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Ver y ser vistos es prioridad en la seguridad del motorista. MAPFRE Cuidamos tuMOTO te explica cómo adaptar la conducción en la noche cuando se duplica el riesgo de sufrir un siniestro.
Está claro, la menor visibilidad al conducir de noche dificulta la conducción. En las horas nocturnas se ve menos y peor y los peligros visibles se tardan más tiempo en percibir. La noche exige un estado de concentración mucho mayor que cuando se conduce de día y esto conlleva un mayor desgaste mental y físico que termina por aumentar la fatiga y reducir las habilidades del motorista. Y esto le sucede al resto de conductores con los que compartes calle o carretera.
En los cursos de conducción de MAPFRE Cuidamos tuMOTO, los Socios reconocen que los desplazamientos nocturnos cansan más que los diurnos y que de noche se sienten más inseguros. Además, en el servicio de motoConsultorio del Club, el 14 % de las consultas recibidas son acerca de la visibilidad en moto por la noche y sobre la legalidad de las pantallas ahumadas. Por eso, si tu próximo trayecto o viaje va a ser de noche, MAPFRE Cuidamos tuMOTO te da unos consejos para tu seguridad:
Ver y hacerse ver es fundamental para cualquier motorista. En este sentido y especialmente si vas a conducir por la noche, las luces de nuestra moto son el primer punto que cuidar. Debemos asegurarnos de que todas funcionan, desde el faro principal, a la luz de matrícula, pasando por los intermitentes o el freno: todas suman para ver y ser vistos. Utiliza la luz del freno para marcar tu posición si ves que alguien se aproxima peligrosamente hacia ti.
Asegúrate también que el faro principal tiene un correcto reglaje de altura, que proyecte un haz largo tanto en modo cruce como en modo carretera, sin deslumbrar al tráfico contrario. Las luces complementarias, y las de curva y las direccionales que pueden montar algunas motos modernas, son una excelente inversión si vas a viajar mucho por la noche.
Para ser visto en la oscuridad, la equipación del motorista también puede iluminar su presencia y advertir a los otros conductores de su cercanía. Utiliza prendas claras con puntos reflectantes, también en guantes y botas. O si tu mono o cazadora son negros, ponte por encima un chaleco reflectante. El casco, mejor que sea de colores flúor o claros. Y evita los ángulos ciegos de los coches, más ciegos si cabe en la noche. MAPFRE Cuidamos tuMOTO te muestra en este vídeo cómo hacerte ver de noche en moto con el equipamiento adecuado.
Todas las ventajas de las pantallas ahumadas de casco para conducir de día y especialmente bajo el sol desaparecen en cuanto cae la noche, hasta tal punto, que están prohibidas en “horarios nocturnos” y por tanto puedes ser denunciado por las autoridades competentes de tráfico. En la oscuridad, utiliza una pantalla transparente. Si vas a realizar largos viajes y simultanear horas de luz con horas de noche, recuerda llevar los dos tipos de pantalla o solo la transparente. Y por supuesto, mantenla limpia y sin arañazos. Los rasguños, con la luz de los otros vehículos, distorsionan y penalizan todavía más tu visión. Existen cascos que llevan la pantalla solar escamoteable, poniéndose y quitándose con un sencillo mecanismo que permite utilizarlo mientras conducimos.
Practica una conducción acorde a las condiciones de baja visibilidad de la noche. Lo primero, reduce la velocidad. Cualquier peligro que aparezca lo hará “más despacio” y tendrás más tiempo para reaccionar. Aun así, aumenta también la distancia de seguridad con los vehículos que te preceden… y los que te siguen. Los tiempos de reacción son más lentos porque ves más tarde y la distancia de frenada se alarga o un cambio de carril se retrasa. Y finalmente, aumenta la frecuencia de paradas en los largos viajes nocturnos o, directamente, para. El cansancio y la somnolencia son dos grandes peligros de la noche.
Las infraestructuras están diseñadas también para ayudar en la conducción nocturna y en muchas ocasiones puedes guiarte por el reflejo reflectante de las líneas de las carreteras, de las señales verticales y de las balizas para mantenerte en el carril o anticiparnos a una curva. En todo caso, si combinamos frío con nocturnidad, evita pisar las marcas viales del asfalto y las pinturas reflectantes de las líneas, pues un alto índice de humedad puede hacerlas resbaladizas. Utiliza también la luz roja trasera de los vehículos que te preceden para adivinar los cambios de dirección de la carretera.
Por último, extrema tu sentido de la vista… y de la intuición. En zonas rurales o de montaña, la fauna salvaje es un peligro más de la conducción nocturna. Sospecha de pequeños puntos de luz que repentinamente se iluminan, que podrían ser los ojos de animales que brillan con la luz de tu moto. Y de los brillos del asfalto, fruto, en muchos casos, de restos de aceite, charcos de agua o incluso placas de hielo en invierno.
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