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Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

Prueba - Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

Con una relación calidad-precio muy competitiva, la Royal Enfield Interceptor 650 es un torpedo a la línea de flotación de las marcas que quieran hacerse un hueco en varios segmentos del carnet A2: vintage, ciudadanas y cilindrada media.

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Pipe Hinojosa
Lluis Llurba
21/12/2020
Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2
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Lluis Llurba

21/12/2020


ASPECTOS POSITIVOS

Relación calidad-precio
Suavidad y facilidad de conducción
Estética

ASPECTOS NEGATIVOS

Aspecto de las piñas
Asiento estrecho para conductor
Estribos molestos en parado

Cilindrada

648cc

Motor

2 cil. EFI DOHC

Potencia

47 CV a 7.100 rpm

Peso

202kg

Carnet

A2

Precio

6.300 €

Desde que vi la Royal Enfield Interceptor en el EICMA 2018 tenía muchas ganas de subirme a ella. Bueno, en realidad ya me había subido a una en el la Fira de Milano. Royal Enfield había dispuesto un pequeño circuito entre dos pabellones con una recta de ida y unas eses de vuelta. Era una pista tan pequeña que no se podía pasar de segunda marcha, pero mi intención era percibir el tacto de la moto. La marca presumía de moto moderna, a pesar del porte clásico y de que es la primera moto de carretera pura tras el debut de la Himalayan, que es monocilíndrica.

Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

En su momento me sorprendió el tacto suave. Acostumbrado a lo que se ve (y se oye) de las preciosas Bullet, concebidas en la primera mitad del siglo XX, percibí la nueva Interceptor como extremadamente fácil, pero en condiciones muy limitadas.

Así pues, las expectativas eran elevadas. Aumentaron más cuando fui a recoger la Royal Enfield Interceptor a Heros 66, concesionario oficial de Royal Enfield en Madrid, una tienda de motos preciosa en la que, según entras, no encuentras apenas diferencias con las sastrerías más exclusivas de Saville Road.

Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

La moto me esperaba fuera, aparcada en batería, y con las obras que había en la acera no había lugar para quedarme mirando haciendo un análisis visual. Contacto, embrague, primera y fuera. No han transcurrido cien metros y estoy en la misma moto en la que me senté en Milán. Todo está a mano de una manera natural. No cambiaría ni un milímetro de la posición al manillar, parece hecho a medida. Lo mismo ocurre con los pies, hasta que llega el primer semáforo. Al apoyar las plantas en el suelo, siento la parte externa de los estribos en la parte interna de mis gemelos. Es el precio que hay que pagar para que la postura siga siendo perfecta en marcha. El mullido del asiento también es muy confortable, sobre todo en los trayectos urbanos, porque conforme avanza la semana, descubres que en tiradas largas tiendes a retrasar tu trasero en la moto. La razón es que el asiento es más estrecho a proa que a popa, y por ende, también más cómodo cuando llevas más de una hora encima. Por supuesto el asunto se puede solucionar en el amplio catálogo de accesorios disponible en la página web de Royal Enfield, en la que podrás configurar la moto por completo, incluidas 6 combinaciones cromáticas.

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El sonido a moto-moto es sugerente y el tacto delicioso, casi de mantequilla. Suave y amable son los primeros epítetos que me vienen automáticamente a la cabeza, y el siguiente podría ser japonesa, tal es su finura. El bicilíndrico en línea de 650 cc refrigerado por aire/aceite puede parecer clásico, pero es un motor recién desarrollado por Royal Enfield, con calado a 270º que proporciona un pulso parecido al de un bicilíndrico en V. El motor no vibra debido a su árbol contrarrotante paralelo al cigüeñal. Los cárteres redondeados le dan un look vintage, pero en su interior anida una caja de cambios de seis velocidades con embrague antirrebote, ambos de funcionamiento impecable. Siendo la arquitectura moderna, Royal enfield no se mete en más zarandajas electrónicas que encarecería el producto y que, con sus 47 CV a 7.100 rpm, no necesita. Siendo las prestaciones suficientes, no necesita control de tracción ni IMU, porque la moto pide una conducción tranquila. Con 52 Nm de par a 4.000 rpm, es en la zona baja y media del cuentavueltas donde la Royal Enfield Interceptor 650 se siente cómoda.

Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

Las suspensiones priman el confort por encima de otras consideraciones. La horquilla de 41 mm no es regulable en ningún modo, pero su tarado es adecuado para un uso ciudadano, no así para disputar frenadas, que sí te permitirá el disco delantero de 320 mm firmado por ByBre, la segunda marca de Brembo, con pinza flotante de dos pistones. Personalmente soy un firme defensor de las “segundas marcas” de las grandes firmas de componentes. Ayudan a contener los costes de fabricación con tecnología de primera calidad, a veces con peores acabados, pero de funcionamiento sobresaliente, como es el caso. La suspensión trasera consta de dos amortiguadores con depósito de gas separado, pero solo regulables en precarga. Su escaso recorrido  (88 mm) y firmeza son responsables de la escasa altura al suelo del asiento (804 mm) y de los movimientos ondulantes en curvas rápidas y juntas de dilatación. Nada preocupante, pero te recuerdan que el ámbito de esta moto no son las tandas de circuito.

A pesar de su aspecto “all iron”, el peso se queda en 202 kilos, una buena cifra para una moto de sus características. El chasis está firmado por Harris, afamado constructor británico que compitió en el mundial de motociclismo durante los últimos años de los extintos 500 cc como suministrador de chasis. Ahora Harris forma parte del grupo Royal Enfield y diseña los chasis de las motos indias desde sus cuarteles de Gran Bretaña.

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El consumo es difícil de evaluar debido a la poca confianza que infunde el medidor de combustible, punto flojo y a mejorar. El resto de la información se reduce a lo imprescindible, pero sí equipa dos relojes analógicos para velocímetro y cuentavueltas que encajan perfectamente en el manillar, que cuenta con una barra horizontal que recuerda a las antiguas motos de off road.

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Ambas llantas son de radios de 18 pulgadas, medida a la que rápidamente te acostumbras por su agilidad y aplomo en el entorno urbano. Una vez te bajas de la Interceptor y te subes de nuevo a una moto urbana moderna con llantas de 17, te preguntas si no es más lógico el tamaño clásico de 18. Clásicos son también los dos escapes paralelos, cromados en toda su extensión y cuyo sonido seduce igual que la vista. El conjunto rezuma clasicismo y sin embargo pronto te ves sorteando el tráfico con soltura, disfrutando de los cambios de marcha, sin apurarlas. El tacto del cambio invita a ello y te das cuenta de que independientemente de su aspecto, es una moto magnífica para el uso diario. El catálogo de accesorios permite el uso de alforjas, pero yo no metería los congelados de la compra en ellas, a tan poca distancia de los escapes.

Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2

A quién va dirigida esta moto

A lo largo de la prueba pudimos “disfrutar” de varios días de clima británico y comprobar las capacidades de la Interceptor en su salsa. Está claro que la moto está dirigida a los usuarios del carnet A2, pero un funcionamiento tan redondo despertará la duda de aquel poseedor del carnet A que busque una moto práctica y sencilla para el día a día en ciudad con un toque de estilo.

Existen motos modernas de media cilindrada que podrán competir en funcionalidad e incluso en precio con la Royal Enfield Interceptor 650. Percibirán la dentellada de la británica en sus listas de ventas. Pero los que tienen un serio problema son los fabricantes de motos vintage, porque a 6.300€, la Royal Enfield cuesta en torno a un 50% menos que la más económica de sus competidoras. Es mucho dinero y te aseguro que sus capacidades dinámicas están en algunos casos a la par sino por encima en algunos apartados. Los propios ingleses, cucos ellos, la han elegido por segundo año consecutivo como la mejor moto vintage del año. Pero esta vez no es producto de su fino sentido del humor, sino que presumen de torpedo. A la línea de flotación.

La moto al detalle...

Royal Enfield Interceptor 650: Torpedo A2
Motor

Sedoso como una alfombra mágica, el bicilíndrico de Royal Enfield es una delicia para usar en el día a día. Los cárteres son preciosos.

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Accesorios

La unidad probada contaba con varios accesorios, entre otros la pantalla ahumada, fuelles de la horquilla y embellecedores en los contrapesos del manillar.

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Tapón de combustible

De preciosa factura, cuenta con bisagra para ocultar la cerradura, pero no para hacerlo solidario al depósito. Tendrás que sujetarlo con la mano mientras repostas.

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Protectores

Unos sencillos protectores a la altura del cilindro impiden que te quemes las rodillas con los aletines de los cilindros.

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Relojes

Cuenta con dos preciosos relojes. El testigo de nivel de combustible no es fiable.

Galería de fotos

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Pipe Hinojosa
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Después de muchos años en el sector audiovisual y trabajando como freelance para distintas marcas y medios, ahora disfruto de mis dos pasiones, las motos y la comunicación, en Moto1pro, la primera web de motociclismo digital en español.

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