Prueba Yamaha R7 2022: una deportiva para todos
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
Aquella Yamaha R7 del siglo pasado (se presentó en 1999) era una deportiva en esencia. De hecho, su código interno era de moto de competición OW-02 y solo se fabricaron 500 unidades.
- Te puede interesar: 5 claves para entender (y querer) la nueva Yamaha R7.
- No te lo puedes perder: Yamaha R1, R7, R3 y R125 2022: colores racing del 60 aniversario.
Fue diseñada para ganar el Campeonato del Mundo de Superbikes, carreras del Mundial de Resistencia y las 8 Horas de Suzuka (una prueba de enorme interés y repercusión en Japón). Su motor era un 4 cilindros en línea con culata de 20 válvulas (5 por cilindro) que de serie rendía 106 CV, pero para competir se le instalaba un kit que le hacía ganar 30 CV o más. Era un auténtico avión, con válvulas y bielas de titanio, pistones forjados, suspensiones Öhlins… Y su precio estaba en consonancia con lo que ofrecía: era una moto muy cara. Un servidor tuvo la suerte de probar una con Kit de carreras en el circuito de Vallelunga, y me quedé impresionado.
Nuestra Yamaha R7 de hoy no tiene nada que ver con aquella. No diré que sea justo lo contrario, pero sí es otra cosa. La definiría como una “deportiva amigable” que en su versión limitada a 47 CV para el carné A2 puede ser una perfecta compañera para iniciarnos en los secretos de la conducción deportiva y una vez que hemos adquirido la experiencia suficiente, la podemos deslimitar a su potencia nominal de 73,4 CV y nos puede proporcionar momentos memorables.
Después de haber probado esta nueva R7 de una manera bastante intensa, por las carretas de la costa y del interior de la provincia de Almería, con pequeños puertos que suben y bajan plagados de curvas de todo tipo en una ruta de unos 200 km, terminamos la jornada con tres tandas de 30 minutos en el nuevo circuito de Almería buscando sus límites. Y he llegado a la conclusión de que esta R7 es el tipo de moto sport de media cilindrada que demanda el mercado ahora mismo.
Mimbres conocidos
El punto de partida de esta R7 es la MT 07, de la que toma el bastidor y motor con su actualización a Euro5, pero sus diseñadores han sabido mantener el aire de la familia R en su fisionomía. De esta forma le dan una vida más al afamado y pluriempleado motor CP2 bicilíndrico en línea dotado de tecnología “cross plane” con sus pistonadas decaladas 270º que tan buena fama se ha ganado con todo merecimiento, triunfando en cada segmento que este propulsor está presente, ya sea naked (MT 07), trail/aventurera (Téneré 700), turismo (Tracer 700), vintage (XSR 700) y ahora una deportiva (R7).
Esta optimización de recursos a nivel de empresa permite ajustar convenientemente los costes de desarrollo del producto, que repercuten positivamente en el precio final. Así esta R7 que estará disponible a un precio de 9.399 euros, 2.400 euros más que la MT 07 que toma como base y ahora te contaré en qué se ha empleado ese dinero.
Como te he dicho, el bastidor y motor son los mismos, pero se han optimizado en algunos puntos para sus nuevos requerimientos. Las entradas de las tomas de aire a la caja de admisión son nuevas, el diseño del escape y el silencioso, el radiador del agua para la refrigeración y se ha alargado un poquito el desarrollo final, ahora la corona trasera lleva un diente menos.
La electrónica también se ha optimizado reprogramando la centralita, aunque el acelerador sigue siendo de cable (no electrónico) pero se ha mejorado el sistema para accionar las mariposas de la inyección siendo ahora más suave y directo. Por su parte el embrague equipa un sistema anti-bloqueo para evitar rebotes de la rueda trasera en retenciones apuradas y la maneta requiere un 30 por ciento menos de esfuerzo, es más suave al presionarla. Como opción, que recomiendo sin reparos, hay un sistema de cambio semi-automático (quickshifter) que permite subir de marcha sin cortar gas ni tocar el embrague (cuesta unos 160 euros), pero al no equipar acelerador electrónico, para reducir de marcha hay que hacerlo de la forma tradicional (con embrague y dando un golpe de gas).
