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Sí, la moto es una máquina de seducción: ese es, para mí, su mayor rasgo distintivo… un rasgo que, por nada del mundo, debemos perder.
Soy de los que dicen que está bien mirar al mundo de las 4 ruedas, para aprender de sus aciertos y errores. Hagámoslo. Recientemente me preguntaban en una entrevista como querría yo que fuese el coche del futuro: otros entrevistados decían que sostenible, autónomo, conectado, más seguro… y todo eso es verdad.
Pero la pregunta no era como “creía” sino como “querría” que fuese el coche del futuro. Y respondí que “atractivo y seductor”. Porque los coches de hoy, la mayoría enormes SUV con mecánicas híbridas o eléctricas, están todos cortados por el mismo patrón. Las marcas presumen de la cantidad de pantallas que llevan, de su tamaño y del “infoentretenimiento”, ese invento del demonio que creo que va en contra de la seguridad de todos. Los coches de ahora no seducen… las motos sí.
¡Seduzcamos! Creo que el futuro de la moto pasa porque siga siendo una “máquina de seducción”. Por supuesto sin renunciar a la sostenibilidad, a las nuevas tecnologías, a la conectividad y a los sistemas de seguridad… ¡nos merecemos todo eso! Pero que no sea a cambio de que todas las motos acaben siendo iguales.
A muchos os parecerá que estamos lejos de ese problema. Y quizás sea cierto. Seguimos lejos, pero estamos más cerca. Te invito a que mires a las motos eléctricas urbanas: ¿qué “morbo” tienen? Te invito a que mires a algunas motos “chinas”, que sí, que los chinos están haciendo motos muy buenas pero, ¿qué aportan en diseño o “seducción”? O no seducen o si lo hacen es porque imitan a otras marcas… Sí, hay “chinas buenas”, que no dejan de ser excepciones que confirman la regla.
Por eso tengo una enorme simpatía por las marcas que siguen ofreciendo motos muy atractivas y por eso, como europeo, me alegro de que precisamente las marcas europeas, en mi opinión, lideren esta ”batalla” por la seducción de las motos.
En mi opinión, nos va el futuro en ello. Porque los coches son necesarios, como dice un buen amigo, un “electrodoméstico” más, pero la moto, en muchos casos, es prescindible. Y muchos tienen moto o tienen una moto en vez de otra, porque un determinado modelo les ha “seducido”. Y que siga así…
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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