si queremos iniciarnos en el mundo del campo. Además, si tiramos más hacia el trial movemos las estriberas y tal y como esta de serie podemos hacer nuestras excursiones y zonas fáciles de trial; y si queremos iniciarnos en el enduro, ponemos una neumáticos para tal uso y tenemos una moto muy fácil con la que investigar sin miedo.

Y por otro lado, si tenemos un nivel medio-alto y queremos una moto para hacer todo aquello que no nos atreveríamos a hacer con nuestra moto de enduro en lo que a trialeras, escalones y obstáculos se refiere, con una moto más polivalente que una de trial, la Freeride también encaja.
Y, como más nos imaginamos nosotros a la Freeride, es si queremos tener una moto en nuestra casa de campo, pueblo, o rancho -ojalá-, con esta moto tendremos diversión y facilidad de uso a raudales, para dar una vuelta e investigar sin ningún tipo de miedo a meternos por cualquier sitio sin tener un gran nivel de pilotaje ni una forma física excelente, permitiéndonos tener nuevas aventuras tanto por recorridos nuevos como buscar por nuevos niveles de dificultad.

En definitiva, la KTM Freeride abre las puertas del campo a cualquier persona que quiera aventurarse en esto del off road por primera vez y da a los usuarios de más nivel la posibilidad de jugar a su antojo en terrenos muy complicados.

Detalles de la moto

Prueba KTM Freeride detalle llave contacto

La llave de contacto situada en el lateral del faro delantero es muy útil para usarla dentro de la civilización, mostrando también capacidad de uso más urbano.

Prueba KTM Freeride detalle depósito y filtro de aire

Tanto el depósito de gasolina como el filtro de aire se encuentran bajo el asiento, a los que se accede abriendo este desde la parte trasera.

Prueba KTM Freeride detalle silencioso

El característico doble silencioso marca el estilo de la parte trasera. El sonido es contenido y suave, con un nivel de decibelios por debajo de una moto de enduro.

Prueba KTM Freeride detalle motor

El motor derivado de la KTM EXC-F 250 está adaptado a la filosofía de la moto, reduciendo la potencia hasta los 20cv y haciendo la banda de revoluciones más utilizable en la parte baja y media.

Prueba KTM Freeride detalle horquilla

La horquilla WP de 43mm cumple a la perfección en las zonas más trialeras dotando de agilidad y facilidad al tren delantero, pero penaliza en las zonas más rápidas y bacheadas.

Motor

Tipo

Monocilindrico DOHC


Refrigeración

Líquida


Potencia Máxima

20.5cv


Par Máximo

18Nm


Cambio

6 velocidades


Transmisión

Cadena


Chasis

Tipo

Doble compuesto Acero-Aluminio


Suspensiones

Horquilla WP 43mm


Frenos

Delantero

Disco de 260mm pinza radial 4 pistones


Trasero

Disco 220mm


Medidas y pesos

Longitud

N/C


Distancia entre ejes

1.418 mm


Altura del asiento

915mm


Peso (lleno)

98.5kg


Capacidad del depósito

5.5 litros


Neumáticos

90/90-21 - 4,00-18


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Texto:

Rodolfo Martínez / Acción: Andrea Bautista

Fotos:

Lluis Llurba

Publicado el 02/09/2019