La Multistrada es una moto que enamora, esa es la realidad. A muchos se le ponen corazones por ojos cuando la ven pasar, pero la sensación de enamoramiento es aún mayor cuando te pones a sus mandos. La anterior evolución de la Multistrada la probamos en 2013, cuando Ducati revolucionó lo que hasta entonces entendíamos por Multistrada, y ya entonces comprobamos que la fórmula utilizada era explosiva, en el mejor de sus sentidos. Ahora le llega el turno a esta versión 2015 de la Multistrada, sin duda mucho más refinada que la anterior pero sin que para ello haya tenido que perder una pizca de su carácter.
Se han realizado algunos cambios estéticos, sobre todo en su frontal, donde las formas han cambiado por completo aunque se mantienen las líneas de su predecesora, pero la Multistrada sigue siendo una moto compacta donde todo está medido y encajado al milímetro, de líneas perfectas, donde no hay nada fuera de lugar y por supuesto donde el diseño manda, como en buena Ducati.
Los cambios no son únicamente estéticos, ni mucho menos, en Italia han aprovechado para darle un buen repaso a una de las joyas de su corona y ponerla al día para que siga siendo una de las referencias más punteras del mercado, donde tecnología, prestaciones y electrónica se unen para conseguir una moto súper exclusiva.
El motor sigue siendo un bicilíndico en V Testastretta de 1198 cc, 160 CV y 136 Nm de par, pero ahora cuenta con un sistema DVT (Desmodromic Variable Timing) de sincronización de válvulas variable y continua desmodrómica para optimizar la potencia y el par a lo largo de una banda más amplia de revoluciones. Y sí, se nota, ahora la MTS es más progresiva y se comporta mejor abajo, es menos tosca que antes, pero no por ello dejarás de verte obligado a bajar marchas al reducir la velocidad pues aquí los errores no se perdonan y pasar por una rotonda con una marcha más larga de lo debido, puede que hasta la tercera sea excesiva, te hará terminar cogiendo el embrague para salir, pues pronto empezarán los traqueteos. La Ducati está más un poco más arriba, y cuando pasas de las 6.000 vueltas comienza la fiesta.

¿Alguna vez has sido lanzado por una catapulta? Yo tampoco, pero seguro que es algo parecido a abrir gas a fondo en la Multistrada. Este Testastretta tiene genio para dar y repartir, le viene perfecto a un conjunto tan compacto y ágil como el de la MTS, y es que su comportamiento entre curvas es una auténtica delicia. Estable, intuitivo, tremendamente noble y muy rápido además. La electrónica es sin duda uno de los puntos fuertes de la Multistrada, disponemos de cuatro “riding modes”: Urban (100 CV), Touring (160 CV), Enduro (100 CV) y Sport (160). En cada uno de ellos se configura el control de tracción, el ABS de calibración múltiple para curvas, el Ducati Wheelie Control y la entrega de potencia además del acelerador Ride-by-Wire, todos se configuran en diferentes niveles dependiendo del modo seleccionado. Además, lo bueno de la Ducati es que todos estos controles pueden ser ajustados manualmente a nuestro gusto y necesidades, sin tener que depender de los parámetros definidos en los modos, por lo que es totalmente personalizable.
Pero aún hay más, en esta unidad que hemos probado contamos con unas buenas suspensiones, horquilla invertida de 48 mm, con 170 mm de recorrido, y amortiguador Sachs con el mismo recorrido, todo multirregulable manualmente, pero es que en la versión Multistrada 1200 S, la “tope gama”, las suspensiones se regulan con el sistema Ducati Skyhook Suspension, un control de suspensión semiactivo que ajusta la amortiguación de forma automática, continua y en tiempo real. La adaptación al terreno es asombrosa y la estabilidad prodigiosa, el Skyhook hace honor a su nombre y parece llevarnos colgados del cielo por encima de los baches, y los efectos de compresión y extensión ni se notan. Un trabajo excelente el de Ducati en este sentido, así lo era en la versión 2013 que ya habíamos probado y ahora ha sido optimizado, lástima que esta vez no hayamos podido disponer de esta versión S para compararla frente a frente junto a la BMW.
Pero además de ser una deportiva nata, la Multistrada es además una muy buena viajera, y ahora lo es más y mejor gracias a unas cuantas mejoras que hacen de ella una moto más ergonómica y confortable. Aquí la italiana puede sacar pecho frente a la BMW, y ese prejuicio que podríamos tener sobre el confort alemán y la radicalidad de Ducati en este caso se invierte, la Ducati se nota más confortable y acogedora que la BMW, tanto para piloto como para pasajero, y en la alemana nos encontramos con un asiento más duro y menos amigable. Todo sería cuestión de tirar del catálogo de accesorios para solventar ese problema, claro.
La diferencia entre la MTS básica y la MTS 1200 S es de 3.000€, un dineral, sí, pero ya puestos… qué diablos, la inversión merece la pena, y si tiramos la casa por la ventana la tiramos de verdad, sin medias tintas. De todos modos, la Multistrada estándar ya cumplirá sin duda con tus expectativas, aunque si quieres lo mejor de lo mejor raro es que puedas encontrar una moto más puntera que la Multistrada 1200 S.