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La Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés) es el organismo de las Naciones Unidas especializado en la prevención, promoción e intervención en el ámbito mundial de la salud. Acaba de publicar la segunda edición de un informe titulado: “HELMETS – A road safety manual for decision-makers and practitioners” (CASCOS – Manual de seguridad vial para responsables políticos y profesionales).
El informe advierte que cada año 1,3 millones de personas mueren en accidentes de circulación y muchas más sufren heridas, algunas de por vida. La mayoría de los percances se producen en los países con menos recursos económicos. Las previsiones apuntan a que estos números tan negativos van a seguir aumentando a medida que crezca el parque móvil en los países en vías de desarrollo.
En 2016, el 28% de todas las muertes en carretera de las que tiene constancia la Organización Mundial de la Salud, se debían a accidentes de motos, triciclos, ciclomotores o bicicletas eléctricas. A pesar de ello, en muchos países en vías de desarrollo apenas se utiliza el casco.
En los accidentes de motos, la principal causa de muerte son las lesiones cerebrales. Un casco de calidad reduce seis veces la posibilidad de muerte y en un 74% la posibilidad de sufrir daños en el cerebro. En los países en vías de desarrollo hay poca disponibilidad de cascos de calidad, a lo que hay que añadir unos precios inasumibles para la mayoría de la población. No solo basta con tener un buen casco, ¡sino que hay que atarse la cincha! Otro problema en esos países es la desprotección casi total de los niños que viajan como pasajeros. En un alto porcentaje de estos lugares el calor y la falta de información tampoco ayuda a que la población utilice la equipación adecuada a la hora de desplazarse en moto.
El informe hace hincapié en que, para salvar decenas de miles de vidas, es primordial que en los países más pobres se puedan adquirir cascos de calidad a precios asequibles para la ciudadanía. Además, debe haber cascos específicos para niños (eficaces y económicos). Otro detalle significativo es la necesidad de desarrollar cascos adaptados a los climas tropicales, donde hay abundantes lluvias y hace mucho calor. En especial para la región del sudeste asiático donde viven cientos de millones de personas.
Es importante que el uso del casco sea obligatorio pero de poco servirá la ley si no se aplica su cumplimiento. En varios países en vías de desarrollo hay “motos-taxi” que también plantean una problemática específica, tanto para el “taxista” como para el pasajero. En Bangladesh el número de motos se ha cuadruplicado en menos de una década. Esta explosión de unidades ha hecho que los accidentes hayan aumentado de forma considerable. En otros países ha ocurrido un fenómeno similar.
Si quieres leer el informe de la Organización Mundial de la Salud titulado “HELMETS – A road safety manual for decision-makers and practitioners” pincha aquí.
Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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