
Prueba Italjet Dragster 125/200: renace el scooter de capricho


ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS

Cilindrada

Motor

Potencia

Peso

Carnet

Precio
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Hace poco comentaba lo que me gustan las historias de las empresas familiares en el mundo del motor, y tengo que reconocer que Italia es una fuente inagotable de ellas. Italjet Moto es una compañía italiana que fabrica motocicletas ligeras desde el año 1959. La fundó Leopoldo Tartarini con sede en la población de San Lazzaro, un municipio de 30.000 habitantes pegado a Bolonia. Leopoldo dirigió la empresa 46 años (hasta el 2005), momento que le paso el timón de las operaciones a su hijo Massimo.
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En los años 2000, 2001 y 2002 participaron el Campeonato del Mundo de Velocidad en la categoría de 125, donde los mejores resultados los consiguieron el checo Jaroslav Jules y el italiano Stefano Peruguini. El Modelo Dragster nació en 1995 y se mantuvo en el mercado hasta el 2003, y en 125 es recordado por ser el único con motor dos tiempos de dos cilindros. Era un scooter de carreras, tal cual...
En el salón del Eicma de Milan del 2018 presentaron el primer prototipo del que sería el nuevo Dragster de hoy, ya con motor de 4T en versiones de 125 y 200 cc. El desarrollo ha concluido y ya lo tenemos disponible en nuestro mercado ya con la Euro5. En cuanto a su precio ha pasado como en casi todo en estos últimos 20 años, los Dragster que se vendieron nuevos al final del 2003 costaban unos 2900 euros, un precio algo elevado para la época que se justificaba por su calidad de fabricación, diseño exclusivo e inédita suspensión delantera, hoy cuestan 5589 euros y 5989 euros respectivamente (125 y 200) y podemos aplicar al pie de la letra las justificaciones del párrafo anterior.

Italjet Dragster: un poco de técnica
La parte ciclo es la gran protagonista del Italjet Dragster, con su chasis multitubular de acero al cromo-molibdeno, unido a unas preciosas placas de fundición de aluminio que conforman el soporte de la suspensión delantera, soportes de motor y suspensión trasera. Evidentemente lo que más llama la atención es su sistema que independiza la suspensión delantera de la dirección, que lo bautizaron como I.S.S. Es de tipo monobrazo inferior y funciona como una especie de basculante anclado al chasis: la rueda gira con una rótula y un tirante que lo manda desde el manillar.
El amortiguador va colocado casi horizontal sobre la línea longitudinal se deja ver entre el entramado de tubos del chasis, dejando muy accesible el depósito de gas y la ruleta de regulación de la dureza de la suspensión (lo mejor es mirar las fotos). Salvando las distancias, me recuerda al sistema de las Elf de competición, que se basaba en los diseños del ingeniero Andre de Cortance, que acaparó mucha atención a finales de los ’80.
El motor pertenece a un diseño del grupo Piaggio, monocilíndrico 4T DOHC con 4 válvulas, que desarrollan 12,5 CV a 9.500 rpm y 17,5 CV a 8.000 rpm el 125 y 200 cc respectivamente. La refrigeración el liquida, inyección electrónica Magneti Marelli y la transmisión del tipo CVT con embrague centrifugo en seco, es decir, dentro de lo acostumbrado en los scooter actuales.
De paseo por Tarancón y en el circuito DR7
En la prueba dinámica pude apreciar lo espectacular que resulta este scooter a la vista, lo bien hecho que está, sus materiales y componentes de calidad, y el dinero que cuesta fabricarlo. Ellos la definen como una “superbike urbana” y tienen razón, pues utilitaria no lo es mucho: no lleva ni una triste guantera y debajo del asiento caben la documentación y si acaso un par de guantes.
Moviéndonos por la ciudad se desenvuelve bien, es un scooter de medidas recortadas, relativamente ligero (140 kg en orden de marcha) y con un buen radio de giro, además aporta esa sensación tan peculiar de no hundirse nada en las frenadas.
Los baches los absorbe bien y además los dos amortiguadores de serie son regulables (hay unos Öhlins opcionales). El motor es alegre y responde bien a las solicitudes del puño de gas, aunque lógicamente el 200 supera claramente a su hermano menor en prestaciones puras. En velocidad máxima el 125 llega a los 107 km/h y ahí comienza e actuar el corte de encendido y por su parte con el 200 llegué casi a los 130 km/h de marcador en una ligera bajada.
Hablemos ahora de su marcada faceta deportiva, en un circuito tan ratonero como es el DR7, tenía muchas ganas de probar el Dragster, y para ser sincero te diré que al igual que en carretera y ciudad me gustó mucho su comportamiento, en pista, atacando a fondo los virajes cerrados y zonas enlazadas, extrañe un poco el comportamiento de su tren delantero. No me dejaba frenar hasta dentro del viraje como a mí me gusta y me daba la sensación de tener que trabajar más sobre la dirección y jugar con mi peso para terminar de cerrar la curva. No me dio ese “feeling” natural que me proporciona una buena horquilla invertida delantera con doble tija, pero esto tal vez sea una cuestión personal.
Los frenos me gustaron mucho, son eficaces y con muy buen tacto (equipa componentes Brembo) y el motor del 200 es muy divertido. Como conclusión solo añadir que sabemos que este scooter no será un superventas, entre otras cosas porque es un vehículo bastante exclusivo que va dirigido a un público especial, joven en su mayoría, con espíritu deportivo y que le gusta diferenciarse del resto... Podríamos decir que es la “Bimota de los scooter”.
Accesorios
Además de la buena equipación que trae el Dragsater de serie, Italjet pone a disposición de sus clientes un completo catálogo de accesorios exclusivos de muchísima calidad y precios casi de superbike. Destacaría una bomba de freno radial Brembo para mejorar aun más la frenada (1090 €), escape Akrapovic de titanio y carbono homologado para la calle que ahorra 2 kg y gana 1 CV (1090 €), otro escape Akrapovic de titanio con colector solo para circuito que ahorra 3,4 kg y gana 3 CV (730 € la cola y 340 € el colector), kit de variador Malossi CVT y embrague centrifugo para la 125 que mejora las prestaciones (240 €), amortiguador Öhlins delantero (1.220 €), amortiguador Öhlins trasero (1340 €), funda para scooter personalizado (110 €), chaleco airbag MAB V3 y VZERO PLUS personalizados (619 € y 399 € respectivamente) y muchas piezas más en fibra de carbono y tornillería de aluminio. En fin, ¡un auténtico capricho!
La moto al detalle...

Aquí no hay horquilla sino el sistema I.S.S, un monobrazo que es un basculante anclado al chasis, y la rueda gira con una rótula y un tirante que lo manda desde el manillar.

Como se puede ver bajo el asiento hay un hueco pequeño, más bien "guantera". El Dragster no es un scooter práctico...

Además de la suspensión delantera, el chasis tubular semidesnudo pintado es lo más llamativo del Italjet Dragster.
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