Probamos la Suzuki GSX 8TT: Retro Spirit para todos
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS

Cilindrada

Motor

Potencia

Peso

Carnet

Precio
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Como reza el título de esta prueba, Suzuki la define como “Retro Spirit, Next Generation Performance” (Espíritu retro, rendimiento de nueva generación) y sí, la verdad es que lo tiene, pero en mi humilde opinión, deberían haber trabajado un poco más la parte trasera de esta moto, que utiliza prácticamente el mismo conjunto de la naked S (GSX-8S) de la que toma su base mecánica al completo. Yo habría diseñado un bonito asiento corrido, más grande y cómodo para el pasajer@, con su correspondiente colín, que también puede hacer la función de práctica guantera ¡como en las motos de antes! para guardar un chubasquero, el candado, la documentación… Pero veamos cómo es y cómo va esta Suzuki GSX-8 “TT”.

Suzuki GSX-8TT: concepto
Respecto de la ya bien conocida naked GSX-8S esta GSX-8TT surge como una versión con otro carácter, añade un pequeño carenado en el faro delantero (cowl) tipo setentero, otro depósito de gasolina y otra posición a sus mandos, más erguido y relajado. El apellido “TT” quiere resaltar su matiz “Timeless” o de estética de carreras del pasado, Suzuki ha querido crear una moto que te haga sonreír al verla con su aire clásico y elegante, pero que mantenga su eficacia cuando quieras exprimirla. Una estética vintage, sin renunciar a una tecnología fiable y de última generación.
Su diseño, dejando el asunto del colín aparte, es un guiño nostálgico, con su faro redondo tipo mono-round con base plana que recuerda claramente a los clásicos, aunque es LED y con una tira horizontal también de LED. El pequeño carenado le otorga un innegable sabor “café racer” y en la parte de abajo de la moto, encontramos un spoiler inferior que igualmente acentúa su estampa deportiva.

El depósito es nuevo y de 16,5 litros para permitir una buena autonomía sin romper la línea clásica. Se moldea de forma elegante y se combina con las placas laterales del radiador con lujosos acabados en negro, cepillado. Otro detalle retro que me ha gustado son sus espejos en los extremos del manillar, tipo bar-end mirrors que dicen los ingleses, que además de su sello clásico, me ha gustado la excelente visión que proporcionan de todo lo que ocurre a mis espaldas. Otros detalles a destacar son las costuras exclusivas del asiento y en la parte final del escape hay un vistoso protector de acero inoxidable cepillado que hace de escudo térmico. En cuanto a colores hay dos combinaciones, la Glass Sparkle Black y Pearl Matte Shadow Green, con gráficos clásicos “8TT” en relieve 3D y apliques en dorado / bronce / rojo dependiendo del esquema.
Hablemos de su técnica: motor
El corazón es el motor bicilíndrico en paralelo DOHC de 776 cc que también utilizan ya los modelos GSX-8S, GSX-8 R y la V-Strom 800. El calado del cigüeñal es a 270°, proporciona una patada más “torqueada”, un carácter más parecido al de un V-twin. La potencia declarada es de 82 CV a 8.500 rpm, y su par máximo de 78 Nm a 6.800 rpm. Tiene doble árbol de levas, 4 válvulas por cilindro, inyección electrónica, refrigeración líquida, etc. Además, incorpora el sistema Suzuki Cross Balancer, con un eje de equilibrado especial doble que reduce vibraciones de forma muy eficiente y ayuda a que el motor sea suave y progresivo en toda su curva de potencia.