Las principales novedades técnicas las encontramos en sus componentes, destacando la suspensión delantera con su nueva horquilla invertida Kayaba, regulable en todos los parámetros y con un recorrido de 130 mm. El amortiguador trasero, de la misma marca, es regulable en la precarga del muelle e hidráulico en extensión, cuenta también con 130 mm de recorrido y va anclado con bieletas para proporcionar flexibilidad variable.
Otro punto a destacar son los frenos, con un doble disco delantero de 298 mm mordidos por pinzas monobloque de anclaje radial de 4 pistones opuestos y accionados por una bomba radial Brembo. En el eje trasero encontramos un disco de 245 mm. Las llantas son de aleación ligera de diez palos, de bonito diseño y poco peso, van calzadas de serie con unos excelentes neumáticos Bidgestone Battlax Hypersport S22 muy apropiados para este modelo.
Toda la iluminación es de LED, con el faro delantero escondido en la entrada del “airbox” y lleva dos líneas de luz diurna en los extremos del carenado que le dan un toque característico de la marca. La instrumentación es digital con una pantalla sobre fondo negro, que se lee bien pero algunos dígitos podrían ser un poco más grandes.
El vestido del carenado se inspira directamente en las máquinas de competición de la marca, estudiado en el túnel de viento mejora su penetración aerodinámica, logrando incrementar en un 8 por ciento la velocidad máxima con respecto a su hermana la MT 07 sin carenado.
Sensaciones
El asiento está a 835 mm del suelo, un poco más alto que en la MT 07. Han levantado un poco la parte de atrás de la moto para variar su geometría, reducir el ángulo de dirección y dotarla de un poco más de agilidad. La estrecha unión del depósito con el asiento me permite, con mi 1,70 m, llegar bien con los dos pies al suelo. También tengo entendido que el chasis lo han reforzado en algunos puntos estratégicos para mejorar su rigidez y que mide 5 mm menos de distancia entre ejes, siempre en busca de optimizar la manejabilidad.
Las tijas de la dirección son muy robustas y el manillar deportivo de dos piezas va anclado a las barras de la horquilla, por debajo de la tija superior. La postura es bastante deportiva, aunque en principio no me parece demasiado radical, pero después de casi 200 km por las tortuosas carreteras almerienses, si notaba las muñecas un tanto fatigadas. Desde luego, nada que ver con la comodidad de la MT 07 y mucho menos con la Tracer 700, pero también es evidente que esta R7 te proporciona sensaciones diferentes.
Este motor ya es un viejo conocido, pero he de reconocer que con las ligeras evoluciones aportadas en esta R7, parece que funciona todavía con más finura. Salimos de Mojácar en dirección sur, por la carretera de la costa, muy bonita bordeando el mar, pasamos Carboneras y giramos hacia el interior, en busca de pequeños puertos de montaña. No tardé nada en hacerme a la R7, es una moto sencilla, noble, sin ninguna manía, en la que todo sale fácil a la primera.
Me gustaron muchísimo el tacto de los frenos y las suspensiones. Cristóbal, componente del equipo técnico de Yamaha España y excelente mecánico, nos abría la ruta y también pude comprobar de cerca sus buenas dotes de conducción. Él había hecho el recorrido varias veces los días anteriores y nos conducía a buen ritmo, avisándonos de los posibles incidentes del camino.
La R7 es una moto noble, fácil de conducir, con un motor que sale bien desde abajo, tiene unos medios vigorosos y una estirada final que, en carretera, no desentona, pero no le gusta mucho que la pilotes cerca del sobre-régimen. Tampoco hace falta.
Rodamos por muchos tipos de carreteras, generales, comarcales, estrechas, reviradas… menos autopista y caminos tuvimos de todo y todo con buen asfalto. No me sorprendió la R7, se comportó como esperaba de una deportiva sencilla de 75 caballos: anda bien, frena bien, se sujeta bien, es precisa en sus trayectorias, aplomada en virajes largos y manejable en los cambios rápidos de dirección. En resumen, disfruté mucho de la ruta, nunca me puso en aprietos y me pareció una moto bien equilibrada.
