Michelin NO “endurece” los neumáticos a petición de Rossi

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Hay tantas consideraciones de fuste para criticar algunas cosas de Michelin en MotoGP, que podemos, incluso, remontarnos a un año antes de su desembarco como proveedor único de neumáticos. En 2015, los “gallos” que se estaban jugando el título cada domingo, se jugaban el bigote, algunos lunes, probando las gomas de la próxima temporada. Aquel año (recuerdo un “palo” de Lorenzo bestial) una lesión en esos test podría haber decidido un título. Al final, intervinieron otros protagonistas, pero eso es otra historia; y también está demasiado mal contada.

Lo que no veo de recibo es señalar a uno de los actores principales de MotoGP de "influir en el devenir del campeonato" de 2016, devaluando la magistral gestión del año de que hizo gala Marc Márquez. Y hoy en día, hay voces influyentes (del paddock de antes, pero también de ahora) que van más allá: en 2017 "ganará quien Michelin decida"; dicen sin complejos y bebiendo cerveza sin alcohol. El pasado jueves ya hablé de cuál es la verdad incómoda que se esconde desde la sustitución de Bridgestone. Ahora toca desmontar algunas inexactitudes, que alimentan auténticas mentiras dirigidas a la caza del click; pero que tienen un daño colateral maligno: polarizan las opiniones de aquellos aficionados al motociclismo que mancillan su pasión desde las barricadas del odio levantadas tras el #SepangClash.

Michelin, ni endurece los neumáticos ni retorna a los boxes de MotoGP los del año pasado. Lo que ha hecho es evolucionar solamente el delantero; usando la carcasa, más rígida, de 2016; con los nuevos compuestos de 2017. Parecerá un matiz; pero resulta que “es el matiz”. Los que me siguen me perdonarán por repetirme de nuevo: hablamos muy mal nuestra lengua de Cervantes. La gente no se casa de penalty, sino de gol.

Valentino Rossi no fue el primero en quejarse: fue el primero en hablar del tema en público. Honda hablaba con Michelin en privado desde el mismo momento. Para sus pilotos, la única opción para aguantar un "run de carrera" era montar el compuesto más duro. Otro matiz, otra gran diferencia. Rossi habló en Losail antes de empezar la temporada. Después vino el sainete de Termas y la huelga. Y en Jerez, y no antes, harto de ser señalado (Michelin llegó a decir que era el único que se quejaba) apuntó que había más pilotos pidiendo lo mismo: “Cuando hablé sobre mis problemas me dijeron que era el único pero si traen aquí ese neumático igual hay otros con mi mismo problema”. Se refería al test del lunes de Jerez, donde se probó por primera, y aún única, vez.

El debate sobre las gomas no ha llegado a su fin: acaba consolidarse. La ausencia de Maverick Viñales el jueves en rueda de prensa oficial, sus declaraciones tras conseguir la pole en Francia: “lo que ha cambiado es algo de color negro”; y la propia actitud de los responsables de Michelin en MotoGP; seguirán dando gasolina a este fuego.  Los responsables de las fábricas, por su parte, están que trinan por el peso de la Comisión de Seguridad de los pilotos en una decisión que, dicen, es simplemente técnica. Recuerdo a Casey Stoner, en 2009, mandándome a la mierda (con razón) porque le pregunté frivolizando sobre las gomas: "es lo que nos sujeta, es nuestra seguridad"; me espetó. Otro matiz para terminar: Jorge Lorenzo, el más beligerante en contra de la nueva evolución, no puede ser señalado aún como perjudicado ante un cambio probado en un solo circuito y con calor; pero que aún no ha participado en ninguna carrera. Será en Mugello. Y entonces rajaremos un montón, de nuevo, toda la parroquia. Y seguirán las barricadas. Y las trincheras.