La caja de cambios es de seis relaciones e incorpora quickshifter bidireccional para subir y bajar marchas de forma muy rápida, sin tocar el embrague que por su parte incorpora un sistema antirrebote para prevenir bloqueos de la rueda trasera en reducciones fuertes. También incluye el sistema de arranque en cuesta para evitar caladas al desembragar desde parado.
Parte ciclo
Aquí no hay nada nuevo, utilizan el mismo bastidor de doble viga de acero de la gama GSX-8 y basculante de aluminio. La geometría está pensada para ofrecer buena estabilidad en línea recta y suficiente agilidad para mover la moto con rapidez en los cambios de dirección. En el tren delantero encontramos una horquilla invertida KYB USD con recorrido de 130 mm y detrás un mono-amortiguador con bieletas KYB, con ajuste de precarga de muelle. Los frenos no son “vintage”, monta doble disco delantero de 310 mm con pinzas radiales Nissin, un disco trasero de 240 mm con pinza simple y el sistema ABS está presente como parte de las ayudas modernas.

Las llantas son de aleación ligera con neumáticos radiales 120/70 y 180/55 delante y detrás respectivamente. En cuanto a peso, la GSX-8TT se sitúa cerca de los 219 kg con los 16,5 litros de gasolina en su depósito y la altura del asiento ronda los 810 mm, lo cual no es bajísima pero está dentro de lo razonable para una moto de carácter intermedio.
Electrónica y equipamiento
Aunque el diseño apunta al pasado, la electrónica es del siglo XXI, el cuadro de instrumentos lo compone una pantalla TFT a color de 5 pulgadas, con conmutación automática entre modo día/noche y ajuste de brillo. En esa pantalla vemos el cuentavueltas, velocidad, modo seleccionado, control de tracción, marcha engranada, etc. Las ayudas al pilotaje incluyen, tres modos de conducción (que ajustan la respuesta del motor y la intervención de la electrónica), control de tracción (TC) con varias etapas y el testigo del cambio rápido (quickshifter), ABS Easy-start y Low rpm assist (el asistente de arrancadas), puerto USB tipo C para carga rápida de dispositivos e Iluminación full LED + DRL (luz de conducción diurna).
¿Cómo va la GSX 8 TT y a quién se la recomiendo?
Bien, ahora viene lo más divertido, una vez probada con un recorrido exhaustivo por mis carreteras favoritas, ¿a quién le podría recomendar esta “clásica” y para qué utilización? Creo que mi respuesta te va a sorprender, pues se la recomendaría a todo motorista que le gusten las motos, que la utilice para todo, que le guste pasear y le guste pilotar. En pocas palabras, el comportamiento de esta clásica-moderna me ha convencido mucho.

Además, quiero resaltar que posee una marcada personalidad, cuando paseas por la ciudad, la gente la mira, es una moto que llama la atención, indudablemente por su atractivo guiño vintage. Su imagen recuerda a las motos de hace 50 años, pero no lo es, porque a su vez, es una moto completa y polivalente. Es cómoda para el día a día, segura, fiable, con unas dimensiones que se adaptan bien a la ciudad, su postura cómoda y natural hace que la puedas manejar bien entre los coches y para pilotarla no necesitas ser un experto.
Dejamos los edificios atrás y salimos por la autovía. A velocidades legales no hay problema, pero no estaría mal que la cúpula hubiera sido un poquito más grande, esta le queda genial, pero una talla más, en viajes medios o largos y sobre todo si nos sorprende alguna inclemencia meteorológica, nos protegería mucho mejor. En cuanto a su aplomo, me pareció que pisa con seguridad, yo vivo en El Escorial y subiendo por la carretera de la Coruña a la altura de Torrelodones, veo que se acerca por el retrovisor y me adelanta a buena marcha muy sobrado una Kawasaki 1000 SX. Entonces pensé “creo que este es un buen momento para ver qué tal va si le aprieto un poco más”.

