El director del SCT -Juli Gendrau- lo confirmaba en una entrevista si bien sin concretar ni que vías son las candidatas al test ni la fecha de entrada en vigor de la propuesta: "El objetivo es claro: reducir la siniestralidad de los motoristas. Es un tema que nos interesa y que estamos estudiando detenidamente. Por poco que podamos haremos una prueba piloto. Evidentemente hay lugares donde es más complicado pero hay espacios que permiten hacerlo".
Se trataría, por tanto, de intentar separar, en estas vías de alta intensidad de tráfico y en horas punta, a las motos de los coches; una propuesta que el RACC ya planteó también en su momento de manera diferente y que defendía que las motos pudieran circular legalmente por los arcenes en los corredores metropolitanos de entrada a la capital.

De Barcelona al resto de España

El RACC ya propuso en su momento la B-23 en su entrada a Barcelona por el Baix Llobregat, aunque es una vía que espera un carril bus-VAO desde hace años y con un proyecto ya aprobado, aunque paralizado por el Ministerio de Fomento, que ostenta la titularidad de la autopista.
En cualquier caso se trata de una buena noticia, ya que la Ciudad Condal suele ser el “campo de pruebas” de este tipo de medidas pioneras relacionadas con la moto. No sería nada de extrañar, por tanto, que la iniciativa barcelonesa -de resultar efectiva- sea posteriormente adaptada e implementada en las otras grandes capitales españolas. De hecho, si el resultado de la idea es positivo Gendrau apuntaba también la posibilidad de que el carril exclusivo para motos no sólo funcionara en horas punta sino que pudiera ser permanente.