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Ya han pasado más de tres años desde que tuve que escuchar la temida frase, cuando tu hijo te dice muy en serio ¡quiero una moto! Si eres un padre o madre motera, sabes que tarde o temprano tendrás que superar este trago. Y tienes que tener la respuesta bien preparada, porque si es lo que marca la lógica sabrás que te quedan bastantes noches sin dormir, e infinidad de días en los que dudarás si tomaste la decisión correcta. Comprar su primera moto a tu hijo no es algo que de deba tomar a la ligera. Por tu cabeza pasarán todos los buenos momentos que has pasado encima de una moto, todas las vivencias, las sensaciones, los viajes, los amigos, la adrenalina y, por encima de todo, tu primera sensación... La primera vez que cogiste una moto y el sentimiento de libertad, ¡y de rebeldía! que invadió todo tu cuerpo.
No serás el primer, ni el último padre, que tendrá que dejar que tu hijo vaya en moto. También le sucedió a los tuyos, a los nuestros, pero pienso que hace unos años se era menos consciente de los riesgos que tomamos cuando vamos en un vehículo de dos ruedas, bueno de dos y de cuatro ruedas, ¿no?
Hay padres muy preocupados, pero nos ha gustado especialmente la iniciativa de este padre (aún prematuro) que se llama Ekhi Zurutuza y que ha escrito un magnífico libro que se titula "Cómprame una Moto". No sólo se lo ha escrito y editado él mismo, sino que tambíen lo ofrece de forma gratuita en formato licencia Creative Commons a través de su página web Cómprame una Moto.
El libro Cómprame una Moto está contado de un padre motero a otros padres moteros, en la primera parte. Y en la segunda, de un padre motero a un futuro hijo que casi seguro caiga en la locura que nos ha hechizado a unos cuantos, como tú y yo. Zurutuza esboza el principio del contrato que todo padre debe suscribir con su hijo para que se le permita tener y disfrutar de una moto, unas reglas muy claras que si se rompen sólo pueden tener una consecuencia, que se pierda el privilegio de tener moto. Así de claro.
Además el libro Cómprame una Moto habla de los conceptos básicos para circular en moto, lo que nos mantiene en equilibrio, el equipamiento, la seguridad, la conveniencia de hacer un curso de perfeccionamiento y del desembolso económico que supondrá para la familia y para el motorista neófito.
La lectura es recomendable, sobre todo porque en todo el libro se afronta directamente los conceptos de responsabilidad y de educación.
Del ciclomotor al A1, la conveniencia de pasar directamente al A1 con una moto más potente y más segura... La necesidad del mantenimiento, de aprender los principios básicos de la mecánica que todos los motoristas de una u otra forma deberíamos tener... Sin duda el libro Cómprame una Moto es una lectura obligatoria para los futuros padres de motorista.
Nos gusta mucho más el plateamiento de este libro que habla directaemente de los peligros, pero también de las ventajas, que el de este artículo de la revista de la Dirección General de Tráfico, que casi plantea la situación en la que un hjio pide una moto como una catástrofe. Siendo la DGT nos gustaría haber encontrado algún argumento tipo "la progresividad del acceso a los vehículos" y que cuanto antes se empiece, mejor.
La compra de una moto para uno de nuetros hijos es, sin duda, un importante desembolso económico. Al precio de la moto, bien la compremos de primera o de segunda mano, debemos sumar el importe del carnet de conducir A1. Por muy bien que se le den las cosas, las clases prácticas no son baratas y son imprescindibles porque es la única forma de que el chaval o la chavala ruede en las situaciones reales, en tráfico real, que tendrá que superar durante el exámen de conducción en tráfico abierto.
Algunos padres compran la moto antes de la obtención del carnet de concudir e intentan, en áreas donde no hay tráfico, que al menos pueda practicar los ejercicios básicos del uso del embrague, conos, giros, frenadas y aceleraciones... Pero poco más.
Una buena autoescuela será la que le enseñe, de verdad, al chaval a ir en moto en las complicadas rotondas, incorporaciones, salidas de carretra o calles llenas de coches, de peatones y de situaciones imprevistas. Desde el coche el profesor irá dirigiendo las maniobras del novato en moto a través de unos intercomunicadores. Si puedes, y el profesor te deja, asiste desde el puesto del pasajero del coche de autoescuela a una de estas clases y verás claramente su importancia.
Al final te aseguro que la inversión económica que hiciste en el primer carnet de moto de tu hijo se te olvidará y, si lo has hecho bien y has transmitido correctametente el mensaje de responsabilidad que supone llevar una moto, verás que ha merecido la pena. El acceso al carnet de coche B será mucho más sencillo y verás, sobre todo, que la responsabilidad de la moto también la aplica al coche porque tiene muy, pero que muy claro, a los peligros que nos exponemos todos, coches y motos, en las carreteras.
La elección de la moto para nuestro hijo será otra de las pruebas que tendrás que superar. Ponte en la situación, cuando tenías 16 años y lo que más te gustaban eran las motos "molonas" y deportivas. Pero está claro que para aprender no son las ideales, mejor una moto más sosa, progresiva, con una posición de conducción natural y que te vaya metiendo poco a poco en el mundo de la conducción segura en moto. Es verdad que con cualquier 125 vas bastante vendido, pero hay opciones como que el primer año no pueda circular por autopistas o vías rápidas y que se tenga que desfogar por las "menos peligrosas" calles de una ciudad o, mejor, por las carreteras y viales de urbanizaciones y areas de poca densidad de tráfico.
La moto de campo, para iniciarte, también es una opción perfecta para aprende a tope por caminos.
El seguro es otro cantar y verás que las compañias se protegen de lo lindo el riesgo que supuestamente asumen al contratar una póliza para un menor. Ni se te ocurra pensar en contratar el seguro a tu nombre contigo como conductor habitual, porque el menor tiene que figurar como conductor de vehículo para que quede cubierto frente a cualquier incidente.
Desde que, a los 11 años apareció una Puch Minicross en mi casa, estoy vinculado al mundo de la moto. En 1988 comencé a colaborar en una revista nacional, aunando el periodismo y las motos. En 2000 comencé en el incipiente área digital de un medio especializado nacional, y auné, periodismo, las motos e Internet. En 2016 fiché por Moto1Pro y auné periodismo, las motos, Internet y un grupo de locos por las motos que son con los que comparto estas líneas. No se puede pedir más.
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