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El artesano Rick Denoon ha invertido 16 años y 10 000 horas de trabajo en fabricar esta Honda CB400F alimentada por turbo.
Si no nos equivocamos, fue Pablo Picasso quien explicó que su método de creación consistía en ocho segundos de inspiración y ocho horas de trabajo. Da igual que seas Picasso, Einstein o Valentino Rossi… el trabajo es lo que marca la diferencia. El artesano Rick Denoon ha cumplido a rajatabla esta premisa porque estima que a lo largo de 16 años ha invertido unas 10 000 horas de trabajo en su Honda CB400F turbo. Imagínate lo que podría costar esta moto si hubiese que pagar por cada hora de trabajo.
En 2006 Rick Denoon dio muestras de sus capacidades como artesano al preparar una Honda CB400F con chasis Egli. El resultado fue tan satisfactorio que la moto salió en la portada de la revista británica Classic Motorcycle Mechanics, pero aquello solo fue el comienzo de una larga aventura.
El artesano se gana la vida trabajando como diseñador con programas CAD de 3D, así que antes de tocar el primer tornillo pasó incontables horas estudiando de manera digital cada detalle del proyecto: chasis, ruedas, suspensión delantera… Rick asegura que la moto va por la versión 28, es decir, desde que comenzó con este trabajo en 2007 ha realizado casi 30 versiones digitales diferentes. Lo más increíble es que varios de los proyectos digitales después se construyeron hasta el último tornillo para luego volver a comenzar desde cero. “Me da vergüenza reconocerlo pero me llevó casi 13 años tener una moto capaz de circular por la carretera. Es fácil obsesionarte con cambiar esto y lo otro durante el diseño pero llega un momento en el que debes parar y ponerte a hacer la moto”, confesó Rick Denoon a nuestros compañeros de bikeexif.com.
“La suspensión trasera se diseñó utilizando el software de Tony Foale con el objetivo de que se pudiera emplear el amortiguador de una Honda CBR600RR. El software te permite conocer los vectores y las fuerzas que inciden en la rueda trasera a través del basculante”, explicó el artesano.
Añadir un turbo significó tener que emplear inyección electrónica en el tetracilíndrico en línea de la Honda CB400F. El resultado fue que la potencia medida en el cigüeñal pasóde 37 CV a 65 CV. “Funciona como si fuese una moto moderna debido a las suspensiones, frenos y geometría. Lo puedo garantizar porque en los últimos cuatro años he hecho unos 28 000 km con ella”, concluyó Rick Denoon.
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