El conductor de la Kawa me vio y seguramente pensó lo mismo y acelero un poco más. Entonces llegamos a una secuencia en bajada y luego en subida de virajes de autopista izquierda-derecha que me encantan desde hace años, los utilizaba en mis tiempos de joven probador de deportivas para comprobar el aplomo de las motos de la época. Son los virajes de Parquelagos y los negocie a su rebufo totalmente aplanado sobre el depósito. Cuando salimos del segundo viraje hay una recta y el tío se echa a la derecha para ver donde me ha dejado y estaba a su lado. Me deja pasar para mirar mi moto, mueve la cabeza de arriba abajo y me sube el pulgar de su mano izquierda, a lo que, lógicamente, le devolví el saludo...
Pero donde realmente me lo pasé muy bien, fue por mis carreteras comarcales favoritas, con puertos de montaña, tramos virados, asfaltos algunas veces algo rotos… Me gusta conducir disfrutando, pero siempre intento ir relajado, a veces con distintos ritmos, pero siempre manteniendo una conducción lo más fluida posible, sin sobresaltos ni brusquedades. El secreto, además de conocer la carretera, es anticiparse en cada maniobra, mirar lejos sin olvidar que la moto la diriges a donde miras. Hay que evitar las aceleraciones a fondo y las frenadas al límite: eso es mejor dejarlo para los circuitos...

Y es que esta moto se adapta perfectamente a todos los escenarios que te encuentras en una carretera abierta, personalmente la postura me va de maravilla, me permite pasear disfrutando del paisaje, pero en un tramo bonito de curvas también puedo disfrutar de una conducción más deportiva. Se aguanta bien, frena muy bien, las suspensiones trabajan de maravilla y el motor no es el más potente de su categoría, pero tiene un rango de utilización fantástico. Permite abordar virajes cerrados de puertos de montaña en una marcha más larga y salir abriendo el gas sin problemas con una aceleración constante y musculosa. El cambio con su quickshifter funciona muy bien al subir marchas, en cambio al reducir me gustó menos, es más brusco y obliga a trabajar más al embrague antirrebote, con lo cual le ayudaba, dando un ligero golpe de gas.

En conclusión
Como ya he dicho unos cuantos párrafos más arriba, esta Suzuki GSX-8TT es una moto que me ha gustado mucho y por tanto se la recomendaría a un amplísimo número de usuarios. Me gusta su polivalencia, vale para todo, ciudad, carretera para disfrutar del paisaje y del entorno, pero también da la talla para disfrutar en esos momentos que nos gusta sentirnos un poco pilotos.
Además, por sus valores estéticos puede atraer a conductores muy diversos, aquellos con cierta nostalgia o cultura de moto clásica, o también a motoristas más jóvenes que aprecian una moto con “estilo y alma”, pero que necesitan una funcionalidad real. Su precio puesto en la calle es de 11.760 euros, me parece francamente alto para su segmento teniendo en cuenta que su hermana naked está por debajo de los 8000 euros. Pero también es verdad que el estilo y más exclusividad tienen su precio...

La moto al detalle...

Es un guiño clarísimo a las motos sport de finales de los 70, aunque más pequeño que aquellos, me recuerda mucho al diseño que inspiró a todos los fabricantes de esa época, el de la BMW R 90 S.

Para enfatizar la calidad de sus acabados, el silenciador incorpora una cubierta de acero inoxidable cepillado que mejora notablemente su aspecto estético.

Desarrollada por Eliiy Power utilizando tecnología avanzada de almacenamiento de energía, esta batería compacta y ligera ofrece fiabilidad, durabilidad, mejor capacidad de arranque y una larga vida útil.

No cabe duda que están diseñados para complementar el estilo general de la moto, estéticamente me gustan mucho y además crean un campo de visión abierto y amplio.

Como en sus hermanas GSX esta pantalla es clara y fácil de interpretar además de completa. Suzuki no apuesta por relojes tradicionales en la TT.

Aquí Suzuki suspende: esta parte, y el portamatrículas "estirado", son las mismas que otras GSX-8. Esta moto merecía algo más personal, un asiento corrido (y más espacio para el pasajero) y un colín digno de tal nombre.
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