Y llegamos al circuito, donde tomamos un ligero almuerzo antes de salir a rodar. Conozco bien el antiguo circuito de Almería, pero rodábamos en el nuevo y este nunca lo había pisado. Además, no había ningún plano disponible, algo que me gusta siempre ver.
Salgo a rodar y... estoy más perdido que un daltónico armando un cubo de rubik. Además es una pista que tiene múltiples posibilidades de trazado, incluso se puede unir con el circuito antiguo, con lo cual te encuentras con "variantes" por todos lados. Me costó casi una tanda memorizar por donde tenía que ir, hasta que le fui cogiendo el truco y a comprender cómo debía pilotar allí la R7.
La tercera tanda fue en la que mejor me lo pasé: el trazado es complicado, pero cuando lo empiezas a conocer es muy bonito y tienes que rodar fino por la trazada, pues hay varios virajes en rasantes ciegos que has de entrar con fe, coger tus referencias y estar seguro por dónde debes ir si no quieres terminar en el patatal.
Indudablemente la R7 no es una moto de carreras: en pista no brilla a la altura que lo podría hacer una R6... Pero no pretende hacerlo. Para que te hagas una idea, todo el circuito se hacía en 3ª, 4ª y 5ª, el truco consiste en mantener una buena velocidad de paso por curva, medir bien las frenadas y entrar en los virajes con gas en la marcha adecuada pilotando fino, cosa que gracias a las buenas cualidades de su parte ciclo, chasis, suspensiones y neumáticos, se puede lograr.
Conclusión
Como he comentado al principio, esta nueva R7 es un tipo de moto que demanda el mercado, una deportiva de media cilindrada, asequible y apta para un gran número de usuarios, tanto expertos como noveles y de cualquier edad, aunque entiendo que predominarán los "jóvenes", ya sea por edad suya o de su carnet. El tiempo de las motos de carreras de media cilindrada para ir por la calle ha pasado ya, y ahora les toca el turno a motos sport más lógicas, más utilizables, con un mantenimiento mucho más barato y sencillo, pero que también aporten sus dosis de emoción al pilotar.
Yamaha R7 GYTR
GYTR es el departamento de desarrollo de Yamaha de piezas especiales enfocadas a la competición, de sus modelos (Genuine Yamaha Technology Racing) y han preparado una serie de piezas especiales para hacer la R7 más competitiva y más práctica en su utilización en circuito. Destacar un escape completo en titanio de Akrapovic, amortiguador trasero Öhlins, cartuchos interiores de la horquilla delantera también Öhlins, todo tipo de tapas, protectores, manetas, estriberas, palancas… hasta un sistema electrónico que anula la llave de contacto (lo conecta y desconecta pulsando un botón) y otro para regular y limitar la velocidad cuando se circula por el pit lane.
Había una unidad en el Circuito de Almería con todos los accesorios montados, que desafortunadamente no pudimos probar. Yamaha tiene intención de preparar una Copa R 7 en distintos países europeos (España está en la lista) con una final internacional en la que participarán los primeros clasificados en los distintos campeonatos nacionales.
La moto al detalle...
Firmados por Brembo, esta R7 monta un doble disco delantero de 298 mm y un disco trasero de 245 mm.
El manillar deportivo de dos piezas va anclado a las barras de la horquilla, por debajo de la tija superior.
El motor CP2 bicilíndrico en línea dotado de tecnología “cross plane” está triunfando en cada segmento que está presente.
Toda la iluminación es de LED, con el faro delantero escondido en la entrada del “airbox” y lleva dos líneas de luz diurna en los extremos del carenado.
Firmadas por Kayaba, en el tren delantero monta una horquilla invertida regulable en todos los parámetros y con un recorrido de 130 mm frente al amortiguador trasero, de la misma marca, regulable en precarga.
Relacionados