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Valentino Rossi

El año del #SepangClash: casi toda mi verdad (IV)

En el año 2015 MotoGP cambió, para siempre, en una semana; y entre dos continentes: Oceanía y Asia. Cambió para siempre, insisto. Y cambió para mal.

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Redaccion Moto1pro
Diego Lacave
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MotoGP
Fecha20/12/2021

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fecha20/12/2021


Tras la victoria de Dani Pedrosa en Japón, MotoGP llegó a Phillip Island y Rossi se encontró con seis pilotos saliendo delante de él en la parrilla de salida del domingo. Marc había hecho la pole; pero un nuevo invitado asomaba la cabeza apenas a tres décimas: Andrea Iannone.

La épica de la carrera de Australia tuvo hasta un gaviotazo del de Ducati en los primeros compases. Pero su emoción contrasta con lo que los tiempos del fin de semana indicaban: una victoria clara de Marc sin lucha alguna. Sin embargo, hasta la última vuelta, pasando a Lorenzo al límite, no se decidió aquel Gran Premio.

La lucha fue intensa y, en los compases finales de la bandera de cuadros, Andrea Iannone se convirtió en protagonista, a su pesar: especialmente en Italia. Le había ganado a pulso el podio a Valentino, que acabó cuarto y pidiendo disculpas a Marc en la vuelta de honor por los toques en pista.

Pero la señal internacional de TV nos mostró una imagen que pasó entonces, desapercibida: Valentino Rossi llegando a su box y Uccio señalando la pantalla de tiempos como queriendo mostrarle algo, mientras el de Tavullia se encogía de hombros. Al rato entendió la jugada.

Tras el Gran Premio de Australia, Honda celebraba su tradicional fiesta en Phillip Island y Rossi no sólo acudió, sino que pidió explicaciones a Márquez por su pilotaje y, además, le preguntó que por qué quería que ganara el Jorge Lorenzo el título. Marc le recordó quién había ganado la carrera.

Por otra parte el viaje a Sepang (se corría la semana siguiente) fue un infierno en las redes sociales; ya desde el mismo lunes: insultos y hasta amenazas de muerte al pobre Andrea, que había tenido la osadía de plantar batalla a Valentino Rossi en su agónica lucha por el título.

Y aquí llegamos a uno de esos detalles que no se conocen de aquel año: la comunidad italiana de MotoGP estaba realmente preocupada por el piloto de Ducati. Rossi compró definitivamente el argumento conspirativo de Uccio sobre Phillip Island y tomó las riendas de la operación “salvar al soldado Iannone”.

Con esos mimbres llegamos a la famosa rueda de prensa de los jueves, esta vez del Gran Premio de Malasia de 2015. Otra clave olvidada es el alegato de comienzo que hizo Rossi, llamando estúpidos y declarando fans non gratos a quienes habían acosado a Andrea en internet.

Fue un discurso maravilloso, demoledor sobre la dictadura de las redes sociales, en el que Valentino Rossi se erigió como un líder de opinión digno de los nuevos tiempos: un influencer, o sea. Pero inmediatamente después (y sobre todo: sin que le preguntaran por ello) cometió el error más grave de toda su carrera deportiva.

La acusación (por todos conocida) vertida sobre Marc Márquez estaba relacionada con lo que Uccio le había contado, nada más llegar al box de Phillip Island: los tiempos de carrera del de Honda no eran lógicos. Conclusión: Marc se había dedicado a jugar en la pista.

Otra clave que nadie cuenta: era verdad. Márquez había utilizado una táctica muy conocida que consiste en no escaparte y propiciar que detrás “haya lío” y con ese lío quién sabe, tal vez alguna caída. Valentino Rossi no sólo estaba subiendo al podio casi cada carrera: es que no había hecho ningún cero.

Es decir, Uccio tenía razón. Pero en “mi verdad” del #SepangClash siempre tendré presente que Valentino tenía varios motivos para no agarrarse a este argumento. Uno muy claro era no despertar aún más a la bestia que era Marc y que en Australia, a fin de cuentas, había acabado ganando la carrera y restando puntos a Jorge.

El otro, para mí definitivo, es  preservar la grandeza del icono que representa ser Valentino Rossi. Y no mostrar jamás el más vil de los recursos que un deportista de élite puede mostrar en público: el victimismo. De Maradona había transmutado en Mourihno, cuando acusaba a los árbitros de perjudicar al Real Madrid frente al Barcelona.

Valentino fue aún más lejos en el corrillo de periodistas posterior a la rueda de prensa. Se burló de la presunta idolatría que Marc le profesaba desde niño. Llegó a enseñar los tiempos de la carrera de Australia y enseñó, también, su punto débil: estaba realmente desesperado.

El viernes empezaron a hablar las motos en pista; y el sábado quedó configurada una parrilla de salida donde en primera línea Rossi salía tercero tras las dos Honda; pero delante de Jorge. Dani Pedrosa se llevó la pole, aunque estaba muy claro el ritmazo que tenía Marc Márquez; que terminó de presentar sus credenciales a la victoria en el Warm Up de la mañana del domingo.

Y se apagó el semáforo en Sepang. En los primeros compases Marc cometió un error no forzado que le llevó a perder las posiciones justas para emparejarse con Valentino, que había salido mal y estaba más atrás. Y en ese momento comenzaron las vueltas en las que Márquez le quiso enseñar a Rossi cómo era eso de jugar en la pista.

Y Marc jugó con Vale, como un gato juega con un ratón herido, a lo largo de cuatro vueltas que dejaron a la afición sin habla, a Rossi sin juicio y a Dirección de Carrera con un marrón de tomo y lomo.

Esas vueltas inefables de Marc Márquez, con cortes de gas deliberados tras cada adelantamiento a Valentino Rossi, con unos cambios de dirección que eran un homenaje al trance de Termas, se vivieron con intensidad en las televisiones. Palabrotas en la italiana, incluidas.

En ese año en España teníamos el privilegio de ver MotoGP en Movistar en directo; y unas horas después en diferido en Tele5. En la de pago Ernest Riveras estaba acompañado por Álex Crivillé y Alberto Puig, mientras que en abierto Nico Abad contaba con Ángel Nieto y Dennis Noyes en cabina.

Ernest Riveras reaccionó a las maniobras de Marc diciendo que el de Cervera le estaba recordando lo de Termas a Rossi; a lo que Crivi y Puig le saltaron a la yugular negando la evidencia inmediatamente.

Nico Abad hace poco en su Tiwtch contaba cómo horas después, en el aeropuerto de Sepang, todo piloto con el que hablaba le decía que estaban sorprendidos por lo mucho que había tardado, Valentino Rossi, en reaccionar contra las maniobras de Marc Márquez.

Y por fin, en la curva 14 del imponente circuito malasio se perpetró el ya eterno #SepangClash que titula esta serie, que llegará a su fin el próximo domingo con la resaca de los banquetes navideños. Y como cada uno tiene su verdad muy clara (la mía es que jamás existió patada como tal) vamos a centrarnos en los detalles que, como siempre, han quedado en el olvido. Antonio Maeso lo contó de cine aquí.

Y esos detalles y todo lo que pasó a lo largo de quince días de infarto y despachos, hasta la traca final de Valencia con más de cien mil personas en Cheste y siete millones en la tele, lo dejaremos para el epílogo de esta serie, el próximo domingo. Feliz Navidad.

Te puede interesar: El Año del #SepangClash 1ª Parte, 2ª Parte, 3ª Parte.